Replantear la informalidad: Paradigmas

En la agenda política y económica se piensa que la informalidad es un freno a la economía, el cual impide alcanzar el máximo potencial nacional. ¿Es esto cierto?
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¿Es el bajo crecimiento consecuencia de la informalidad? Foto: Excélsior
¿Es el bajo crecimiento consecuencia de la informalidad? Foto: Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO.- En el presente año nuestro país pasó de un optimismo internacional en el que se preveía una tasa de crecimiento cercana al 4%, a un pesimismo nacional, cuya esperanza es que el dato del incremento del producto interno bruto (PIB) supere por lo menos el 1 por ciento. En este contexto se han buscado explicaciones que nos ayuden a entender por qué nuestro país enfrenta un magro desempeño económico. Dentro de estas explicaciones ha permeado, tanto en la agenda política como en la económica, la idea de que la informalidad es un freno a la economía, el cual impide alcanzar el máximo potencial nacional. Esto debido a que la informalidad es un factor que frena el crecimiento de la productividad, y con ello atenta en contra del crecimiento económico. Asimismo, se ha aceptado cabalmente que una de las principales causas de la informalidad son los incentivos perversos que ofrece la política social en nuestro país. Sin embargo, hay suficiente evidencia para poner en duda este consenso.

Primero, ¿es el bajo crecimiento consecuencia de la informalidad? Aquí existe un problema de causalidad, es decir, de determinar la dirección en que se afectan las variables entre sí (si x determina a y o si y determina a x). Se plantea que no hemos crecido porque la informalidad ha ido en ascenso, pero ¿no podría ser que la informalidad se incrementado porque la economía no crece? Jaime Ros en su libro “Algunas tesis equivocadas sobre el estancamiento económico de México” (próximo a publicarse por el Colmex y la UNAM) encuentra que en la medida en que la economía fue incapaz de absorber los nuevos entrantes a la fuerza de trabajo en los sectores de alta productividad de la economía, éstos se refugiaron en las actividades de baja productividad de los sectores de servicios. Simultáneamente ocurrió una caída en la tasa de acumulación de capital tal que el ritmo de innovación y la absorción de nuevas tecnologías se vieron severamente limitados. Esto nos ofrece una explicación de que el sector informal, es en realidad una válvula de escape para la economía en donde se refugian quienes no son empleados en el sector formal.

Segundo, ¿es la política social la causa del aumento en la informalidad? El economista y exdirector del IMSS, Santiago Levy, ofrece en su libro "Buenas intenciones, malos resultados" una tesis muy clara y detallada de cómo los programas sociales han generado distorsiones en el mercado laboral tales que llevan a empresas y trabajadores a optar por entrar al sector informal. No obstante, posterior a la publicación de su libro (2008) han surgido diversos estudios que le contradicen. Por un lado, Heckman et al. (2010) encuentran que el sector informal es muy grande debido a los monopolios y a la sobreregulación del mercado laboral. Asimismo, encuentran poca evidencia respecto a que la introducción de los programas de protección social para los trabajadores haya promovido la informalidad. Por el otro lado, Ros muestra que la informalidad se expandió en mayor medida antes del año 2000, que fue cuando se introdujeron las políticas sociales. Incluso, señala que a partir de esa fecha la productividad empezó a recuperarse lentamente.

Tercero, ¿es siempre la informalidad un freno a la productividad? Se argumenta que la informalidad daña la productividad porque: a) al ocultar sus actividades, las empresas informales se ven obligadas a limitar su crecimiento; b) su estructura inhibe una integración vertical y horizontal eficiente; c) al ser pequeñas su financiamiento se ve limitado; d) las pequeñas empresas tienen menor probabilidad de adoptar nuevas tecnologías o de invertir en capacitaciones para sus empleados. Éstas, entre otras razones, son planteamientos que llevarían a pensar que altos niveles de informalidad llevan a bajos niveles de productividad. Sin embargo, países en vías de desarrollo con tasas de informalidad similares, o incluso superiores, han mostrado un mejor desempeño en términos de productividad que México.

Mientras que en México la productividad ha seguido una trayectoria a la baja, en la India ha tenido una tendencia a la alza, con sus respectivas fluctuaciones. Esto llama la atención porque su sector informal (unidades económicas no agropecuarias que no son empresas y no cumplen registros básicos) es el doble que el de México (67.5% para 2009 y 2010); al igual que en su empleo informal (83.6% para 2009 y 2010), entendiéndose el empleo informal como los trabajadores que no tienen acceso a seguridad social.

Asimismo, países en Latinoamérica, como Chile, también tienen un sector informal de un tamaño similar al de México (35.4% para 2006-2007) y un empleo informal del 38%, para los mismos años, y esto no ha sido un impedimento para que puedan tener un sano crecimiento económico. No obstante, en nuestro país la informalidad está refugiada en sectores que necesitan muy bajas inversiones de capital coadyuvando a que no contribuyan de la forma idónea a la productividad, a diferencia de otros países.

Con todo esto podemos considerar el replantear, dentro del marco de todas las reformas que se han venido impulsando, los efectos de la informalidad sobre el crecimiento de la economía de nuestro país. 

*gl

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