El “error de diciembre”, inicio de una gran crisis

El acontecimiento ocasionó una devaluación de la moneda de 100%, erosión de las reservas in-ternacionales, una caída del PIB de 6.2% y la quiebra del sistema bancario
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El “error de diciembre”, inicio de una gran crisis

CIUDAD DE MÉXICO.- Se cumplen 20 años del colapso económico de 1994, popularmente llamado “el error de diciembre”, el cual debido a sus repercusiones internacionales es conocido en el mundo como la crisis del tequila; suceso de los que nadie quería hacerse responsable, pero del que todos fueron culpables.

La recesión, que ocasionó una devaluación del peso de más de 100 por ciento, la erosión de las reservas internacionales, una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 6.2 por ciento, la quiebra de los bancos y cientos de miles de desempleados, ocurrió a los pocos días de que el expresidente Carlos Salinas de Gortari dejara el poder y al inicio del sexenio de Ernesto Zedillo, quienes se acusaron mutuamente del acontecimiento.

Para Carlos Salinas, quien dejó el poder el 30 de noviembre de 1994, “las 72 horas transcurridas entre el 19 y el 21 de diciembre de 1994 condujeron al desastre nacional”, y culpó en diferentes textos al expresidente Zedillo y a su secretario de Hacienda, Jaime Serra Puche, de haber manejado políticamente y económicamente mal la necesidad de ampliar la banda de flotación del peso.

Incluso acusó a Serra de haber filtrado, el 19 de diciembre por la noche, a importantes empresarios del país, la información privilegiada que el día 20 se devaluaría el peso 15 por ciento, ampliando en este nivel la banda de flotación, lo que ocasionó la corrida contra el peso.

Sin liquidez

De acuerdo con Salinas, “entre el 20 y el 21 de diciembre de 1994 unos cuantos mexicanos vaciaron cuatro mil 633 millones de dólares de las reservas internacionales”, mismas que se acabaron por completo el 2 de enero de 1995.

Zedillo y su gabinete contestaron a Salinas, al acusarlo de haber dejado la economía del país con graves distorsiones y prendida de alfileres.

En su primer Informe de Gobierno, en septiembre de 1995, Ernesto Zedillo explicó que “ciertamente, hubo razones para que la crisis estallara con tanta fuerza.

“Una de ellas fue que durante muchos años un fuerte y creciente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos se financiara con entradas de capital volátil.

“También influyó que se financiaran proyectos de largo plazo con instrumentos de corto plazo; que se permitiera, más allá de lo prudente, la apreciación del tipo de cambio real; y que, frente a cambios drásticos en las condiciones internas y externas, las políticas financieras hayan reaccionado lentamente o en un sentido muy riesgoso, como en la dolarización de la deuda interna que supuso el crecimiento de los Tesobonos”.

Asimismo, el expresidente Ernesto Zedillo comentó que “con absoluta convicción, afirmo que la crisis económica nunca habría ocurrido con tal gravedad, aun en presencia de muchos de los factores adversos señalados, de no haberse descuidado la generación de ahorro interno. Mientras que en 1988 los mexicanos ahorrábamos casi 22 por ciento del producto nacional, esa proporción fue reduciéndose, año tras año, hasta llegar a menos de 16 por ciento en 1994”.

La culpa es de todos

Alejandro Valenzuela del Río, quien vivió de muy cerca los 6 meses “lamentablemente catastróficos e imborrables, porque no sabíamos si el país se iba a colapsar”, expresa que en un acto de honestidad y reflexión se debe reconocer que todos fueron culpables.

En entrevista con Excélsior, Valenzuela del Río, quien luego del estallido de la crisis se desempeñó como vocero del PARAUSEE (Programa de Acción para Reforzar el Acuerdo de Unidad para Superar la Emergencia Económica), un plan que en los hechos dependía de la Presidencia de la República, recuerda: “realmente estábamos en una situación catastrófica, para ponerle culpables, pues culpables somos todos, de alguna forma de haber permitido que se engendrara esto en algún momento dado”.

Así respondió al ser cuestionado sobre el famoso error de diciembre y quién lo cometió, y añadió que hoy en día, cada quien tendrá que asumir sus propias responsabilidades de sus propios ejercicios de reflexión.

“Pero para mí, como operador que me tocó ser en ese entonces como funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, realmente el país se puso en una situación crítica, de pérdida de confianza, de credibilidad, no teníamos ni siquiera con qué pagar las tortas para los viajes para ir a negociar la duda externa que tenía el país”.

Valenzuela narra que en 1994 al final del sexenio estaba en Crédito Público de la Secretaria de Hacienda y luego fueron llamados a trabajar el equipo de Guillermo Ortiz en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en donde estuvieron 28 días y luego les tocó regresar al equipo que traía Ortiz como subsecretario en Hacienda.

En Asuntos Hacendarios Internacionales, crearon la figura de vocero del PARAUSEE, la cual no existía en el organigrama, “pero al final de cuentas se me dio la responsabilidad creo que muy grande, de comunicar todo la política económica y el programa de ajuste que el país estaba emprendiendo en ese entonces y en realidad era yo el fusible de la administración pública para hacer frente a la contingencia”.

Cabe mencionar que a unas semanas del proceso de devaluación del peso, el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, solicitó al Congreso de la Unión Americana la autorización de una línea de crédito por 20 mil millones de dólares para Mexicano, a efectos que le permitieran garantizar a sus acreedores el cumplimiento de sus compromisos financieros denominados en dólares.

 

La economía actual es más sólida

Son dos mundos muy distintos, cuando se compara 1994 con 2014. Previó a la crisis México estaba en una coyuntura muy distinta, aún comenzaba con un proceso de transformación profunda. Era un país en autarquía, cerrado, monoexportador, principalmente de petróleo.

En contraste, hoy la estructura del país es muy distinta.

“En el país en 1995 hubo un colapso por la parte macroeconómica, el déficit en cuenta corriente fue insostenible, se nos acabaron las reservas internacionales, el país traía un problema de liquidez realmente alarmante, y a esto se sumó una crisis financiera y bancaria sin precedente en México”, comenta Alejandro Valenzuela del Río, quien luego del estallido de la crisis de 1994 se desempeñó como vocero del Parausee.

“En aquel entonces traíamos un problema de endeudamiento, en deuda publica traíamos vencimientos de pasivos que no pasaban de 7 días. Había que darle una revolvencia casi semanal”, recordó.

“No traíamos reservas internacionales, no disponíamos de flujo, y traíamos pasivos muy importantes con los famosos Tesobonos, y no solamente traíamos deuda externa, sino también deuda indizada al peso, se trataba de un escenario sin ningún margen de maniobra.”

Por el contrario, comenta, ahora estamos en una situación muy distinta, México es un país que ha evolucionado, que tiene un aparato económico equilibrado, tiene un sector financiero saludable, con las mejores prácticas internacionales, con una política de manejo de riesgos muy distinta a la de 1994 y 1995.

Tasas

Respecto a la política monetaria de EU, al alza de tasas, Valenzuela del Río dice que “cuando se analiza lo que pasó en 1994, Alan Greenspan, entonces presidente de la Fed, empezó a incrementar las tasas, eso descuadró los balances macroeconómicos, no solamente de México sino a escala mundial”.

“Lo que queda claro es que cada vez que EU aprieta la política monetaria genera desequilibrios; la diferencia en esta época, pudieran ser aquellos países que tengan la capacidad de mostrar que se han manejado con prudencia y responsabilidad.”

Felipe Gazcón

 

 

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