¿Por qué las mujeres aún son minoría en las empresas?

CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Por qué las mujeres aún son minoría en las empresas?, ¿se debe a una cuestión cultural o es más bien multifactorial?

Así como dudas, hay respuestas para las interrogantes que se desprenden de una realidad en la que de acuerdo con el estudio Empoderamiento económico de las mujeres: bueno para las mujeres, bueno para los negocios y bueno para el desarrollo, las mujeres representan entre 1% y 3% de las presidencias o direcciones ejecutivas de las empresas más grandes de Latinoamérica y el Caribe.

Además otra verdad menos agradable sigue presente: 70% de las PyMEs de la región que pertenecen a mujeres y necesitan un préstamo no han podido obtenerlo a través de instituciones bancarias, o si lo han obtenido, señalan que el financiamiento sigue siendo una limitación importante.

Y la realidad es así a pesar de que las empresas latinoamericanas que cuentan con una o más mujeres en sus comités ejecutivos presentan una rentabilidad del capital 44% superior a la de aquellas que no incluyen a mujeres en esas posiciones.

Pero ¿qué pasa en nuestro país? La participación de mujeres en ciertas actividades económicas aún deja mucho que desear:

Según datos del INEGI presentados en 2015 la participación en 2013 de las mujeres en el sector de la construcción equivalía sólo a 11.0%, en transporte, 15.3%, y en manufacturas 34.3 por ciento.

Pero si se trata del valor del trabajo no remunerado en las labores domésticas y de cuidados podemos encontrar el equivalente a 20.5% del Producto Interno Bruto nacional de 2013 o un trabajo equivalente a 42,500 pesos al año.

Con todo ello, ¿qué nos dicen los hombres y mujeres de negocios?, ¿cuál es la causa de que las mujeres sean minoría en las empresas?

Para Israel Coto, Director de la Oficina de Ciudad de México de Microsip, esto se debe a una cuestión cultural que, a pesar de todo, “sí es una tendencia que está cambiando”.

Uno de los elementos más importantes o de mayor productividad son las mujeres. La mujer tiene ciertas cualidades que son muy rescatables, muy aprovechables y que difícilmente a veces se pueden llegar a encontrar en un hombre".

Y lo dice por experiencia, pues en Microsip, empresa mexicana especializada en software administrativo para la Pyme, de todas sus franquicias, una de las más exitosas e importantes se encuentra en Chihuahua y es dirigida por una mujer, asegura.

Coto enfatizó que la carga cultural puede provocar que la mujer no se atreva o que crea que no tiene la capacidad de hacerlo, sin embargo, recomienda “que se atrevan, que prueben".

Ulrike Wiegel, CEO de BluePoint Management, es más agresiva con el tema. Ella cree que “la culpa o responsabilidad es de las mujeres mismas”.

Puso como ejemplo el momento de tener familia y la decisión que muchas mujeres toman de quedarse en el hogar. “Sí tenemos tal vez un poco más de dificultades en llegar a ciertos espacios… pero no tiene nada que ver si la empresa le da oportunidades o no a la mujer".

En tanto, destacó que los hombres “se avientan a más posiciones”, en contraste con la mujer que suele ser más “perfeccionista”

Aunque el hombre tenga 30% de inglés se avienta y prueba y hace, y la mujer quiere ser demasiado perfeccionista... por eso se les van muchas oportunidades; no hay que tener miedo", sentenció.

Para Ulrike es importante tener en mente tres metas si se quiere triunfar en los negocios como mujer:

• No hay que tener miedo 
• Si no es el camino correcto, buscar otro, siempre hay soluciones
• Buscar siempre el ganar-ganar. “Esa es una filosofía que muchos empresarios no entienden aquí (en México)”. Destacó que no se trata de ganarle a la competencia, sino de “unir fuerzas y crear alianzas”.

Sin embargo, para Faustina Reyes, vicepresidenta nacional de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) el tema es complejo y multifactorial:

Yo no podría hablar tan a la ligera. Desde mi punto de vista es multifactorial, obedece a cuestiones inherentes a la mujer, por pertenecer a una cultura estereotipada en la que la sociedad no ve con buenos ojos que se integre al ámbito productivo del país y porque la sociedad piensa que esto atenta contra la célula más importante que es la familia".

Destacó también que en esta realidad en la que aún las mujeres son minoría en las empresas “los gobiernos tienen mucho que ver. (Más allá de) los estereotipos culturales, también tiene que ver con cuestiones de políticas públicas y con el devenir personal de cada mujer, porque cada mujer es una historia".

*livm