Por qué no debes ejercitarte cuando estás enfermo

CIUDAD DE MÉXICO.- El ejercicio es bueno para la salud, de eso no hay duda, pero hay momentos en los que poner en movimiento tu cuerpo –sobre todo si es de forma extenuante– puede hacerte más daño que bien.

Así es, si estás sufriendo con algún mal, esto es lo que necesitas saber acerca de cuándo debes ir o no al gimnasio.

Resfriado leve

Si no tienes fiebre pero sí secreciones nasales, no hay razón para saltarte tu entrenamiento, de acuerdo con el doctor Wayne Stokes, director del Langone Medical Center's Rusk Rehabilitation de la Universidad de Nueva York.

El experto propone ajustar la escala de intensidad y bajarla, porque las noches sin descanso pueden atrofiar la fuerza muscular y una nariz tapada puede hacer del cardio una total lucha.

Sólo cuando estás levemente enfermo, hacer ejercicio ayudará a mejorar tu sistema inmunológico y a dormir mejor.

Gripe que da miedo

Si tienes una gripe fuerte es mejor tomar de tres a cinco días para que tu cuerpo se recupere. No olvides que tu fiebre, dolores musculares y otros síntomas suelen ser señales de que tu organismo está tratando de luchar contra un virus. Por lo tanto, si haces que tu cuerpo divida su energía y recursos entre la infección y el ejercicio, es probable que estés enfermo más tiempo.

Si ya tienes fiebre, lo mejor es que te quedes en cama tomando tus medicamentos. Hacer ejercicio con fiebre puede hacer que tu salud empeore. Además, las fiebres altas se han relacionado con daños al corazón, y el ejercicio con este mal puede aumentar tu riesgo de miocarditis -una inflamación del músculo del corazón que puede causar disfunción cardíaca, insuficiencia o muerte súbita-.

Lo recomendable es reposar la menos 24 horas y hasta que la fiebre haya desaparecido sin la ayuda de medicamentos.

Enfermedades estomacales

Ahora que si tu enfermedad se trata de un mal estomacal y tienes algún nivel de diarrea, es mejor esperar hasta que te sientas mejor.

La diarrea y los vómitos pueden derivar en la pérdida de líquidos y deshidratación graves, así que sudar puede agravar aún más la situación, lo que lleva a síntomas que van desde piel seca, hasta latidos del corazón más rápidos.

Si bien es posible y recomendable que tomes agua, lo seguro es que tendrás que beber más de lo debido para mantenerte hidratado.

La propuesta es que si no quieres dejar de moverte, pruebes entonces con estiramientos en casa, pues estos aliviarán cualquier tensión muscular.

Cuando vuelvas a la rutina, sólo recuerda que incluso una semana de reposo en cama causará una ligera pérdida de masa muscular y fuerza. Así que no te desanimes si tardas en recuperar tus récords.

*livm