Abel Mejía Cosenza

Trump L’Oeil

Abel Mejía Cosenza

13 Ene, 2023

Cinco eventos para reflexionar del 2022 

 

Ahora que iniciamos un nuevo año, vale la pena hacer una reflexión sobre algunos de los eventos más importantes para la economía mundial que tuvieron lugar en 2022 y ver qué consecuencias podrían tener para 2023. 

Turbulencia en Gran Bretaña. Entre el fallecimiento de la reina que más años había gobernado, los múltiples e intempestivos cambios de primer ministro del país y la muy errática política tributaria y de finanzas públicas que se buscó emprender, el 2022 es un año que muchos ingleses (y el mundo en general) quisieran olvidar. Hay una inflación de aproximadamente 15% y todo apunta a que su economía estará en recesión en 2023.

Inflación global descontrolada. Durante las pasadas cuatro décadas, el mundo había vivido, en general, un periodo de inflaciones bajas y controladas. El 2022 acabó abruptamente con esta racha, siendo que la inflación creció de manera descontrolada a niveles no vistos desde la década de los 70. Desde el punto de vista de la demanda, el incremento en el gasto gubernamental para combatir los efectos de la pandemia y el cúmulo de varios años de políticas monetarias laxas causó que los consumidores tuvieran mucha liquidez para gastar. Del lado de la oferta, tal vez mucho más relevante como factor de inflación en el actual escenario, la pandemia y la guerra en Ucrania han hecho añicos las cadenas de producción y suministro de muchos bienes y servicios. El gran problema es que la herramienta más socorrida para combatir la inflación, es decir, el alza de tasas de interés, no puede rescatar ni mejorar el aspecto de la oferta, que es el elemento más endeble el día de hoy.

Viraje a la izquierda en Latinoamérica. Con la reciente victoria de Lula en Brasil, se consolida un viraje de la región hacia gobiernos de izquierda y de centro izquierda. Todos lo hicieron sobre la base de promesas de atacar las brutales desigualdades económicas, de género y raciales que hay en sus (nuestros) países. No obstante, el ámbito internacional de contracción económica hará que esas promesas sean imposibles de cumplir salvo que se recurra a niveles de endeudamiento y gasto público irresponsables y poco sostenibles, lo que puede llevar a la desestabilización económica de esos países en 2023.

Incremento de Tensiones entre China y Estados Unidos. Si bien la retórica del expresidente Trump era muy agresiva contra China, es realmente el presidente Biden quien ha tomado fuertes medidas para confrontar a China y contener su crecimiento. Esto ha resultado en una tendencia de reubicación de muchas empresas que, hasta la fecha, habían utilizado al país asiático como su plataforma de manufactura, buscando nuevas jurisdicciones que estén más cerca de Estados Unidos, tanto geográfica como política e ideológicamente. He aquí que México parecería ser un destino natural por su geografía, sus costos competitivos de manufactura y la sofisticación de su fuerza laboral y cadenas de logística. Sin embargo, el débil Estado de derecho, la retrógrada política energética y el deterioro de sus instituciones democráticas han mermado el atractivo de nuestro país para capitalizar la situación.

Invasión de Rusia. Este triste evento, sin duda, fue el más relevante en 2022. Nadie esperaba que Ucrania resistiera el embate ruso y que el conflicto se prolongara tanto tiempo y causara tanta destrucción. La resiliencia de Ucrania y la restitución de su integridad territorial es, sin duda alguna, claramente lo primordial, pero, desafortunadamente, ha tenido el efecto de incrementar y prolongar las consecuencias económicas negativas del conflicto. La guerra ya ha costado a la economía global más de 2.8 trillones de dólares en pérdidas de producción y comercio; la economía de Ucrania se ha contraído 45% y la de Rusia 11%; se han generado más de 7.8 millones de refugiados y 10.5 millones de personas se sumaron a la pobreza. Parece que lo peor está aún por venir, pues no se ve una salida pronta.

En fin, cosas duras de digerir, pero que debemos contemplar para tratar de aprender de ellas y minimizar que vuelvan a repetirse. Aprovecho para desearles lo mejor para este año 2023 que va iniciando, que si vamos a cometer errores, que sean diferentes y —esperemos­— no peores a los que, como humanidad, hicimos en 2022.

 

 

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