La Biblia te enseña una importante lección de emprendimiento

Filosofía bíblica para emprender
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Filosofía bíblica para emprender. Foto: Visual Hunt
Filosofía bíblica para emprender. Foto: Visual Hunt

CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando se trata de emprender, cualquier fuente es buena para obtener conocimientos; asimismo, nunca es tarde para hacerlo.

Un buen ejemplo de este principio es aprender de un libro que quizá no se encuentre entre el top de los más consultados por la comunidad emprendedora –o al menos no el libro de dónde se podrían obtener consejos sobre cómo llevar un negocio–: la Biblia.

Lo cierto es que en su interior se albergan diversas formas literarias o analogías que podemos aplicar a muy variados aspectos de nuestra vida, una de ellas es la generación de riqueza.

En la Biblia (el libro más leído por los mexicanos) podemos encontrar una analogía que nos habla sobre la “obligación” de generar abundancia, con base en nuestras capacidades: la parábola de los talentos.

En esta parábola se ensalza la productividad, la generación de riqueza y la multiplicación del dinero, a la vez que muestra valores que, independientemente de nuestras creencias, podemos aplicar al negocio.

En el Evangelio de Mateo (25:14-30) la podemos encontrar. En ella un patrón entrega a sus sirvientes dinero (llamado ahí “talentos”) para que lo cuiden. Dos de ellos lo ponen a trabajar, lo invierten y entregan lo que se les encargó y los intereses a su amo; mientras que uno lo esconde por miedo a perderlo.

Esto nos habla de la importancia de arriesgarnos a invertir o emprender.

Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”, se lee en el versículo 29.

En este sentido, es importante generar riqueza por dos importantes razones: no sólo para disfrutarla de forma individual, sino para generar riqueza en otros y que ésta crezca y se expanda y así retribuir lo que se nos ha dado en otro tiempo.

Somos individuos con utilidad económica y con capacidad de generar y crear, por lo que no debemos desaprovechar las oportunidades.

Además, debemos dejar los temores a un lado:

Por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo”, dijo el siervo que no invirtió.

Al final al siervo que no generó intereses se le quitó lo poco que tenía.

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¿Qué aprendemos?

Podemos reflexionar más sobre el tema y encontrar más aspectos aplicables a nuestra vida y negocio:

  • La parábola pone al descubierto que el hombre tiene “la obligación” de generar abundancia, de acuerdo con sus capacidades.
  • Siempre es buen momento para preguntarnos qué tanto generamos con nuestros talentos y con el dinero y los bienes que poseemos.
  • Además, si hoy se nos pidieran cuentas de lo que generamos, ¿qué entregaríamos?
  • Sin embargo, como ya apuntamos, lo más importante de esta parábola es que el siervo que no genera, lo hace por dos temores: perder lo que tiene y ser castigado. Lo cual es en realidad no está muy alejado de los temores de emprendedores hoy en día.

¿A ti cuántas veces te ha detenido el miedo?

Es preciso dejar los temores atrás y generar más con lo que tenemos, pues ese también es un camino hacia la riqueza.

¿O crees tú que los grandes empresarios no se arriesgaron?

*livm

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