Crean negocios que sostienen a varias familias

CIUDAD DE MÉXICO.- Al hacer una compra generalmente no sabemos cuántos trabajos ayudamos a generar o sostener, por lo regular metemos el producto a nuestro carrito o lo pedimos en línea y lo consumimos. Sin embargo, para Gabriela Enrigue, al comprar se puede generar riqueza para los más desfavorecidos. Con ese motivo, fundó Prospera, una organización que ayuda a madres en situación de pobreza a generar microempresas.

“Nos dedicamos a reducir el dicho de que origen es destino. Ayudamos a que mamás en situación de pobreza empiecen negocios desde su casa, les ayudamos a desarrollar productos y después les conseguimos clientes que compren su trabajo, lo valoren y las ayuden a crecer”, dijo en entrevista la emprendedora social de 33 años.

A cinco años de haber iniciado operaciones Prospera ha beneficiado a seis mil 500 mamás, ha generado 450 productos y ha sumado a 150 empresas que deciden comprar local y justo. En su mayoría las mujeres pertenecen a las zonas conurbadas de Guadalajara, la Ciudad de México y Monterrey.

Así, una mujer que tiene necesidades financieras para cualquier finalidad, se puede acercar a Prospera, para planificar sus ahorros. La organización les ayuda a identificar cuáles de las actividades que hacen para subsistir, como venta por catálogo o venta de alimentos, son más rentables.

Con base en eso se les da la posibilidad de crear productos, como velas, libretas recicladas, porta iPads, jabones, mermeladas y té, que podrán ser vendidos a clientes conectados con Prospera. “Se les da las clases, la materia prima y tenemos empresas que les compran los productos”, dijo Enrigue.

En el sitio en línea, prosperando.org, se encuentra un catálogo de todos esos productos creados por mujeres, además se indica cuántos trabajos se mantienen al comprar uno. Una mermelada de moras con un costo de 45 pesos genera cuatro empleos.

Empresas comprometidas

Para Enrigue, el emprendimiento social, trata de romper paradigmas arraigados en México, como “creer que lo social es caritativo y que no hay talento productivo en la caridad y en la asistencia. En Prospera creemos que aún en esos cinturones de pobreza hay mucho talento y ganas de salir adelante, sólo necesitan herramientas y un camino bien concreto para hacerlo”, comentó.

Empresas como Cemex, Toks, UBS, Walmart, Alsea y Cartier son clientas de Prospera, es decir, ellas compran los productos generados por las mujeres. En otros casos son las firmas las que se interesan por desarrollar a una comunidad de mujeres, por lo que contratan a la organización de Enrigue para capacitarlas y crear productos a la medida de las necesidades de las compañías. 

“De cada peso de utilidad que se genera de los productos, 50 centavos son para mujeres y 50 centavos para Prospera”, explicó la economista de profesión, egresada del ITAM.

Fondos extranjeros, impacto local

“El reto fue encontrar un modelo de negocios para capitalizar el talento de esas mujeres que a las empresas les interesa atender”, dijo Enrigue, quien tuvo que encontrar fondos en Estados Unidos, al no localizarlos en México.

Su paso por EU incluye la meta de la organización para 2015, exportar a ese país.

“Vamos a tener alianzas con empresas estadunidenses, hay una demanda muy grande, además de una nueva página de internet de consumo en México”, dijo Enrigue.

Los planes también incluyen campañas del 10 de mayo con Toks y Grupo Allen, y la creación de un Índice de Inclusión Comunitaria, para saber cuáles son las empresas que compran y ayudan a desarrollar comunidades marginadas.