Las interacciones en las empresas familiares

En un reciente y bien documentado artículo académico sobre las empresas familiares publicado en la revista  Family Business Review, se estudian los efectos de las diferentes fuerzas que apoyan, rigen, presionan o incluso manipulan para sus propósitos a los negocios de estructura familiar en todas partes. No me meto en explicaciones teóricas por mi falta de conocimientos, pero la idea se me hace importante, máxime que a través de décadas de interactuar y apoyar a cientos de emprendedores, sus familias y empresas, constantemente observo esta dinámica.   

En cualquier instancia productiva, como lo es una empresa, inciden fuerzas diferentes, incluso contrarias entre sí, que tienen objetivos y razones de ser específicas. Si nos vamos al sistema Empresa-Familia-Patrimonio, sabemos que la operación legal del negocio se rige por reglas impuestas de fuera (leyes, reglamentos oficiales, limitaciones) y la supervisión constante del fisco y otras instancias para que la empresa esté dentro de los ámbitos establecidos por los diferentes sectores y departamentos de gobierno. A nivel interno, la operación y dirección profesional debe ser planeada, ejecutada y controlada por organismos tales como el comité de operaciones, tener presupuestos aprobados y analizados por el Consejo de Administración como órgano máximo de dirección. Obviamente, los accionistas, familiares o no, deben dictar las bases de la continuidad de sus inversiones, la preservación de su capital y, por supuesto, la retribución al riesgo por medio de dividendos. Hay más fuerzas que tienen ingerencia en la empresa y sus participantes, pero no les voy a complicar más el esquema.
Con éstas es suficiente.

El asunto estriba en que cada una de estas instituciones tiene puesta la mira en el negocio, el  sector público, en cuidar que se paguen impuestos, se trate dignamente conforme a leyes laborales a los empleados, la ecología y salud y se presenten declaraciones. Que la empresa cumpla su cometido de crear empleos estables y no defraudar a la comunidad. Los ejecutivos y empleados deben dar su mejor esfuerzo a cumplir con los lineamientos y políticas de los dueños y el Consejo de Administración, ser eficientes y efectivos, dar resultados y ser compensados correctamente, además de motivarlos para crecer dentro del negocio. Muchos de ellos son juez y parte, ya que son miembros de la familia dueña (o lo serán como sucesores). Finalmente, los accionistas esperan que haya un comportamiento adecuado dentro y fuera de la operación de su empresa, que esté de acuerdo con sus valores y elementos culturales y éticos familiares, ya que su nombre y prestigio dentro de la comunidad donde están arraigados es muy importante para ellos, además de proteger y acrecentar el patrimonio y su nivel de vida.

Lo que demuestra este artículo es que estas fuerzas están continuamente en tensión y sujetas a reglas, presiones familiares o simplemente a diferentes actitudes que pueden crear conflictos y es vital para cualquier asesor, el conocerlas a fondo y diseñar un Proyecto integral que les permita trabajar permanentemente de manera flexible y coordinada.