Investigación penal a Volkswagen en EU

BERLÍN.- Volkswagen, el mayor constructor de automóviles del mundo, un exclusivo honor que comparte con Toyota, se ha convertido, desde el viernes pasado, en el protagonista de un escándalo con dimensiones casi apocalípticas que puede poner en peligro el futuro del grupo alemán, advirtió la prensa local. 

La situación se le complicó ayer aún más a la firma luego de que el Departamento de Justicia anunció que abrió una investigación penal por la modificación de casi medio millón de automóviles a diesel –vendidos en Estados Unidos– para pasar los controles de emisiones contaminantes. 

Pero las cifras cambiaron la víspera cuando la compañía se vio obligada a admitir en un comunicado que el software con el que intentó engañar a las autoridades medioambientales estadunidenses podría haber sido instalado en unos 11 millones de vehículos en todo el mundo, una confesión que puede poner al grupo en una situación más que delicada.

La gravedad del escándalo adquirió una dimensión trágica cuando las autoridades de la Oficina Federal para la supervisión de Mercados Financieros, el organismo que controla el buen comportamiento de las empresas que cotizan en Bolsa, anunció que iniciará una investigación para determinar si Volkswagen ocultó en forma intencionada el engaño.

De ser así, VW podría ser condenado a indemnizar a los accionistas por la pérdida del valor de las acciones, una suma que hasta ayer era estimada en unos 25 mil millones de euros. Peor aún, el grupo puede ser condenado a pagar una multa en Estados Unidos de alrededor de 18 mil millones de dólares, lo que podría poner al gigante alemán al borde de la insolvencia.

ONDA EXPANSIVA

“El escándalo de emisiones puede amenazar la existencia de Volkswagen”, señaló el martes el periódico Die Welt, al hacerse eco de las consecuencias. “El escándalo amenaza también con convertirse en un reguero de pólvora global para el grupo. Volkswagen está bajo un fuego global”, añadió.

Junto con amenazar la existencia de Volkswagen, el problema ya arruinó la buena imagen que tenía el mayor constructor de automóviles alemán en todo el mundo, un daño que no se puede remediar con dinero. El escándalo también afectará a la planta de VW en Puebla, donde el grupo fabrica los modelos Jetta, Beetle, Golf y Passat, que son exportados, en su mayoría, a Estados Unidos. Aunque el software fue diseñado en Alemania.

UD. DISCULPE

Ante la dimensión del escándalo, el presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn. volvió a disculparse el martes por la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en los vehículos diesel vendidos en Estados Unidos y en otros países.

“Las irregularidades en los motores diesel de nuestro consorcio contradicen todo lo que apoya Volkswagen”, dijo el ejecutivo a través de un mensaje de video que fue difundido en la página web del grupo.

“Lamento infinitamente que hayamos decepcionado esa confianza. Me disculpo de todas las formas ante nuestros clientes, las autoridades y la opinión pública por este comportamiento incorrecto”.

Pero Winterkorn no quiso referirse a su futuro en la empresa, un aspecto que se ha convertido en un clamor nacional. “Winterkorn debe renunciar a su cargo porque sabía de la manipulación o no estaba enterado, lo que significa que no controla lo que sucede en el grupo”, dijo Ferdinand Dudenhöffer, uno de los mayores expertos en el ramo. “El escandalo es una catástrofe para la imagen de VW.”

Winterkorn tenía previsto este viernes presentar al Consejo de Administración de la firma un plan de reestructuración para mejorar sus ventas en Estados Unidos, pero insistentes versiones sin confirmar indicaban al cierre de esta edición que en el encuentro será relevado en la presidencia de la firma por el presidente de Porsche, Matthias Müller. Fuentes de Porsche se han negado hasta ahora a desmentir o confirmar la versión.

LOS HECHOS

El pasado viernes 18 de septiembre la Agencia  de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) acusó a VW de haber hecho trampa al instalar en sus vehículos de manera intencional un programa informático diseñado para camuflar los límites a las emisiones tóxicas.

El programa, instalado en los modelos diesel de Jetta, Beetle, Golf, Passat y Audi 3 que se vendieron en Estados Unidos entre 2008 y 2015, permitía detectar cuando el vehículo era sometido a la prueba oficial de emisiones. La EPA pidió a la armadora revisar unos 480 mil automóviles que se vendieron en ese lapso, en su gran mayoría fabricados en la planta de VW en Puebla, y no descartó la posibilidad de llevar al grupo a los tribunales.

La denuncia estremeció al gigante alemán, que se vio obligado a reconocer, el domingo pasado, el engaño. En una breve declaración Winterkorn, admitió ese día la falta, anunció el inicio de una investigación para descubrir el origen de la trampa y pidió disculpas.

“Personalmente, lamento profundamente haber decepcionado a nuestros clientes y a la opinión pública”, dijo Winterkorn. “Estamos trabajando con las autoridades competentes en forma conjunta y de manera global con el fin de esclarecer los hechos de manera rápida y transparente. Los sucesos tienen para la junta ejecutiva de VW y para mí, una prioridad absoluta”.

Pero en tan sólo dos días, el engaño se convirtió en una pesadilla para el grupo alemán y puso en entredicho la impecable imagen que tenía el sector, una de las joyas de la gran industria germana, en el mundo.

La imagen de VW quedó hecha pedazos, una realidad que se reflejó en la Bolsa de Fráncfort el lunes y el martes. Las acciones de VW perdieron casi un tercio de su valor, lo que representa una pérdida para los accionistas de unos 25 mil millones de euros.

El escándalo se agravó el lunes cuando el grupo anunció que dejaría de comercializar vehículos diesel de cuatro cilindros de sus marcas Volkswagen y Audi en Estados Unidos, una medida que afecta a la planta de Puebla. No fue todo. Ese mismo día, el gobierno alemán anunció que las autoridades competentes iniciarían una investigación para determinar si la compañía también manipuló las pruebas en Europa.