Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

17 Feb, 2017

Nace una estrella

La historia de cómo Pablo Escandón Cusi quiso concentrar casi la mitad del mercado de la distribución de medicamentos de México, valuado en más de 120 mil millones de pesos, y convertirse en el “zar” de este negocio, comenzó hace apenas un poco más de tres años.

Recompró 49% de su grupo Nacional de Drogas (Nadro), que estaba en poder de la estadunidense McKesson Distribution Solutions, y por la cual pagó 41 millones de dólares. Con esta operación, el total de la distribuidora regresó a manos de su familia.

Un año después, tras la quiebra de Casa Saba, de Manuel y Alberto Saba, en aquel entonces el mayor comercializador de fármacos del país, le dio el liderazgo en el mercado. Pero no por sus propios méritos, sino porque absorbió mucho del negocio que dejó Saba, antes Casa Autrey.

A mediados de 2015, Escandón ya había incrementado a 30% su participación en el mercado de distribución de medicamentos dentro del sector privado, colocándose como el nuevo líder de esta muy lucrativa y boyante industria.

También en esos tiempos, Genomma Lab, la empresa del emprendedor Rodrigo Herrera Aspra, cerraba la venta de 50%, más una acción, de su comercializadora de productos farmacéuticos, Casa Marzam, cuyos voceros establecen que su participación en el sector gobierno apenas es de seis por ciento.

El comprador, como ya se conoce, fue el fondo holandés Moench Coöperatief, creado exprofeso por Karl Frei y Luis Doporto, mismo que después salió a la luz por los Panama Papers, que quien financió la adquisición con 83 millones de dólares fue Marina Matarazzo, esposa de Escandón Cusi.

Al final del camino, después de haber guardado silencio tras la revelación de la compra disfrazada, a mediados de octubre de 2016, los de Nadro salieron del anonimato para asegurar que no tienen relación con Marzam, toda vez que Matarazzo no participa en el Consejo de Administración de Nadro.

Pero lo cierto es que sí financió la adquisición, según los dichos de Doporto, cuyo despacho Doporto & Abogados fue el encargado de diseñar la estructura financiera offshore para comprar el 51% más una acción de Marzam, que dirige José Alberto Peña.

Una pieza clave en este entramado es Genomma Lab, que tras la venta del 51% más una acción de Marzam, por mil 350 millones de pesos (es decir, con los 83 millones de dólares que financió Matarazzo), esperaría aún la liquidación de otros 300 millones de pesos.

El fondo holandés debió pagar esta cantidad en septiembre de 2016, pero el escándalo frenó en seco la operación de compra-venta. Ahora Genomma Lab también es investigada por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), como parte de una indagatoria ampliada de esta industria.

Y es que la compañía, además de que mantuvo dos posiciones en el Consejo de Marzam, utiliza la compañía como una de sus principales distribuidoras en México.

Al igual que Nadro, en los Panama Papers salió a relucir su antigua relación con el despacho Doporto & Abogados y su experiencia en la construcción de estructuras offshore para hacerse de marcas de medicamentos.

No es la primera vez que Escandón se ve involucrado con empresas offshore y operaciones no declaradas. En 2002, la Comisión de Valores de Estados Unidos lo multó con 1.7 millones de dólares por haber comprado acciones de Nalco Chemical Company mediante información privilegiada.

Lo hizo a través de una offshore creada en las Islas Vírgenes Británicas. Ahora toca a la Cofece, que preside Alejandra Palacios, y al SAT, que encabeza Osvaldo Santín, amén de otras instancias, dar cuenta del efecto del Panama Papers.

DESABASTO

Y en una prueba más del desorden que priva en la cadena de distribución y dispensación de medicamentos en el sector público, le confirmo que los servicios de salud en las secretarías de la Defensa, que comanda Salvador Cienfuegos, y en la Marina Armada de México, que capitanea Vidal Francisco Soberón, al igual que en Pemex, que dirige José Antonio González Anaya, y el ISSSSTE, que encabeza José Reyes Baeza, sí hay indicios de desabasto de medicamentos y escasez de tratamientos para el VIH sida, hemofilia y oncología.

El problema se atribuye al retraso que se dio en la Comisión Nacional de Precios para enviar el comunicado al IMSS del término y resultado de la negociación con los laboratorios. Dato curioso: el instituto a cargo de Mikel Arriola rechaza que haya desabasto de medicamentos de patente. “El IMSS aclara que no hay ‘creciente’ ni ‘delicado’ desabasto de medicamentos de patente en el país, como lo han venido filtrando algunos distribuidores de fármacos. El Instituto cuenta con los inventarios suficientes para abastecer cualquier contingencia”. Según el organismo, esta semana quedan las firmas de contratos. Y remata: “El IMSS rechaza que la supervivencia de los pacientes con enfermedades crónicas, como SIDA, cáncer, esclerosis múltiple y hemofilia, esté en riesgo por supuesto desabasto de medicinas, ya que cualquier receta se surte de manera inmediata”.

CRUZ AZUL

La Cooperativa Cruz Azul no tiene considerado construir ningún estadio de futbol para su equipo. Es el propio Guillermo Álvarez el que sale al paso de esas versiones que hablan de una nueva sede. Ciertamente, la escuadra saldrá más adelante de su actual sede en la zona Insurgentes porque el dueño del inmueble, Antonio Cosío, va a desarrollar ahí un gran complejo inmobiliario en sociedad con Javier Sordo Madaleno. Lo que sí le podemos afirmar es que el Cruz Azul seguirá jugando en la Ciudad de México.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube