Esfuerzo enfocado en reducir la brecha de género en los consejos corporativos

La escasez de mujeres en los consejos corporativos ha sido un tema persistente durante décadas
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La escasez de mujeres en los consejos corporativos ha sido un tema persistente durante décadas. Foto: Getty
La escasez de mujeres en los consejos corporativos ha sido un tema persistente durante décadas. Foto: Getty

CIUDAD DE MÉXICO.- La escasez de mujeres en los consejos corporativos ha sido un tema persistente durante décadas. Sin embargo, poco ha cambiado a lo largo de los años, pese a mucha presión pública en torno de la tenaz brecha de género.

Los hombres ocupan la mayoría de los 5,488 escaños de consejo en las empresas estadounidenses, según la Alianza para la Diversidad de los Consejos, un grupo de organizaciones de liderazgo. Las mujeres están rezagadas en 16.6 por ciento, un nivel que ha permanecido casi constante desde 2004, cuando la alianza empezó a monitorear las cifras.

Ha sido un desafío digno de Sísifo presionar las cifras y crear una vía más clara para que las mujeres obtengan escaños como directoras corporativas. Aun cuando más mujeres se vuelven directoras ejecutivas y estudios destacan la escasez de directoras, los consejos siguen estando en gran medida reservados para los varones.

El esfuerzo más reciente para atacar el problema, un programa en la Escuela de Administración de la Universidad George Washington, está intentando una iniciativa en dos sentidos: ayudar a las mujeres a incorporarse a las breves listas que serán consideradas para escaños abiertos y capacitar a las mujeres para estar listas para acceder a esos puestos.

El enfoque está siendo apoyado por mujeres influyentes, incluyendo financiamiento de Linda Rabbitt, fundadora de la Rand Construction Corporation, una firma de construcción basada en Washington con más de 263 millones de dólares en ingresos anuales.

El programa, llamado On the Board, tiene 15 ejecutivas en su primer grupo, la mayoría de las cuales tiene poca o ninguna experiencia como parte de consejos corporativos pero son administradoras destacadas en importantes corporaciones.

El programa pronto podría estar registrando su primera historia de éxito. Una de sus primeras integrantes, Anita M. Sands, una directora administrativa de grupo en UBS Wealth Management Americas, fue nominada y elegida recientemente par el consejo del gigante de software de seguridad mundial Symantec Corporation.

La escasez de mujeres en el escalón corporativo más alto se le reveló a Rabbitt el año pasado cuando se dio cuenta de que era la única mujer que sería honrada en una ceremonia de premiación para directores de consejo.

“Eran 10 hombres y yo”, dijo Rabbitt, quien también es presidenta del Banco de la Reserva Federal de Richmond y forma parte de los consejos del Consejo de Comercio del Área de Washington y de Towers Watson & Company. “He estado en un ambiente mayormente masculino durante casi 30 años. Pero he encontrado muy pocas mujeres en las mesas de consejo, y quería hacer algo al respecto”.

Se decidió por el enfoque en dos partes, dijo, porque “las mujeres son más nuevas en esto. No son sólo las habilidades; también necesitan una red y saber cómo usarla para encontrar el consejo en que encajen bien”.

Las mujeres son pasadas por alto porque las compañías a menudo favorecen a los directores ejecutivos en funciones o retirados para sus consejos, dijo Caryl Athanasiu, directora de riesgo de operaciones en Wells Fargo, que es participante del programa. “Si una mujer no tiene el título de directora ejecutiva, es mucho más difícil que sea considerada”.

Las mujeres también son obstaculizadas por la práctica de reclutamiento tradicional de recurrir a las redes corporativas establecidas, que a menudo excluyen a las mujeres calificadas.

“No se presenta una solicitud; una tiene que ser invitada a un consejo”, dijo Brande Stellings, directora de recursos de consejos corporativos de Catalyst, el grupo sin fines de lucro que se enfoca en las mujeres en el lugar de trabajo. “Los estereotipos sutiles o los sesgos latentes significan que las mujeres a menudo son pasadas por alto”.

Para superar esta barrera, el proyecto George Washington insiste en el relacionamiento para hacer frente a un importante escollo para las candidatas: el proceso de toma de decisiones que determina cómo se ocupan los escaños de los consejos. Con demasiada frecuencia, dicen los defensores de la diversidad, los ejecutivos corporativos reclutan a colegas empresariales conocidos para cubrir un escaño en lugar de tender una red amplia.

Las barreras no manifiestas hicieron descarrilar a Penny McIntyre, ex directora del grupo de consumo de Newell Rubbermaid, hace tres años cuando estaba siendo considerada para un escaño de consejo vacante. En vez de preguntar sobre su experiencia, intereses o incluso su hándicap en el golf, los directores de la compañía, todos hombres, pasaron el almuerzo de la entrevista analizando sus propios juegos de golf.

“Cuando pregunté si tenían alguna pregunta, uno respondió: 'No, le gustas al director ejecutivo y estarás bien’”, recordó. “Sentí que retrocedía a los años 50”.

Decidió no buscar el puesto pero sigue interesada en unirse al consejo y está participando en el esfuerzo de George Washington para crear un grupo de mujeres para vacantes de consejo.

Estados Unidos está rezagado respecto de algunos países desarrollados como Noruega, una nación que tiene programas intensivos y cuotas para incrementar el número de mujeres en los consejos. Ahora, 36.1 por ciento de sus directores corporativos son mujeres, según un sondeo de GMI Ratings. (Suecia y Finlandia le siguen muy de cerca.)

En Estados Unidos, pocas mujeres – menos del 2 por ciento – se han unido a las filas de los consejos desde 2009, según GMI. Y casi 10 por ciento de las compañías incluidas en Fortune 500 no tienen mujeres en el consejo, según Catalyst, el grupo de investigación del lugar de trabajo.

El programa On the Board, que incluye reuniones con funcionarios federales para ayudar a las participantes a comprender mejor las regulaciones gubernamentales, tiene una buena dosis de temas financieros, lo cual ayuda a combatir la percepción de que la falta de experiencia financiera de las mujeres – real o percibida – las descalifica para puestos de dirección.

“Las leyes de reforma financiera se han enfocado en tener a personas financieramente astutas en los consejos”, dijo una integrante del programa, Carrie Schwab-Pomerantz, vicepresidenta sénior en Charles Schwab & Company, quien es hija del fundador de la firma, Charles Schwab. “El programa te expone, por ejemplo, a lo que los reguladores están pensando y qué esperar cuando se está prestando servicio en el consejo”.

Rabbitt recurrió al Foro Internacional de Mujeres, donde es una de las 5,000 integrantes, en busca de ejecutivas para asesorar a cada miembro del programa.

Las mentoras, que han prestado servicio en consejos corporativos, ofrecen orientación y ayudan a crear redes con personas, incluidos reclutadores ejecutivos, que andan en busca de potenciales directores. Una mentora es Maria M. Klawe, presidenta del Harvey Mudd College en California y directora en Microsoft y Broadcom.

“Con mucha frecuencia”, dijo Klawe, “hay la sensación de que si ya se tienen una o dos mujeres en el consejo, no se necesita otra”. En realidad, “el número de directoras es diminuto, y hay mucho espacio para más”.

Incluso cuando las mujeres alcanzan la cima de las listas de posibles directores, enfrentan el ritmo glacial de los reemplazos en los consejos, dijo Doug Guthrie, profesor de negocios internacionales y administración en la escuela de administración de George Washington, quien trabajó con Rabbitt, también fideicomisaria de la universidad, para crear el programa.

La edad de retiro de los consejos puede ser flexible, y el salario de seis cifras y los viajes son incentivos para quedarse en el consejo durante mucho tiempo. Dos tercios de los directores de las compañías de Fortune 500 han ocupado sus escaños de 10 a 15 años, según un informe reciente de Stuart Spencer, la firma de reclutamiento ejecutivo. Eso significa que sólo unos cuantos cientos de esos escaños cambian de ocupantes anualmente.

“El número promedio de mujeres que se unen a los consejos es de alrededor de 16 cada año”, dijo el profesor Guthrie, quien afirmó que el programa, que tiene financiamiento al menos para cuatro años, pretende elevar sustancialmente esa cifra.

*livm

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