Perspectivas

7 Sep, 2015

Del dicho al hecho

Cuando menos en lo económico,  cada día se abre más la distancia entre lo que se dice y lo que se hace: se habla de austeridad y se crea más burocracia; se niega endeudamiento y la deuda crece; se promete crecimiento y la economía se marchita.

El más claro y reciente ejemplo de esta distancia entre la intención y la realidad se encuentra en el mismo Tercer Informe de Gobierno del presidente Peña Nieto.

El mandatario fue muy enfático al decir que el presupuesto de 2016 será austero y que a quien le toca apretarse el cinturón es al gobierno.

Y renglones más adelante anuncia la creación de una nueva Secretaría, de la Cultura. Dependencia a todas luces inútil en estos tiempos e innecesaria si se considera que ya existe el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

¿Se eleva a rango de Secretaría? O se crea una nueva y como otras dependencias de este tipo, Salud y Seguro, por ejemplo, también tendrá su Consejo.

El tema a fin de cuentas es que se crea burocracia, se alquilarán oficinas, se comprarán vehículos, se contratarán teléfonos, se buscarán asesores, se nombrarán subsecretarios, directores, jefes de departamento.

Y con todo esto ni se protegerá más la cultura ni se aumentará su nivel. Ni nada.

Sólo una nueva nube de burócratas se pegarán a las ubres presupuestales.

¿Y el apretón de cinturón, y los sacrificios del gobierno en periodo de austeridad?

Se quedaron en las hojas del informe y no pasaron a la realidad.

El primer mandatario también dijo que el gobierno no se endeudará.

El problema es que ya lo está haciendo. Desde los últimos años del sexenio pasado y en los tres primeros de este gobierno, la deuda interna y externa del país ha crecido más que la economía.

En los primeros tres años de este sexenio, a un ritmo anual de casi 10% y para 2020, el endeudamiento del país se habrá duplicado.

La deuda total llega ya a los 5.2 billones de pesos, de los cuales 3.6 son de endeudamiento interno y 1.5 de deuda externa.

Bueno, pues ante el buen propósito de no endeudarse, el Presidente de la República anunció que el gobierno emitirá bonos por 50 mil millones de pesos para financiar infraestructura escolar.

Y todos los mexicanos, excepto el flamante secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, sabemos que los bonos son deuda. El gobierno los emite a través de la bolsa de valores, a un plazo, una tasa y con una garantía, porque se trata de endeudamiento puro y simple.

¿No hubiera sido mejor emitir más CETES, que son baratos? ¿O quitar 50 mil millones de un programa inútil y dedicarlo a la reparación de escuelas?

Y un ejemplo más. El Primer Mandatario batalló con  las cifras para encontrar alguna que diera idea de crecimiento y dos días después de su informe se recortó la proyección de crecimiento.

Es verdad que el clima internacional es complicado; nadie ignora la turbulencia mundial.

El problema es que en lugar de enfrentarlas con acciones concretas hacemos lo contrario: crear burocracia, estimular el endeudamiento y pensar que la economía crecerá con la salida del sol.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.