Manejar emociones en el trabajo

Dentro de la idea de profesionalismo es fundamental saber gestionar las emociones en el lugar de trabajo porque este sitio nos obliga a ocultar nuestros sentimientos, sobre todo nuestras emociones negativas.

Seguramente si en tu trabajo te sientes decepcionado o triste por alguna razón, el pensamiento común es ocultarlo y esperar hasta llegar a casa, donde es seguro descargar tus sentimientos; y esto puede parecer emocionalmente limitante para muchas personas.

Sin embargo, la gestión emocional en el lugar de trabajo es lo mejor que se puede hacer por el bien de todos; pero tampoco se trata de crear personas robóticas que actúen y hablen de manera automática; pues debe haber un equilibrio entre la expresión espontánea y las emociones estratégicamente expresadas.

Manejar tus emociones de forma efectiva no es una cuestión simple. No importa si se trata de emociones negativas, como el aburrimiento o la ira, o de emociones positivas, como el amor o el afecto. Mostrar tu sentir no siempre es sabio. Por otro lado, retener siempre las emociones puede truncar ciertas relaciones de crecimiento y desarrollo.

Ante ello, algunos consejos para enfrentar tus impresiones en el trabajo:

Conócete a ti mismo. ¿Qué se siente?
Controla tu impulso para actuar. (No seas reactivo, sé proactivo).
Si sientes que las cosas no van bien, toma 10 respiraciones profundas, sal a despejarte o simplemente piensa en las cosas que te hacen feliz.
Elige tus palabras con cuidado. Se intencional, no impulsivo.
Sé tolerante y no cedas a la presión.
Controla tus impulsos al hablar. La mayoría de nosotros sufrimos de vocabularios emocionales empobrecidos, pero no dejes que algo salte de tu boca tan pronto como otra persona termine de hablar.
Practica el diálogo interno, es importante tener un plática contigo mismo para saber en qué estás mal y en qué tienes la razón.
Desarrolla un botón de “borrado emocional”. Cuando algo molesto te suceda y no tengas el tiempo o el deseo de hablarlo o tratarlo, simplemente recurre a objetos, personas o recuerdos que sabes que te provocarán cierta alegría. Sólo una pequeña conexión con algo positivo puede convertirse en un botón de restablecimiento emocional.

Cómo elegimos actuar tiene mucho que ver con la historia familiar y las normas culturales. Hacer la elección correcta acerca de lo que se dirá o hará en un momento determinado tiene mucho que ver con nuestro éxito en el lugar de trabajo.

*livm