Este detalle salvó a Nintendo de desaparecer en la Segunda Guerra Mundial

La ciudad donde estaba la compañía era uno de los objetivos considerados para la bomba atómica
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Una boda de principios del siglo XX. Imágenen vía picturevictoria.vic.gov.au/Nintendo
Una boda de principios del siglo XX. Imágenen vía picturevictoria.vic.gov.au/Nintendo

CIUDAD DE MÉXICO.- Esta es una historia romántica y militar que afectó a la industria de videojuegos sin saberlo. Prepárate y disfrútala.

 

La esposa del dueño de Nintendo

La vida para Tei Yamauchi parecía ir de mal en peor. Casada por compromiso para mantener el nombre y la empresa que su padre fundó -difícil al ser mujer- tuvo que aguantar las frecuentes infidelidades de su marido.

Luego su matrimonio produjo sólo dos niñas, por lo que se aseguraba que otra generación de mujeres Yamauchi tendría sufrir las penurias de un matrimonio arreglado.

La vida matrimonial de su hija mayor, Kei, increíblemente fue todavía peor. Aunque la pareja produjo al primer heredero Yamauchi varón en tres generaciones, el esposo de Kei -mujeriego agobiado por las responsabilidades de la empresa familiar- un día lo abandonó todo: esposa, hijo y empleo.

Ello llevó deshonra a la familia Yamauchi, dio paso a un niño arrogante y resentido y obligó a Tei a ayudar con las labores de la empresa familiar.

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El nieto de Tei unos años antes, mostrando que tenía cara de soberbio desde chiquito. Imágen vía hobbiconsolas.com

Ah, la empresa familiar. Tras años de esfuerzos y dificultades, el taller que el padre de Tei había fundado ahora era una empresa exitosa con productos que se vendían en todo Japón, tanto así que el humilde tallercito ahora era sólo uno de los muchos edificios y terrenos que la empresa poseía alrededor de la en la ciudad donde Tei y su familia vivían.

La guerra

El año era 1945 y la ciudad de Kyoto, como muchas de las otras grandes ciudades japonesas, era blanco de los bombardeos estadounidenses, por lo varias de las inversiones en bienes raíces de la empresa de la familia de Tei -literalmente de la noche a la mañana- se habían convertido en polvo.

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Ah, pero las fuerzas armadas estadounidenses, humanitariamente, les advertían a los japoneses que sus ciudades serían bombardeadas inmisericordemente. Imágen: Gobierno de Estados Unidos vía cia.gov

Pero Tei Yamauchi había enfrentado muchas adversidades a lo largo de su vida, por lo que aún en las noches de bombardeo, mientras su familia se resguardaba en el sótano de la mansión Yamauchi, Tei dormía en su habitación habitual, y al día siguiente, salía a realizar sus actividades cotidianas como si nada, aún si cada vez veía menos de los edificios que su empresa, Yamauchi-Nintendo, llegó a tener en la maltrecha ciudad.

Es en ese marco de inicios de 1945 en el que al otro lado del mundo, estaban por tomarse una serie de decisiones que tendrían un gran impacto en el resto de la historia, aún si Tei Yamauchi, su familia, o gran parte de la población mundial no lo sabía.

 

Mientras tanto, en Washington D.C.…

Para el verano de 1945 la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial era obvia tanto para los miembros de los países Aliados como para la misma población japonesa (Tei Yamauchi impidió a toda costa que su nieto, el joven Hiroshi Yamauchi, sirviera en el ejército japonés por esa causa), aún si los miembros de las Fuerzas Armadas Imperiales no se habían dado cuenta.

Tras haber vencido a la Alemania Nazi en Europa, los países miembros de las Naciones Unidas -incluyendo a México- estaban listos para terminar con la resistencia japonesa en el este de Asia.

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A pesar del imaginario colectivo nacional, México SÍ participó en la Segunda Guerra Mundial y tuvo un buen (aunque reducido) desempeño.

El problema es que se esperaba que tal resistencia fuese brutal. A lo largo de la campaña aliada en el Pacífico sur, las tropas estadounidenses se habían encontrado una resistencia increíble por parte de los soldados japoneses.

Y si eso había sucedido en los territorios que Japón tenía poco de haber conquistado, los comandantes de las fuerzas armadas estadounidenses no se querían ni imaginar lo que se enfrentarían al invadir las islas principales de Japón.

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Y los japoneses sabían del miedo que los estadounidenses les tenían. Como muestra se encuentra este panfleto de propaganda que dejaban caer sobre las tropas aliadas en el Pacífico sur. Imagen vía psywarrior.com

Por ello, cuando se presentó la alternativa de usar un armamento experimental en el territorio japonés para acelerar su rendición, el gobierno estadounidense y sus fuerzas armadas la aceptaron sin dudarlo.

El Gobierno de Harry S. Truman pidió a su Secretaría de Guerra que creara una lista de posibles ciudades japonesas que fuesen usadas como blanco de esta nueva y terrible arma.

Para ser un objetivo potencial, las ciudades a ser atacadas debían contar con tres características:

  • Ser ciudades medianas o grandes con un diámetro de más de cinco kilómetros.
  • Ser objetivos militares importantes, con almacenes de municiones, fábricas de materiales de guerra, estaciones de ferrocarriles o bases de las fuerzas armadas imperiales.
  • Ser objetivos propagandísticos importantes, que su destrucción contribuyera a asegurar la rendición de Japón.

De esa forma, el 28 de abril de 1945, la Secretaría de Guerra estadounidense había creado la siguiente lista:

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Lista de los posibles blancos a ser atacados. Imagen: Gobierno de los Estados Unidos vía blog.nuclearsecrecy.org

Como se puede notar, Kioto aparece en ella -y por las anotaciones a mano, era un blanco de alta prioridad, al colocarla como la segunda ciudad a ser destruida.

Esto se debía a que en Kioto se encontraba un importante cruce de vías férreas, y su destrucción afectaría severamente la capacidad japonesa de transportar tropas y pertrechos; la ciudad también contaba con muchas fábricas que contribuían al esfuerzo bélico; además, mientras que Tokio había sido arrasada por los continuos bombardeos estadounidenses, Kioto, si bien había sido golpeada, estaba en mejores condiciones.

Pero la causa principal de su posible uso como blanco de las armas nucleares era que Kioto había fungido como capital de Japón -ya fuese en la práctica o de forma nominal- por poco más de mil años; su destrucción -y con ello, la evaporación instantánea de un núcleo cultural del país- sería un golpe brutal no sólo para el gobierno, sino para la población japonesa.

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Mapa de Kioto con el punto planeado de detonación del arma nuclear y su radio de acción esperado. Imagen: Gobierno de los Estados Unidos vía blog.nuclearsecrecy.org

Aunque la planificación para atacar Kioto llegó lo suficientemente lejos como para hacer un mapa con el objetivo donde sería lanzada el arma nuclear (el cual es visible arriba), para finales de mayo de 1945 Kioto había salido definitivamente de la lista de blancos, ocupando su lugar la ciudad que, a la postre, sería el primer objetivo de un ataque nuclear en la historia de la humanidad.

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Estatua en memoria de Sadako Sasaki, una de las víctimas más reconocidas de las consecuencias del las armas nucleares. Lo siento. Hay pocas cosas con las que no puedo bromear, y esta es una de ellas. Imagen: Dunican vía wikimedia commons

Pero, ¿por qué salió Kioto de la lista? Si su importancia -tanto militar como psicológica- estaba más que comprobada y ya se estaba planeando atacarla, ¿qué pasó?

La diferencia la hizo un solo hombre.

 

La luna de miel que salvó a Kioto

Durante toda la Segunda Guerra Mundial, a la cabeza de la Secretaría de Guerra estadounidense se encontraba Henry L. Stimson, un político veterano que ya había ocupado esa posición antes de que Estados Unidos entrara a la Primera Guerra Mundial en 1917.

Famoso por su afabilidad -era un miembro del partido republicano en una posición de poder de una administración demócrata- y su fortaleza física -se dice que era más activo a sus setenta años que muchos de sus subalternos de menos de treinta- Stimson era conocido como The Kingpin (algo como El Capo en español), ya que sus decisiones eran certeras, efectivas y tajantes.

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Stimson (a la izquierda) aunque era grande y usaba bastón, seguramente podía usarlo de 18 maneras distintas para matarte. Imagen: Biblioteca Presidencial Harry S. Truman vía wikimedia commons

Fue gracias a Stimson que, en algún momento de la primavera de 1945, Kioto salió de la lista de las ciudades a ser atacadas.

De acuerdo a Charles Cole, entonces asistente en la Secretaría de Guerra, un día el Secretario Stimson le preguntó “si lo consideraría como un viejo sentimentalista si quitaba a Kioto de las ciudades objetivo para nuestros bombarderos”.

Como la lista contaba con suficientes blancos potenciales, la remoción de Kioto por parte de Stimson, aunque llamó la atención, no fue cuestionada.

Pero ¿por qué quitó a Kioto? A diferencia de otros estadounidenses a las que se les nombra como salvadores de Kioto de la aniquilación nuclear (como Edwin Reischauer, Florence Denton o Langdon Warner), Stimson no había nacido en Japón o había pasado parte importante de su vida en ese país, por lo que el haber salvado a una ciudad de otro país que ni conocía era algo raro.

Sin embargo, aunque el mismo Stimson nunca lo declaró como tal, quizás la causa por la que decidió retirar a Kioto de la lista fue que, cuando era joven, había visitado esa ciudad en varias ocasiones, en especial durante su luna de miel.

Debido a los monumentos, edificios y demás objetos culturales con los que contaba, Kioto le pareció una ciudad fascinante. De esa forma, una de las principales causas que hacía de Kioto el blanco perfecto, gracias al sentimentalismo de un viejo, se convirtió en la salvación de la ciudad.

 

Deja la suerte en manos del cielo.

De haber sido Kioto atacada, como se muestra en el mapa de hace unos párrafos, el punto donde se esperaba detonar la bomba nuclear era sobre el cruce de las vías en el centro de la ciudad.

Con ello, en condiciones óptimas, las secuelas de la radiación hubiesen sido las siguientes.

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Mapa que muestra la posible devastación de una explosión nuclear sobre Kioto. El círculo amarillo es el hongo nuclear: destrucción asegurada; el rojo es el impacto del aire; el verde es la extensión de la radiación, el gris es el máximo impacto del aire y el naranja es el de la ola de calor. Imágen: Nukemap vía nuclearsecrecy.com

¿Notas esa banderita al este? Ahí es donde se encuentra el taller original de Nintendo, y en sus cercanías se encontraba la mansión de la familia Yamauchi.

Eso significa que, de haber sido atacada con la bomba nuclear que se utilizó en Hiroshima, Nintendo y los Yamauchi tenían un 50% de probabilidad de haber sobrevivido.

Pero tomando en cuenta que en la explosión real en Hiroshima la bomba erró su blanco por 240 metros, el uso de este armamento no era exacto, por lo que el área de destrucción podía variar. También se puede suponer que Kioto podría haber sido atacada con la segunda bomba nuclear (la que a la postre sería utilizada en Nagasaki).

Con esos dos factores, la zona destruida por los efectos de la bomba nuclear hubiese sido más amplia, con lo que el taller de Nintendo y la mansión de la familia Yamauchi hubiesen sido engullidos por las llamas y, de haber habido sobrevivientes, se hubiesen tenido que enfrentar a la radiación y a la temida lluvia negra.

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Mapa de Kioto de haber sido atacada con la bomba nuclear que se usó en Nagasaki. La banderita sigue marcando el lugar donde se encuentra el taller original de Nintendo. Imagen: Nukemap vía nuclearsecrecy.com

Y aunque en ese momento Nintendo sólo fabricaba mazos de naipes y hanafuda, en unas décadas, gracias al arrogante nieto de Tei, Hiroshi Yamauchi, se convertiría en la empresa de videojuegos que hoy conocemos, reviviendo a la industria de los videojuegos en América tras el colapso de 1983.

De esa forma, la decisión de Stimson salvó, sin saberlo, a la familia Yamauchi y a su empresa, y a la larga, a la misma industria de los videojuegos. Pero con ello, también se condenó a las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki a la súbita destrucción y a secuelas que todavía se sienten hoy en día.

Esto demuestra que, aún los eventos más triviales tienen consecuencias imprevisibles, y que en ocasiones, la línea entre la vida y la muerte es muy delgada y depende de cosas completamente arbitrarias…

 

*gl

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