¿Qué hacer después de una derrota profesional?

 

 

¿Pero qué hay respecto a aquéllos cuya carrera se desvía o descarrilla cuando son pasados por alto para asignaciones claves o promociones importantes o con respecto a los que se encuentran hasta abajo en la última reorganización o selección de fusión?

 

Muy pocas carreras gerenciales proceden ascendentemente de forma lineal. El verdadero reto para el éxito profesional no es solo cómo “ganar” la siguiente promoción, sino también cómo rebotar de la siguiente derrota.

 

Considere el caso de Sheila, una gerente prometedora de una reconocida compañía de productos para el consumo con formación en estrategia y finanzas. Cuando su firma decidió invertir en emprendimientos, le pidieron armar un equipo para materializarlo.

 

Durante el siguiente año, reclutó un pequeño grupo de profesionales, se enfocó en un número de sectores que marcarían la diferencia para la compañía, creó un proceso para financiar y manejar inversiones minoritarias y empezó a pactar acuerdos.

 

Eventualmente, su equipo alcanzó un portafolio de inversiones que captó la atención del CEO y del director de finanzas. Pronto empezó a reunirse regularmente con el equipo ejecutivo sénior para abordar temas sobre contratos y estrategia general.

 

 

Desafortunadamente, su éxito puso celoso a su supervisor directo y al jefe de estrategia corporativa, quienes concibieron una reorganización que mudó al equipo de innovación bajo la oficina de estrategia y dejó a Sheila como colaboradora individual.

 

Sheila presentó el caso para recuperar el equipo ante el CEO y otros ejecutivos, pero pronto descubrió que aunque todos estaban contentos con su trabajo, ninguno quería intervenir ni ofrecerle un cargo distinto. 

 

Comprendió que aunque su jefe y otra gente probablemente habían actuado mal, era parcialmente culpable por no manejar las relaciones y políticas más eficazmente. 

 

Mientras disfrutaba del brillo de la atención de la dirección ejecutiva, no había ayudado a que su supervisor y compañeros recibieran suficiente reconocimiento. Este conocimiento la ayudó a distanciarse del problema, para que pudiera dejar de culpar a los demás y empezar a pensar en qué hacer.

  

Luego de varios meses de agitación emocional, Sheila decidió enfocarse en un plan B: identificar realmente qué quería hacer. Su trabajo le había dado contactos fantásticos, experiencia y credibilidad en el mundo de la innovación, y empezó a pensar en lanzar su propia empresa. 

 

Al mismo tiempo, a una firma de capital de riesgo le interesaba que Sheila convirtiera en una nueva empresa algunos emprendimientos basados en el consumidor, y una compañía de manufactura innovadora le ofreció trabajo como directora de sociedades estratégicas. Sheila también tenía su trabajo actual si quería quedarse. Finamente, optó por el cargo de sociedades estratégicas.

 

La clave para el rebote de Sheila es que utilizó su revés como oportunidad para aprender, reflexionar y reagruparse. Esto le permitió tratar la situación no como un fracaso frustrante, sino como un acto de liberación; para salirse del camino en el que estaba y escoger conscientemente entre continuar en éste o seleccionar una alternativa.

 

Ron Ashkenas es socio directivo de Schaffer Consulting. Mitchell Lee Marks es profesor de administración en la Universidad Estatal de San Francisco y presidente de la consultoría JoiningForces.org. Philip Mirvis es psicólogo organizacional.

 

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