Perspectivas

23 Nov, 2015

Vive la economía su mejor momento

La economía mexicana está pasando el mejor momento de los últimos tres años, con un crecimiento anual de 2.6% y la inflación más baja de los últimos 40 años.

Esos datos apuntan a que este año se tenga el mayor crecimiento del sexenio, debido esencialmente al dinamismo del mercado interno, dado que las exportaciones no petroleras apenas crecen a un ritmo poco mayor del 2% anual.

Si se analiza la evolución por trimestres se observa que la economía se ha venido acelerando ligeramente a partir del segundo trimestre del año pasado, cuando crecía a un ritmo de 1.8% anual; luego, 2.3 y 2.6% en el último tercio del año pasado; empezó 2015 con un avance de 2.5% en los primeros tres meses, 2.3% en el segundo tercio y 2.6% en el tercero.

Algo importante a destacar es que ese crecimiento se origina en el empuje del mercado interno, ya que la alicaída economía mundial, incluyendo la de Estados Unidos, tiene muy apagado el motor externo de México.

También hay que decir que crecer al 2.6% no es algo como para presumir, cuando se sabe que para lograr una mejora en el nivel de vida de toda la población y para que la pobreza disminuya se requieren crecimientos de alrededor de 5% anual cuando menos durante una década.

Pero en estos momentos, México es la estrella latinoamericana en materia de crecimiento económico, frente a países en recesión como Brasil y Argentina.

Y es que se quiera o no, México ha hecho tareas esenciales: una seria de reformas estructurales y la decisión de mantener equilibrados los fundamentos económicos.El premio ha sido ese crecimiento, así sea mediocre, y la menor inflación de las últimas décadas.

Ya en este sexenio no hay mucho más que esperar: en lo que resta, el crecimiento seguirá siendo modesto, las finanzas públicas continuarán presionadas por la caída en los ingresos petroleros y las turbulencias de la economía mundial impedirán que haya mucha brillantez en el futuro a corto plazo.

A estas alturas del partido, la tarea más urgente sigue siendo lograr un crecimiento promedio anual cuando menos del doble de las últimas décadas, ya que es el único camino para que la pobreza disminuya.

Sin embargo, todos los gobiernos han sido incapaces de encontrar la llave para dinamizar el crecimiento económico; es probable que en el mediano plazo la Reforma Energética se convierta en un impulso extra que la economía no ha tenido hasta ahora.

Pero no será suficiente si, primero, no se aterriza bien y, segundo, si no se acompaña de políticas públicas en materia de desregulación y mayor competencia, que fomenten y atraigan las inversiones que se necesitan para dinamizar la economía.

El presidente Enrique Peña Nieto tuvo como promesa central de su campaña lograr un crecimiento promedio anual de 5%; y esa promesa es evidente, ya no se cumplió por los errores de política económica que se cometieron en los dos primeros años del sexenio.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.