Las mujeres de Bolivia, entre la fe y la violencia

Más de la mitad de las mujeres que han estado en una relación dicen que han sido sometidas a abusos físicos o sexuales por sus parejas
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Las activistas dicen que el presidente de Bolivia es parte del problema. Morales se llama un “feminista que hace bromas machistas”. Foto: Reuters
Las activistas dicen que el presidente de Bolivia es parte del problema. Morales se llama un “feminista que hace bromas machistas”. Foto: Reuters
Citada en la fiscalía el 17 de diciembre para un interrogatorio en una investigación sobre “daño a propiedad pública”, María Galindo no mostró remordimientos. Apareció usando un tocado en la cabeza que mezclaba la corona de la Estatua de la Libertad con un tocado indígena tradicional que llevaba escrito el grafiti que la metió en problemas: “Fiscalía rima con porquería”.
 
El insulto fue provocado por el inepto manejo de los fiscales de las investigaciones sobre los asesinatos de varias mujeres en La Paz el año pasado. Ahora, los fiscales van tras Galindo y sus compañeras manifestantes.
 
Con la cabeza parcialmente afeitada y su maquillaje de ojos teatral, la feminista más prominente de Bolivia destaca entre la multitud. Mujeres Creando, el grupo que fundó en 1992, ha estado pintarrajeando las paredes con grafiti, protagonizando representaciones artísticas e involucrándose en actos de desobediencia civil desde entonces para protestar por la homofobia y el maltrato a las mujeres. Los bolivianos de mentalidad tradicional la llaman anarquista y denigran su lesbianismo. Ella se describe como una rebelde.
 
Su rebeldía no ha menguado aun cuando, durante la última década, Bolivia ha sido gobernada por izquierdistas que se ven como defensores de los oprimidos. Evo Morales es el primer presidente boliviano perteneciente a la mayoría indígena del país. Una nueva Constitución, promulgada en 2009, afirma repetidamente el principio de igualdad de los sexos.
 
Con poca utilidad, argumentó Galindo, quien es cortés y de voz suave pese a la fiereza de sus opiniones.
 
“La posición del gobierno es totalmente incoherente”, sostuvo, y describió al partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), como una “aglutinación de los intereses de caudillos (que) no representan las ideas progresistas para nada”.
 
El problema subyacente, piensa, es el cristianismo, especialmente el de tipo evangélico que se ha arraigado en las comunidades indígenas. Sin duda hay algo de verdad en esta afirmación. También permite a las activistas como Galindo culpar de la intolerancia y la violencia a las influencias europeas en vez de a las nativas.
 
“La homofobia no es una idea indígena”, afirmó. “Fue introducida por la Iglesia”.
 
La influencia del catolicismo ha menguado, pero la de nuevas Iglesias, como el pentecostalismo y el mormonismo, ha aumentado. En un sondeo realizado en 2013, 17 por ciento de los bolivianos se describieron como evangélicos.
 
El MAS se ha alineado cada vez más con estas Iglesias, dijo Pedro Portugal, un escritor sobre asuntos indígenas. Los primeros resultados de un sondeo de las actitudes hacia los homosexuales entre los legisladores en el parlamento sugieren que muchos están influenciados por el cristianismo fundamentalista.
 
La Constitución de Bolivia permite a los grupos indígenas gestionar sus asuntos en temas como justicia y uso de tierras de acuerdo con sus “costumbres y prácticas”. Las normas son cristianas, no tradicionales, denuncias las feministas.
 

Permitir a los grupos indígenas decidir cómo y si aplicar la ley es simplemente una abdicación de las responsabilidades del Estado”, dijo Sonia Montaño, ex directora de asuntos de género en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
 
Ella quiere que se aplique la ley civil y criminal ordinaria.
 
Las activistas dicen que el presidente de Bolivia es parte del problema. Morales se llama un “feminista que hace bromas machistas”, pero pocas activistas se divirtieron con la reciente respuesta del presidente a los rumores sobre la orientación sexual de la ministra de salud: “No quiero pensar que eres lesbiana”.
 
Esas actitudes dificultan combatir la discriminación contra los homosexuales y el abuso de las mujeres. Los niveles de violencia doméstica de Bolivia son los peores en Sudamérica, según un estudio realizado en 2013 por la Organización Panamericana de la Salud. Más de la mitad de las mujeres que han estado en una relación dicen que han sido sometidas a abusos físicos o sexuales por sus parejas.
 
En la política hay progreso. Según la Constitución, los partidos deben presentar tantas candidatas como candidatos a las elecciones, y la mitad de los ministros del gobierno son mujeres. En las elecciones distritales celebradas en marzo de 2015, el número de mujeres elegidas superó al de los hombres por primera vez.
 
Galindo no se deja impresionar: “Muchas de ellas son simplemente adornos”, dijo.
 
Su cruzada contra las Iglesias continuará. En julio pasado, integrantes de Mujeres Creando se prepararon para la visita del Papa Francisco reuniéndose en la catedral en La Paz vestidas como monjas embarazadas. “Todos los días, su Iglesia crucifica a las mujeres”, decía una pancarta que denunciaba su oposición al aborto. La policía antimotines dispersó a las manifestantes.
 
Galindo llama a la influencia de la Iglesia “la herida abierta del colonialismo”. Quizá, pero algunas de las actitudes que está combatiendo también podrían ser de origen local.
 
kgb 
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