Lo peor, lo mejor y lo disparejo en los negocios

La asignación de mesas de este año fue un poco más difícil que en años anteriores
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La asignación de mesas de este año fue un poco más difícil que en años anteriores. Foto: Photos.com
La asignación de mesas de este año fue un poco más difícil que en años anteriores. Foto: Photos.com

CIUDAD DE MÉXICO.- Es hora de nuevo de la “Cena de Clausura” anual de DealBook, en la cual brindamos por el mundo de las finanzas y las corporaciones; y vemos en retrospectiva al año que pasó.

La asignación de mesas de este año fue un poco más difícil que en años anteriores. Eric Holder, el procurador general de Estados Unidos, pidió sentarse al lado de Jamie Dimon de JPMorgan Chase para “ponernos al día sobre algunos asuntos inconclusos”. Preet Bharara, el fiscal para el Distrito Sureño de Nueva York, pidió sentarse al lado de Holder también pero “a buena distancia para alcanzar a escuchar a Steven Cohen”.
 

Luego, de la nada, Carl Icahn, el inversionista activista, tuiteó que esperaba sentarse al lado de Tim Cook de Apple. Cook, presumiblemente cansado de las conversaciones en una sola dirección de Icahn, respondió con “#SeatCarlWithBillAckman”. Podríamos vender boletos para esa mesa. Enviamos una invitación a Jeff Bezos, pero UPS no la entregó a tiempo durante las fiestas. Si solo las nuevas entregas teledirigidas de Amazon ya estuvieran funcionando.

Edward Snowden, quien no podía salir de Rusia por razones obvias, envió sus saludos junto con una nota que me pidió entregar a Mark Zuckerberg de Facebook: “Esos correos electrónicos con tu madre antes de las fiestas fueron realmente lindos”.

También es agradable ver a Elon Musk, quien acaba de llegar, por supuesto, en su Tesla. Se ofreció a preparar el postre, el cual, promete, será un flameado sorpresa. (¡Redoble de tambores, por favor!)

Y Jamie, antes de que lo olvide, un agradable joven originario de China me pidió que te pasara su currículo, pero no estoy seguro de quiénes son sus padres. Por favor, no lo tomes en su contra. (¡Ay! Estoy bromeando.)

Un gran agradecimiento a los gemelos Winklevoss, que fueron tan amables al pagar por las festividades de hoy en Bitcoins. Dick Costolo de Twitter también contribuyó pagando con acciones de su compañía. Como un símbolo de nuestro agradecimiento, hay goma de mascar y tulipanes en todas sus bolsas de regalos.

Finalmente, antes de que empecemos con los brindis oficiales, somos afortunados de tener entre nosotros al Papa Francisco, especialmente dados sus recientes comentarios críticos sobre el capitalismo y aquellos “que ejercen el poder económico”. Lo sentamos al lado de Donald Trump.

Ahora, con toda seriedad:

PEOR DIRECTOR EJECUTIVO DEL AÑO

El premio de este año al peor director ejecutivo fue un empate entre Ron Johnson, que fue destituido de J.C.Penney, y Thorsten Heins, quien salió de BlackBerry. Lo cierto es que ambos ejecutivos tenían difíciles tareas de reestructuración cuando ocuparon los puestos. Pero ambos encontraron maneras novedosas de poner en picada a sus respectivas compañías a velocidades vertiginosas.

Johnson, que se hizo de un nombre creando la operación minorista de Apple y a quien le gustaba compararse no tan sutilmente con Steve Jobs, tomó la decisión temprana – y patentemente errónea – de deshacerse de los clientes veteranos de Penney para poder atender a clientes más exclusivos que nunca aparecieron.

El mandato de Heins en BlackBerry estuvo condenado al fracaso desde casi la primera semana después de que asumió el cargo, cuando declaró: “No hay nada malo en la compañía tal como existe ahora”, aun cuando cualquiera con un iPhone o un Android percibía los problemas. Y luego, en vez de lanzar el primer modelo del teléfono de nueva generación de BlackBerry con un teclado – la razón por la cual muchos de sus clientes siguieron siendo leales por tanto tiempo – lanzó una versión sin teclado.

DIRECTOR EJECUTIVO BANCARIO DEL AÑO

No es muy popular coronar a un “Director ejecutivo del año” en estos días, y aún menos al director de un gran banco, pero James Gorman, el director ejecutivo de Morgan Stanley, merece crédito por dar la voltereta a una institución que hace apenas un par de años estaba al borde de ser liquidada. Gotman, un franco ex consultor originario de Australia, sacó al banco de sus operaciones más riesgosas, fue quizá el más directo sobre moderar las compensaciones y reenfocó a la firma en la operación formal, quizá incluso aburrida, de la administración de la riqueza.

En el proceso, quizá haya apartado a Morgan Stanley de la competencia cerrada con firmas como Goldman Sachs – una suposición que él refutaría y algunos veteranos lamentarían, pero el giro de la firma ha sido un éxito.

Las acciones de la compañía se han elevado 61 por ciento este año.

EL GRUPO QUE NO PODÍA DAR EN EL BLANCO FINALMENTE LO HIZO

Uno de los refranes que escuchamos una y otra vez en la comunidad empresarial es que Washington está creando una incertidumbre innecesaria con su serie de amenazas de incumplimiento de pago de deuda y suspensiones de actividades gubernamentales.

No está claro cuál elogio merece ser asignad a quienes simplemente realizan sus labores, pero ya que esto al parecer sucede muy raramente en Washington, el elogio corresponde a Paul Ryan y Patty Murray por alcanzar un acuerdo de mini-presupuesto sin volar en pedazos a la economía de nuevo. No fue una negociación grandiosa, pero fue un paso en la dirección correcta.

*livm

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