Un economista se preguntó cómo sería el comercio interestelar

CIUDAD DE MÉXICO.- Los economistas no sólo tratamos con situaciones del mundo real, muchas veces nuestro trabajo es teórico y basado en suposiciones, como la investigación “La teoría del comercio interestelar” de Paul Krugman, quien cumple años el 28 de febrero.

En este escrito, el columnista del New York Times se plantea una pregunta: ¿cómo se debe calcular el interés sobre productos en camino a entregarse cuando éstos viajan a velocidades cercanas a la de la luz? “Esto es un problema porque el tiempo que toma la entrega parece menor a un observador viajando con los bienes que a uno estacionario”.

Una solución se deriva de la teoría económica y dos inútiles pero ciertos teoremas son comprobados”, dice Krugman en el documento.

El primero de los teoremas que responde a la pregunta planteada dice que el tiempo que debe considerarse para calcular el interés de una inversión debe ser el que pasa en el planeta, no en el viaje, pues, en término sencillos, es en el tiempo planetario donde se lleva a cabo la actividad comercial.

Krugman lo explica con un ejemplo. Imagina que una ser en el planeta Trantor puede invertir en vender productos en la Tierra o comprar un bono trantoriano; para determinar qué inversión realizar es claro que el tiempo que debe considerar es el que pasa en el planeta, no en la nave, ya que el rendimiento de su inversión en ambos casos transcurre en tiempo relativo al planeta, no a la nave.

El segundo teorema tiene que ver con tasas de interés en un planeta, Trantor, y la Tierra. De acuerdo con la explicación de Krugman, la competencia entre ambos planetas debería hacer que el interés de una inversión en Trantor y en la Tierra fuera igual.

Aunque este ejercicio pudiera parecer una pérdida de tiempo o el capricho de un nerd, como Krugman expone, podría servir en algún momento, pues los dos teoremas comprueban que el análisis el comercio interestelar puede usar las mismas herramientas de lo que en Economía se llama análisis de equilibrio general, que son usadas en la economía que ya existe en el planeta.

Además, el texto vale la pena leerse, pues está lleno de humor y referencias a ciencia ficción.