5 verdades que tal vez desconoces de los cigarros electrónicos

A pesar de ser recurrentes entre los ex fumadores, ¿es en realidad un buen método para dejar el hábito?
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 En el Día Mundial Sin Tabaco, te compartimos cinco aspectos que debes conocer sobre los cigarros electrónicos. Foto: EFE
En el Día Mundial Sin Tabaco, te compartimos cinco aspectos que debes conocer sobre los cigarros electrónicos. Foto: EFE
CIUDAD DE MÉXICO.- Los cigarros electrónicos se comercializan y promocionan como una opción "menos dañina" que el tabaco, como algo que puede ayudar a dejar el hábito e incluso como una manera “saludable” de fumar.
 
 
Así, entre los labios de ex fumadores se encuentran este tipo de cigarrillos, cuyo uso se ha expandido rápidamente. Pero, ¿es en realidad un buen método para dejar de fumar?
 
En el Día Mundial Sin Tabaco, te compartimos cinco aspectos que debes conocer sobre los cigarros electrónicos. 
 

1. Su origen

 
El cigarro electrónico basado en nicotina fue desarrollado en China, donde el farmacéutico Hon Lik lo patentó en el 2003, para luego llevarlo al mercado estadounidense en 2007. 
 
Lo que comúnmente se conoce como cigarro electrónico, es un sistema electrónico que administra nicotina (SEAN), extraída de las plantas de tabaco. 
 
Constan de un cartucho desechable o recargable que contiene nicotina en forma líquida, disuelta en propilenglicol y saborizantes, un filamento que se calienta hasta vaporizar este líquido, un microprocesador que controla el mecanismo de vaporización cuando se inhala, una boquilla y en ocasiones un led, que puede simular la brasa de un cigarro o indicar que se está aspirando, la dosis de nicotina que se administra con cada inhalación es muy variable, ya que depende de la marca e incluso de la línea del producto.
 

2. ¿Qué opina la OMS sobre estos?

 
A finales de agosto de 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un informe para exhortar a los países en la necesidad de prohibir el uso de los SEAN, como se les designa a los cigarros electrónicos, ‘e-cigs’ o vaporizadores.
 
En el documento, la OMS muestra su preocupación por el aumento en el uso de estos dispositivos que administran nicotina, una sustancia altamente adictiva, pero sin usar tabaco y que no producen humo sino vapor, un vapor con mucho más que agua.
 

3. Su vapor puede ser tóxico 

 
Aun cuando no existe combustión, el vapor de un cigarrillo electrónico contiene una combinación de sustancias químicas, entre las que se encuentran nicotina, propilenglicol, glicerina vegetal, polietilenglicol, agua y saborizantes artificiales. 
 
Según la OMS, dependiendo de la marca este vapor puede contener sustancias tóxicas y compuestos cancirnógenos, como acrilaldehído, formaldehído, acetona y otros carbonilos, en menor o igual magnitud que en el humo de un cigarro convencional. 
 
Otras investigaciones han encontrado en el vapor partículas de estaño, plata y níquel, principalmente; así como de hierro, cerio, lantano, bismuto y zinc; esto debido a que los cigarros electrónicos contienen un filamento o resistencia que se calienta hasta vaporizar el líquido.

 

4. No ayuda a dejar el hábito

 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en 2011 que no hay alguna evidencia que lo demuestre. "En este momento sigue sin haber estudios concluyentes de que sea eficaz para dejar de fumar", asegura el doctor Camarelles. El diario médico, británico, Lancet publicó una investigación con resultados poco alentadores. 
 
El cigarrillo electrónico es al menos tan eficaz como el parche de nicotina para dejar de fumar, según un estudio neozelandés sobre este controvertido paliativo.
 
Publicado el domingo en el diario médico británico The Lancet, el estudio dirigido por Chris Bullen (Universidad de Auckland) “sugiere que el cigarrillo electrónico es comparable al parche de nicotina para ayudar a los fumadores a dejarlo por lo menos seis meses”.
 
En realidad, este estudio realizado sobre un total de 657 fumadores que querían dejar el tabaco, muestra un eficacia un poco mayor del cigarrillo electrónico aunque la diferencia se consideró “estadísticamente no significativa”. Sin embargo es cierto que la mitad de estos consiguió reducir el consumo del tabaco convencional.
 
“Dejar de fumar supone deshabituarse de la dependencia física a la nicotina, que se consigue poco a poco. Además, tener algo parecido al cigarrillo entre manos no es la mejor opción para borrar el tabaco de nuestras vidas”, explicó a una agencia especializada la doctora Regina Dalmau  representante en el Comité Nacional para la Prevención del Tabaco (CNPT) en España.
 

5. ¿Son más 'sanos' que el tabaco?

 
Considerados por la población como un producto más sano y con el que se consigue cierta satisfacción. 
 
A pesar de esto, a menudo su consumo es dual con el cigarrillo convencional, según han señalado diversos institutos de salud alrededor del mundo como la OMS, el Instituto Nacional de Salud Pública en México y  la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), quienes se han pronunciado en varias ocasiones sobre lo dañino del producto.
 
Mientras los especialistas debaten sobre la necesidad de ampliar la investigación sobre los cigarros electrónicos para entender mejor los riesgos a la salud que su uso puede producir, los esfuerzos mundiales se centran en regular el uso de este producto, bajo el principio básico de que al no existir suficiente evidencia de que estos productos sean realmente una forma de reducir el daño atribuido al consumo de tabaco, no puede promoverse su uso.
 
kgb 

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