La selección no natural de empresarios| Dinero en Imagen

Aunque las tasas de actividad empresarial varían de país en país, siempre hay más empresarios que empresarias. ¿Por qué?

Las mujeres tienden a ser más financieramente adversas al riesgo; típicamente son más pacientes que los hombres (lo que puede hacer que sigan trabajando más tiempo para jefes incompetentes), y no existe ningún mercado tan amigable para las empresarias como lo es para los empresarios. Efectivamente, las mujeres están universalmente en desventaja en lo que respecta a recabar fondos de inversionistas de riesgo e impresionar a accionistas.

Te puede interesar: Ellas son las mujeres más poderosas del mundo

Como resultado, nuestra definición de actividad empresarial es normativa para los hombres: el potencial de las mujeres para la actividad empresarial se juzga en términos de su semejanza con los empresarios. Esto, a su vez, incentiva comportamientos estereotípicamente masculinos como la agresión y la toma de decisiones impulsiva.

Sin embargo, muchos rasgos de personalidad típicamente “femeninos” son esenciales para la actividad empresarial exitosa. Por ejemplo, la aversión al riesgo protege del fracaso a los empresarios al subrayar amenazas potenciales.

De manera nada sorprendente, mayor aceptación de riesgo eleva la propensión de alguien a lanzar un negocio, pero no se correlaciona con mayor éxito. De hecho, a los fundadores concienzudos y prudentes tiende a irles significativamente mejor.

Dado que la brecha de logros entre los empresarios y las empresarias no es función de diferencias en potencial sino un proceso de selección no natural que socava la meritocracia, la pregunta se vuelve: ¿Cómo podemos frenar la selección no natural de empresarios?

Primero, podemos refutar el mito de la actividad empresarial como masculina. Investigaciones psicológicas han demostrado que aún cuando sabemos que los estereotipos son imprecisos, siguen afectando nuestras decisiones. Desarraigar el estereotipo de que los hombres son naturalmente más aptos para la actividad empresarial alentaría a las mujeres competentes y desalentaría a los hombres incompetentes.

En segundo lugar, podemos apostar a la competencia en lugar de a la confianza. Esto tal vez no solo incremente el número de empresarias, sino también la probabilidad promedio de éxito para las empresas nuevas: las firmas manejadas por directoras ejecutivas se desempeñan mejor que las firmas manejadas por CEO hombres. Además, la diversidad de género en los equipos senior de administración impulsa los ingresos y rentabilidad de la compañía.

Finalmente, podemos eliminar las limitaciones financieras que frenan a las empresarias. El financiamiento basado en méritos no debería tener un impacto negativo sobre las mujeres. Y aún así, estudios muestran que las empresarias enfrentan disponibilidad de crédito más limitada y a veces tasas de interés más altas que las de los hombres.

Es posible y necesario impulsar la actividad empresarial de las mujeres. No debería verse como un acto de discriminación positiva hacia las mujeres, sino como un intento por frenar la discriminación positiva a favor de los hombres.

Tomas Chamorro Premuzic es profesor de psicología empresarial en la Universidad del Colegio de Londres y vicepresidente de investigación e innovación en Sistemas de Evaluación Hogan. Es autor de "Confidence: Overcoming Low Self-Esteem, Insecurity and Self-Doubt".

***

Para que no te hagas bolsas con la factura electrónica, te dejamos el video del día: