Análisis superior

17 Jun, 2015

Interesante estrategia

OHL México está siguiendo una muy interesante estrategia para, al final del día, buscar la recuperación del valor de sus acciones y mantener su operación en México como antes de que sus propios trabajadores fueran expuestos en actos de corrupción que van desde haber falseado los aforos del Circuito Exterior Mexiquense, para cobrar por tramos que no realizarán en más de un siglo y, en el menos malo de los casos, intentar sobornar magistrados.

La estrategia consiste en una mezcla entre minimizar los hechos y fingir una verdadera preocupación por investigar la situación, aun cuando ellos ya dictaminaron que no cometieron actos ilícitos y, si algo sucedió, todo lo hizo Pablo Wallentin, no importa que la empresa se haya beneficiado directamente de las acciones que no sólo cometió este hombre, sino que tuvo complicidades.

Dijeron que habían sido funcionarios menores los que habrían mentido en los cálculos de los aforos. Hasta donde se sabe, ninguno ha sido despedido o presentado ante las autoridades. Tampoco han corregido los aforos, puesto que se benefician directamente.

Ya quedó claro que la supuesta auditoría que habría hecho Standard & Poor’s sólo se refería a OHL España y la hicieron ver como si hubieran analizado toda la operación de la empresa en México.

CORRUPCIÓN

La segunda etapa es mucho más cínica, puesto que parte de la base de que los mexicanos son intrínsecamente corruptos y que la impunidad es la moneda corriente en el país.

Un día hacen ver a sus directivos y consejo de administración como adalides de las mejores prácticas, ya que fueron servidores públicos (como si eso garantizara transparencia y las mejores prácticas); sin embargo, el problema es que, suponiendo, sin conceder, que Wallentin fuera un asesino solitario, falló la administración y su consejo de administración en su carácter de protectores de los mejores intereses de los accionistas.

En prácticamente cualquier empresa del mundo un escándalo de este tipo hubiera implicado la remoción del director general y del jurídico quien, abiertamente, habló de formas de pago a magistrados.

Ayer sus amigos dejaron correr una encuesta informal entre “analistas del mercado” (cualquier cosa que eso sea) en la cual estiman que el valor de la emisora podría crecer 70% en un año, puesto que no se verán afectados por las investigaciones que se están haciendo... Eso sí es mucho cinismo.

Los “analistas del mercado” evidentemente no conocen el alcance de las auditorías que está realizando la Secretaría de la Función Pública por petición expresa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Asegurar que OHL México no se verá afectada es, en el menos malo de los casos, una irresponsabilidad, puesto que realmente no conocen el resultado. Por lo menos existe un riesgo jurídico de 50 por ciento.

Si estos “analistas del mercado” tienen información adicional, pues entonces estarían cometiendo una violación a la Ley del Mercado de Valores que debería ser sancionada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Tratan de hacer creer que un sondeo pirata tiene mayor relevancia entre los inversionistas que las calificadoras de valores, que han puesto con revisión a la baja los títulos de esa emisora. 

Podrían intuir que las auditorías internas que realiza OHL con tres firmas de no suficiente prestigio para dar tranquilidad exonerarán a la firma, pero no así las que está realizando la Secretaría de la Función Pública. Asegurar que podrían salir impunes de cualquier investigación se trata de una irresponsabilidad que, para algunos, podría rayar en la corrupción.

No debe olvidarse que, mientras OHL hace creer que no tienen problemas y hasta prometen que no sería OHL México la que participaría en la licitación para construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, sino que lo harían directamente desde España.

Por ahí los amigos de OHL le arrancaron una declaración a Gerardo Ruiz Esparza en la que dijo, textualmente, que hasta el momento no existe ningún impedimento para que OHL participe en esa licitación. Se trata de una obviedad jurídica, toda vez que no existe una inhabilitación, lo cual, en el menos malo de los casos, es una contingencia que se revelará en los próximos meses.