Cuenta corriente

13 Ene, 2017

Mercado de gasolinas: entuerto complicado

Varios fueron los elementos que influyeron en las expresiones de enojo por el aumento de las gasolinas. En el caso de los consumidores no es necesario comentar lo que enoja es que el aumento se percibe más que como resultado de un comportamiento de mercado como un incremento de impuestos. Ahí todavía falta por generar claridad en cómo se integra el nuevo precio de la gasolina en México.

El otro frente fue el de los empresarios dueños de las estaciones de servicio, que conocieron del proceso, pero no con el suficiente detalle. Cuando se enteraron por ahí del
7 de diciembre de que tenían que pagar de contado la compra de gasolina y que ya no había crédito de Pemex, que dirige José Antonio González Anaya, comenzaron a tener problema que en mucho se fue traduciendo en desabasto, pues en la realidad agrupados o no, organizados o no, las 11,500 estaciones de servicio tenían ante sí dos situaciones críticas: falta de liquidez y dudas sobre el “esquema de comisiones” que habían mantenido con Pemex en un contexto de precios altos, ya que se les dijo que donde debían jugar para ganarse al cliente era sobre su comisión.

También regionalmente había problemas porque en la franja fronteriza se estableció un estímulo a la gasolina de casi dos pesos al litro y el gasolinero tenía que cargárselo al consumidor final. Con esto se eliminó de un plumazo el sistema de homologación de precios que prevaleció en los últimos años, pero el susodicho estímulo lo tiene que fondear el gasolinero.

De ahí que los gasolineros pusieron el grito en el cielo y decidieron cerrar la cortina. Por un lado el precio promedio (sobre todo en Texas) del litro de gasolina en Estados Unidos es de 11.5 pesos con todo y traslado y garita y, en México era de más de 15 pesos, a los que les tenían que descontar el estímulo, pero les dijeron que tenían la opción de acreditarlo contra el IVA o el ISR a su cargo y el proceso de devolución es tan lento que equivalía a obligarles a fondear el estímulo al consumidor a los mismos gasolineros.

Por ello, la reunión que sostuvieron con la Onexpo, que encabeza José Ángel García Elizondo, que tiene representación en los 32 estados del país, con el subsecretario de Ingresos de Hacienda, Miguel Messmacher, y del SAT de Osvaldo Santín, y de Pemex, encabezados por Carlos Murrieta, de Transformación Industrial, allanaron el primer escollo, porque se firmó un compromiso de reducir el tiempo de devolución del “estímulo” de 60 a 13 días hábiles.

Y para el resto de las estaciones de servicio en el país, el acuerdo es que al igual que en la frontera norte, Pemex restablecerá el crédito que le ofrece a sus expendedores de siete a 17 días, para reducir la presión sobre el flujo de ventas y buscará con Nafin un esquema de financiamiento al gasolinero para facilitar la transición del mercado.

Con el acuerdo firmado, fue evidente su resultado: ¿advirtió que ya comenzaron a reabrir las gasolinerías del norte del país? Yo sí.

También es notoria la normalización en el abasto al eliminarse bloqueos de los centros de distribución a las gasolinerías, pero lo que no se ha resuelto es el tema de los precios.

El precio en México, que es más elevado que en Estados Unidos, se explica por 4 factores: el impuesto allá es del 20% y aquí del 40% incluyendo el IVA, pues la referencia que utiliza la fórmula de Hacienda es la misma (mercado de Houston), el segundo elemento es el tipo de cambio y sólo en enero hemos tenido un brinco de 1 peso y de 1.5 contra el cierre de diciembre por el efecto del #HurricaneTrump.

El tercero es el componente de importación de los combustibles que llegó a 70% en diciembre y traerlo a México cuesta más que trasladarlo de Madero (que por cierto ayer tuvo su enésimo incidente).

El último y cuarto componente son los impuestos. Sólo en Texas representan 18% del precio, o sea, no se compara.

En cuanto a infraestructura, nadie sabe cómo se calculó el costo de la logística, sabemos que México tiene un tercio de los ductos y de las estaciones que tiene Estados Unidos, pero también nuestro territorio y la población representa una tercera parte y sabemos que para Pemex la refinación y su transporte hace tiempo que dejó de ser negocio “rentable” si algún día lo fue. Pero, ¿por qué podría ser negocio para el sector privado?, ¿dónde está el business case?

Concluyo: Hasta ahora, no se ha definido una política pública de logística y distribución de combustibles –labor que le corresponde a la Secretaría de Energía, que encabeza Pedro Joaquín Coldwell– para que el sector privado sepa en qué condiciones y en dónde puede participar en la red de distribución y abasto de gasolinas.

DE FONDOS A FONDO

#¿QuePasó con el ISEM mexiquense. Estoy segura de que al enterarse el gobernador del Estado de México le pondrá remedio al incumplimiento de pagos a proveedores por parte del Instituto de Salud Mexiquense, que dirige Elizabeth
Dávila Chávez, pues por una coincidencia nos enteramos que a Sí Vale, que dirige José Antonio García, no le han concluido el pago de un programa de compra de vales de despensa para sus trabajadores por 328 millones de pesos.

El adeudo es por 187 millones de pesos y la valera está temerosa de que el impago se arrastre hasta el término de la administración de Eruviel y se herede a la siguiente. Los vales ya fueron utilizados y el argumento del ISEM es que no ha recibido recursos del gobierno del estado para pagarlos.