Venezolanos se vuelven ingeniosos para crear empleos y sobrevivir

CARACAS.- La inflación y la escasez desarrollaron la creatividad de los venezolanos en la búsqueda de nuevas actividades que les permita sobrevivir en medio de la inflación más alta del mundo, afirmó el sociólogo Mario Pernía.

Desde venta de ropa usada, hasta los servicios de pagar la luz, el teléfono o cualquier otra encomienda, son oficios que realizan hoy los venezolanos ante la aguda crisis económica que experimentan”, precisó el catedrático jubilado de la Universidad del Zulia (LUZ).

Pernía refirió que aunque la cultura de estrenar estuvo muy arraigada entre los venezolanos, unida a la de desechar lo que ya está en desuso, cada vez surgen nuevos grupos y particulares que se dedican a reutilizar objetos, en darle una nueva oportunidad a lo usado.

Los mercados de los corotos son una muestra de ello, donde se puede comprar desde un vestido usado de marca, hasta una licuadora sin vaso. La gente se ha visto obligada a comprar cosas usadas porque nuevas ahora mismo le sería imposible adquirirlas, por sus elevados precios”, señaló.

Explicó que mediante este “rebusque” (ingreso económico adicional) los venezolanos tratan de minimizar los efectos de la inflación, aparte de que resulta un excelente negocio, pues la mercancía la obtienen casi regalada, durante sus recorridos por las urbanizaciones lujosas.

A mí me conocen como la 'ropavejera' de la clase alta, porque las doñas de las urbanizaciones selectas me regalan piezas que ya no usan, bien por algún defecto o porque han pasado de moda”, dijo Gladys Patiño, exenfermera del Hospital Vargas de Caracas.

Agregó que el trabajo es difícil, pues una vez que consigue la ropa debe llevarla a la tintorería o a la costurera para los arreglos, pero que bien vale la pena, ya que en dos años ha ganado más dinero que el percibido durante los 10 años que ejerció como enfermera.

Luis Portillo, un electricista de 34 años, creó “Mandaditos C.A.”, una pequeña empresa familiar que logró crecer y la cual presta los más disímiles servicios a las personas que carecen de tiempo para realizar ellas mismas sus diligencias.

Llevamos ropa de la tintorería, pagamos los servicios de luz, agua, teléfono, realizamos depósitos bancarios, rastreamos y compramos medicamentos, recogemos a los niños del colegio y hasta botamos aquellas cosas que le estorban en su apartamento”, explicó Portillo.

Destacó que la empresa comenzó utilizando tres personas y hoy cuenta con un personal de 35 motorizados, prestos a realizar las tareas que se le encomienden. Actualmente funcionan en el este de Caracas y esperan abrir sucursales en diversos sectores de la ciudad.

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