¿No que los millennials somos unos idiotas egoístas?
En cuanto pudimos, salimos a las calles para mover escombros, formamos centros de acopio, aportamos víveres y nos alistamos como brigadistas.
Mañana, tarde y noches hemos acudido a ayudar, incluso, más de lo necesario.
¿No que los millenials no hacemos caso a lo que nos dicen las generaciones anteriores?
Atentos escuchamos durante toda nuestra vida las historias del sismo del 85. Gracias a eso, este martes supimos que podíamos salir adelante porque ya lo habíamos hecho en otra ocasión.
Hemos trabajado codo a codo con nuestros vecinos, hasta con esos viejitos con los que nos llegamos a pelear alguna vez. Mamá y papá son los líderes de esta emergencia, incluso a pesar de que nosostros ya somos mayores. Nos han dado instrucciones, consuelo y esperanza.
A pesar de los años, los topos no dejan de admirarnos y dejarnos lecciones.
¿No que los millennials todo lo queremos arreglar con Internet?
Hemos cargado escombros y hemos llevado víveres pero también, en solo unas horas, levantamos plataformas digitales para recaudar fondos, reunir a expertos que revisen inmuebles dañados y canalizar la ayuda.
Hemos compartido información en Twitter y Facebook, y nos hemos organizado mucho más rápido gracias a eso.
¿No que los millennials somos los eternos estudiantes y nos nos gusta trabajar?
Gracias a eso, universitarios de todo el país nos sumamos como voluntarios más especializados en ingeniería, medicina, psicología, enfermería, arquitectura y muchas otras áreas más.
Sí, los millennials somos super quejosos, chillones y solo damos problemas en el trabajo.
Claro que nos quejamos. No es posible que 32 años después se repitan errores del pasado, que la corrupción nos esté matando y que algunos estén aprovechando la situación para robar y hacer daño.
Claro que hemos llorado. ¿Y cómo no hacerlo? La tragedia nos está rebasando. Pero también hay lágrima de alegría porque somos unos chingones y lo estamos demostrando.
Claro que somos conflictivos en el trabajo porque nos parece increíble que muchas de las empresas donde laboramos nos obliguen a volver, a pesar de la emergencia, de la necesidad y del dolor que vive el país.
Los millennials somos más que smartphones, selfies, emojis o Tinder, y este sismo es la prueba. Los millennials (y los mexicanos) somos mucho más que un cliché.