David Páramo

Análisis superior

David Páramo

31 Ene, 2018

Datos desmienten dichos

 

El Inegi dio a conocer ayer que la economía mexicana creció a una tasa anual del 2.3% durante el año pasado, lo que se convierte en un durísimo golpe para los pastores de chairos y los supuestos expertos que pronosticaban recesión para 2017.

En los últimos días he preguntado una y otra vez dónde están aquellos quienes pronosticaban crisis económica durante el año pasado.

Esos que sobredimensionaron no únicamente las intenciones de Donald Trump, sino también el impacto que podrían tener en la economía mexicana. Esos que guardan silencio ante el crecimiento de 9.5% de las exportaciones o la revaluación de más del 15% del peso frente al dólar durante el año pasado o que niegan que éste es el sexenio de mayor crecimiento del empleo formal en la historia del país.

Los mismos que subdimensionaron el trabajo de excelencia que se ha realizado durante el sexenio de Enrique Peña Nieto en materia económica y que es el resultado de más de dos décadas de buenas decisiones en el manejo de las finanzas públicas.

Si tomamos únicamente el PIB, destaca que en los últimos dos sexenios la economía mexicana sólo ha tenido un año de contracción, 2009, lo que se explica por la crisis financiera internacional que estalló en septiembre de 2008.

Este sexenio será el primero de la historia reciente del país en el que la economía crezca consistentemente, es decir, que no haya por lo menos uno de caída en el PIB, algo que para los estándares de este país debe ser visto como un éxito.

Quienes han manejado la economía del país durante los últimos 20 años, y en particular los últimos dos sexenios, han tenido un gran manejo en un entorno que no ha estado exento de gravísimos problemas, como la caída de las hipotecas en la década pasada, y en los años recientes la caída de los precios del petróleo o el cambio de gobierno en Estados Unidos.

MISERABLES

No faltará el miserable que no quiera reconocer la buena marcha de la economía y trate de usar tres falsos argumentos.

Primero. Que la inflación está fuera de control. Al conocerse el dato a la primera quincena de enero, se confirmó la tendencia francamente decreciente al ubicarse en 5.5%, luego de que se tomó una medida económicamente correcta y socialmente justa como quitar el subsidio a la gasolina, puesto que se concentraba en los más ricos de la población.

Es altamente posible que la inflación regrese al objetivo autoimpuesto por el Banco de México de ubicarse entre 2 y 4% este mismo año, y de no hacerlo, estará muy cerca de la meta. Aun con el dato al cierre del año pasado, la inflación durante este sexenio es la más baja en promedio anual en la historia del país con 3.9%. 

Segunda. Que la deuda ha crecido como porcentaje del PIB. Eso es falso, el gobierno federal sigue cumpliendo cabalmente con el programa de financiamiento y la deuda no sólo ha comenzado a disminuir como porcentaje del PIB, sino que además en ningún momento ha planteado un problema para las finanzas públicas.

Tercera. Que el peso se ha depreciado, los más incultos dicen devaluado, durante la administración. Estos tipos o no han superado la época del tipo de cambio fijo, cuando sí podía hacerse una relación directa entre el éxito de las políticas económicas y el nivel de tipo de cambio.

Desde hace más de dos décadas se trata de un precio más de la economía en el que, sin lugar a dudas, está influido por la gran liquidez que tiene el peso en el mercado internacional o la utilización que se le da para hacer coberturas de otras monedas emergentes.

Los buenos resultados de la economía son, sin lugar a ninguna duda, una razón más para mantener el rumbo. Habrá que alejarse de cualquier opción que implique un cambio de rumbo, pues éste ha sido profundamente exitoso.

PUBLITONTISTAS

Las agencias de relaciones públicas, en su inmensa mayoría, no ayudan en absolutamente nada a la comunicación entre sus clientes y los periodistas. Ayer, una agencia que dice representar a Altán Redes demostró que sus ejecutivos no saben leer muy bien o que su comprensión de los temas es muy baja.

En la columna de ayer sostuve que los incumplimientos de pago de Nokia dificultarán a Altán Redes cumplir con su compromiso en cuanto a la operación de la red compartida. Como no entendieron, citaron dichos en contra de hechos como los incumplimientos de pagos del proveedor de Altán Redes y el potencial incumplimiento asumido con el gobierno mexicano. Al tiempo. Es de esperar que Nokia aclare hoy los incumplimientos a sus proveedores, así como el impacto que tendrá en el cumplimiento de la meta de la red compartida.

 

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