Predicar con el ejemplo es mejor que dar consejos

Ciudad de México.- Seguramente a todos nos gusta opinar o dar consejos a los demás, pero de igual forma, no nos gusta que nos digan las cosas que tenemos que hacer.

Decir a los demás lo que tienen que hacer es un comportamiento bastante común, dar consejos, como fuéramos expertos es especialidad de todos, creemos saberlo todo.

En la televisión ocurre lo mismo, vemos programas que dan consejos e intentan influir en nosotros para hacer un cambio en nuestras vidas: dejar de comer carne, hacer ejercicio, no fumar, etc., en un principio quedamos convencidos, pero al final, no dejamos esas conductas que decimos querer cambiar.

La realidad es que dar consejos no funciona, y pero nos gusta tener esa referencia por si acaso.

El mismo efecto ocurre cuando las personas de distintas religiones tocan a la puerta, y tratan de convencer a los demás de que adopten su fe.

¿Por qué fallan los consejos?

La realidad es que nos encanta decir a los demás cómo deben vivir su vida, no lo podemos evitar. Tenemos puntos de vista bastante fuertes que comunicamos a los demás, y que en definitiva, invitamos a adoptar a nuestros conocidos. Con o sin el interés de que nos escuchen, siempre opinamos.

Recientes investigaciones apuntan a que los consejos no funcionan, debido a que psicológicamente ponemos resistencia, porque no nos gusta ver en peligro nuestra libertad de decidir.

Con el riesgo de ser ignorados, nos gusta dar consejos, aún cuando sean bastante razonables. Sin embargo, no podemos medir el efecto que tienen, ya que, por alguna razón, existen los libros de autoayuda y los gurús siempre dispuestos a ayudar.

Es mejor predicar con el ejemplo

Más allá de adoptar la postura de dar y dar consejos sin que sean solicitados, tenemos que ir más adelante. Tenemos que hacer las cosas diferentes, y empezar por nosotros mismos, es decir, hay que predicar con el ejemplo.

Las investigaciones de comportamiento apuntan a que es muy posible, que en el caso de los consejos, las personas los rechacen en automático, pero es más fácil que estén dispuestas a aprender por medio de la observación. La gente tiende a seguir las conductas de los demás, y funciona mejor, cuando ven que tienen un resultado positivo, o que con ello, consiguen reforzar sus creencias.

Por ello, si queremos que los demás cambien, es mejor hacerlo bajo un modelo de comportamiento, en vez de dar consejos que nadie quiere escuchar.

Jbf