Análisis superior

30 Jul, 2015

Trabajo para El Piojo

Un gran trabajo para Miguel El Piojo Herrera podría ser el de vocero y publirrelacionista de OHL. Sin duda, el exdirector técnico reúne las características no sólo de los directivos de la empresa sino de los tipos que contratan para que les cuiden su imagen.

Durante toda su carrera como jugador y como director técnico (incluso en su carta de “disculpa”), jamás aceptó la realidad. Siempre se llamó robado, agredido, víctima de una campaña y descalificó a sus críticos y, al final, agrediendo físicamente a uno.

Lo mismo hacen los de OHL. Ante la persistente aparición de grabaciones en las cuales Pablo Wallentin, el chivo expiatorio de la empresa, habla de diversos actos de corrupción en los que participan prácticamente todos los altos niveles de la compañía, ellos insisten en que son víctimas de una campaña.

Que no ocurrió lo que está grabado y para eso contratan a dizque auditores que, tal y como lo pagaron, aseguran que la empresa cumple con toda la normatividad vigente y que son víctimas de una conspiración.

Es necesario reiterar. Si las grabaciones son falsas, por qué le aceptaron la renuncia a Wallentin e incluso tipos de pésima reputación como Sergio Hidalgo fingieron sentirse avergonzados por las actitudes.

Quien debería sentirse apenado por sus acciones es el propio director de OHL, quien dejó una estela de podredumbre y, en el menos malo de los casos, dudas sobre su paso por el SAE, donde las acusaciones de corrupción, moches y otros actos ilegales fueron verdaderamente graves.

Herrera podría ayudarles en eso de fingirse inocente, como cuando, supuestamente, Holanda eliminó a la Selección Mexicana por un penalti que, según él, no existió. Se llamó víctima de robo. Cuando sucedió lo contrario en los juegos contra las selecciones de Costa Rica y Panamá, dijo que así eran las cosas o algo así como que era justicia.

Él podría haber dicho algo menos ridículo que sus lamentables publirrelacionistas que redactaron esto: “Continúa la campaña de hostigamiento, una vez más, a través de comunicados y grabaciones ilegales y manipuladas que intentan desprestigiar el actuar de la compañía”.

NEGACIÓN

No aportan ninguna prueba que demuestre que las grabaciones son ilegales y manipuladas. Hasta donde se sabe, no han presentado ninguna denuncia y, por lo tanto, no tienen una determinación de que son grabaciones ilegales. Como hemos dicho, podría ser alguien que participó en ellas y no un espía.

Dijeron, cuando se autoexculparon, que un “perito reconocido” les había confirmado lo que dijeron desde el primer momento sobre las grabaciones, es decir, que estaban editadas. ¿Alguien ha visto ese peritaje? ¿Alguien sabe quién es el perito?

También les podría explicar cómo le hizo, ante los actos de violencia, para tener apoyo y el aplauso de los dos lamentables hermanos Dos Santos, de Paul Aguilar y de Guillermo
Ochoa
, sin tener que pagarles. Parece que el MayaKoba ayuda mucho a las campañas de relaciones públicas.

A FONDO

Si OHL realmente estuviera comprometida con transparentar la situación que tienen en el Circuito Exterior Mexiquense, Viaducto Bicentenario, así como todas las concesiones que tienen en las que se utilizan fondos federales; su relación con funcionarios federales, estatales, así como directores de empresas del gobierno y magistrados, no usarían supuestas auditorías internas tan chafas como arbitraje de la Concacaf sino exigirían a la Secretaría de la Función Pública que realice las auditorías que solicitó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Deberían ir mucho más allá. Pedir a los gobiernos estatales, magistrados y empresas productivas del estado que realicen auditorías sobre su relación con OHL.

Transparentar los ingresos de José Andrés de Oteyza y Sergio Hidalgo, para lo que la declaración fiscal serviría.

Dejar de minimizar la investigación que realiza la Comisión Nacional Bancaria y de Valores por falsear sus estados financieros. Hidalgo, quien cree que todo lo controla, ya dijo que pronto va a terminar esa investigación y que ya salieron inocentes o algo así.

Se le olvida que la comisión que encabeza Jaime González
 Aguadé
no es uno de sus auditores, a quienes pagó para que dijeran justamente lo que quería escuchar.

En lugar de aprovechar el impedimento legal que tiene la CNBV para hablar sobre un caso en proceso, los de OHL  deberían transparentar de qué están acusados.

Mientras no hagan eso, no pueden ser considerados una empresa digna de confianza.