Las causas y efectos de la escasez de dólares en México

Economía - 30 Nov, 2015
El relativo equilibrio en las cuentas externas del reciente pasado se ha quebrado durante el último año. Foto: Getty Images

CIUDAD DE MÉXICO.- México, hasta hace poco, podía presumir que sus cuentas externas estaban en equilibrio. Eso ya no es así. Basta con ver algunos números. El primero es que el déficit corriente del tercer trimestre, como porcentaje del PIB, fue de 3.2%, el más elevado en casi quince años, desde el cuarto trimestre de 2001. El deterioro de las cuentas externas ha sido bastante abrupto. Hace apenas un año, en el tercer trimestre del año pasado, el déficit por cuenta corriente ni siquiera llegaba al 1.0% del PIB.

Pero este comportamiento es cosa de un sólo trimestre. El déficit corriente acumulado de enero a septiembre sumó 24,741 millones de dólares (mdd), y sólo en esos tres meses supera el desequilibrio que se observó en todo el año pasado, de 24,036 mdd. La consecuencia es que el déficit corriente de enero a septiembre ya es de 2.9% del PIB, lo que implica el déficit más elevado para un periodo similar desde 1998.

Por tanto, el relativo equilibrio en las cuentas externas del reciente pasado se ha quebrado durante el último año, y se debe básicamente el deterioro proviene de la balanza de bienes. Así, el déficit corriente de enero a septiembre de 2014 fue de 18,896 millones de dólares (mdd). Un año después el déficit se ha incrementado en 5,845 millones de dólares para ubicarse en 24,741 mdd.

Balanza de bienes

Pues bien, todo ese aumento en el déficit corriente de 5,845 mdd se explica por el incremento del déficit en la balanza de bienes, que en ese periodo se ha disparado en 8,671 mdd, pasando de un moderado déficit de 1,777 mdd a otro de  10,488 mdd. En consecuencia, el déficit por cuenta corriente sería aún mayor si no fuera por la ligera mejora que han registrado otras sub-balanzas de la cuenta corriente como de servicios, cuyo déficit  se redujo en 1,888 mdd o la de transferencias, cuyo superávit se elevó en 1,221, mdd. 

El desequilibrio de la balanza de bienes se debe, simplemente, a que las exportaciones se han deprimido a un ritmo sustancialmente más rápido que las importaciones, por lo que cada vez se cuenta con menos ingresos para pagar las compras externas.

Las dificultades exportadoras se concentran en dos rubros: petróleo y manufactura. El derrumbe de los precios del petróleo y la menores necesidades de Estados Unidos de comprar petróleo mexicano han significado que México cada vez exporte menos barriles de crudo y  que además los venda más barato. En consecuencia, de enero a octubre las exportacions petroleras se han desplomado un 44.1% a 20,649 mdd, lo que supone haber perdido más de 16,317 mdd respecto al año anterior.

Lo malo es que las exportaciones manufactureras, que representan casi el 90% de las exportaciones mexicanas totales y que durante la segunda mitad del año pasado sirvieron de contrapeso frente a la caída de las exportaciones petroleras, han empezado a languidecer este año debido al enfriamiento de la industria estadunidense como resultado del robustecimiento del dólar y de la anémica demanda externa. Entre enero y octubre del año pasado, las exportaciones crecieron a una tasa de 6.5%, pero este año apenas lo hacen a una tasa de 1.5%, lo que supone un incremento de 4,289 mdd, muy inferior a los 16,317 mdd que se han perdido por las exportaciones petroleras.  Lo peor de esa situación es la tendencia: las exportaciones automotrices, que son las que se habían mostrado más dinámicas, apenas se expandieron un 5.4% de enero a octubre, cuando el año pasado lo hacían a doble dígito (11.5%) y además se han contraído en dos de los tres últimos meses: un -3.2% en agosto y un -5.6% en octubre, lo que representa la peor tasa desde octubre de 2009. El resto de la manufactura anda en peor estado, y sus exportaciones se estancaron completamente entre enero y octubre, con una tasa de -0.3%.

El resultado es que las exportaciones totales, teniendo en cuenta esa dinámica de las exportaciones petroleras y manufatureras, han pasado de crecer a una tasa de 4.5% entre enero y octubre de 2014 a reducirse a una tasa de 3.6% por ciento un año después, lo que supone una merma de 11,842 mdd.

Importaciones

Por otro lado, las importaciones también se han frenado, pero no a un ritmo tan marcado como las exportaciones por dos razones: uno, el bajo nivel de procesamiento de crudo en México junto con las necesidades del país de petrolíferos, gas natural y petroquímicos ha significado que las importaciones petroleras se hayan reducido apenas un 17.8% de enero a octubre de 2015 frente al desplome de 44.1% en las exportaciones petroleras. Por otro lado, la tendencia de recuperación de la economía mexicana impulsado por el consumo y el dinamismo de la manufactura ha mantenido el pulso de las importaciones no petroleras, que de enero a octubre se han incrementado un 1.4% pese al encarecimiento de las compras externas por la depreciación del peso. Las importaciones totales han pasado de expandirse un 4.2% entre enero y octubre del año pasado a reducirse un 0.6% en el mismo periodo de este año.

El resultado ha sido que la balanza petrolera pasó de un superávit de 2,540 mdd entre enero y octubre del año pasado a un déficit de 7,649 mdd en el mismo periodo de este año, en tanto la no petrolera se ha mantenido casi sin cambios respecto al año previo, con un déficit de 4,316 mdd. El resultado es que el déficit comercial total se ha ampliado en casi 10,000 mdd, de un déficit algo más de 2,000 mdd a otro de casi 12,000 mdd.

De este modo, es en la balanza de bienes donde se concentran los problemas por cuenta corriente de México. Y México precisa, por tanto, de un mayor volumen de dólares para financiar su crecimiento en un momento en el que los capitales son más aversos al riesgo y los flujos se pueden desplazar de los países emergentes hacia Estados Unidos conforme allí se empiezan a elevar las tasas de interés. 

Flujos de inversión

Afortunadamente, la Inversión Extranjera Directa (IED) ha tenido un buen comportamiento durante el 2015. Del déficit de 24,417 mdd por cuenta corriente registrado de enero a septiembre, un 61% se financia con 15,122 mdd de IED neta, cuyo monto se ha incrementado en un 57.6% respecto al periodo de enero a septiembre de 2014.

Sin embargo, la volatilidad de los mercados financieros globales durante el verano debido al desplome de la bolsa China y la expectativa de una subida de tasas en Estados Unidos en la reunión de septiembre puso en apuros a México en lo que se refiere a la inversión de cartera. Los inversionistas foráneos, que en el pasado habían comprado pasivos mexicanos con avidez, apenas lo hicieron durante el tercer trimestre, y la inversión en cartera neta ni siquiera llegó a los 1,000 mdd. Para el periodo enero a septiembre su monto fue de 19,728 mdd, un 48.9% menos que hace un año, y la cifra más baja para ese periodo desde la gran crisis financiera de 2009.

En consecuencia, el desequilibrio externo que ha emergido en México junto con los riesgos de una reversión de capitales como resultado del ciclo de subida de tasas en Estados Unidos generará nuevas presiones en el peso: hasta ahora se ha subsanado echando mano de las reservas, pero tarde o temprano tendrán que tratar de retener los capitales foráneos en México mediante una ineludible subida de tasas.