Abel Mejía Cosenza

Trump L’Oeil

Abel Mejía Cosenza

4 Feb, 2022

Crypto, ¿el nuevo subprime?

 

 

Hoy es inevitable en cualquier conversación el tema de las criptomonedas. En este artículo, más que intentar explicar qué son este tipo de activos, intentamos poner sobre la mesa ciertos riesgos, ideológicos y financieros, que pudieran existir respecto de los mismos.

Este tipo de activos digitales en gran parte nacen como un método para que los usuarios de los mismos pudieran tener más independencia respecto de actores centrales e intermediarios institucionales en el mundo financiero y digital. En otras palabras, era permitir realizar transacciones directamente entre los usuarios sin tener que pasar por gatekeepers, como lo serían los bancos desde el punto de vista financiero y los grandes conglomerados digitales (Facebook, Netflix, Spotify o Google), y así lograr que los usuarios no estuvieran sumisos a las reglas y condiciones de estos mismos. En otras palabras, los cryptos permitirían democratizar el internet y el sistema financiero. 

Pero como suele suceder en nuestro mundo, los sueños utópicos generan realidades distópicas. Así, hoy por hoy, tenemos una realidad que dista del sueño de los crypto-fans como (i) que el uso de las criptomonedas aún es dependiente de intermediarios financieros, (ii) que entre los mayores participantes en el mercado de criptomonedas y activos digitales se encuentran los grandes conglomerados digitales de quienes se buscaba independencia, y (iii) el mundo criminal ha encontrado terreno fértil en el uso de estos activos para seguir operando clandestinamente.

Sobre el riesgo financiero, hoy se calcula que 16% de la población de EU ha ya invertido en algún activo digital y la capitalización del mercado de criptomonedas llegó a 3 trillones de dólares en 2021. No obstante, en los últimos días de turbulencia de mercado, se han perdido alrededor de 1.3 trillones de valor de cryptos. Si esta volatilidad en sí es un foco rojo, el tema sólo se exacerba, pues la información indica que quienes están más expuestos a estos activos son personas que tiene poca o nula experiencia financiera y recursos económicos limitados. En el mercado de EU, 44% de los inversionistas en criptomonedas son minorías étnicas y 55% de los mismos no cuenta con estudios de licenciatura. Estos indicadores son similares a aquellos que reflejaban que los que más sufrieron en la crisis subprime fueron integrantes de estos grupos socioeconómicos que no entendían el tipo de activo que estaban adquiriendo y los riesgos que asumían. 

La explicación de muchos para justificar que estos activos de altísimo riesgo sean adquiridos por quienes no tienen el conocimiento financiero adecuado ni la situación patrimonial para resistir los vaivenes del mercado, es que hay que democratizar el acceso al sistema financiero y que cada quien sea responsable de sus decisiones financieras. Una vez más, estas consideraciones suenan muy similares a las explicaciones que dieron lugar a la burbuja inmobiliaria al final de los 2000. Nada tiene de malo el apostarle a activos de alto riesgo, pero cuando la oportunidad tan abierta para adquirir este tipo de activos viene acompañado de campañas de mercadeo agresivas, a ideales aspiracionales de poder acceder a riqueza de manera rápida y de desafiar al establishment financiero y digital a la aparente disociación del valor del activo respecto de fundamentales económicos concretos, y a una franca falta de entendimiento del activo y sus riesgos, se puede gestar el caldo de cultivo para una nueva crisis. Esta crisis no sería del tamaño de la del subprime, pues el tamaño del mercado de crypto es aún pequeño en comparación con el mercado de valores de EU, que es de 48 trillones de dólares y sus actividades relacionadas. No obstante, una posible crypto-crisis afectaría a las minorías étnicas y a las clases socioeconómicas más frágiles, lo que dejos de permitir alcanzar los objetivos de democratización de la riqueza y de la información digital, exacerbaría las diferencias.  En fin, food for thought.

Hagamos diálogo en @MrMejiaCosenza.

P´al gordito… la hamburguesa con queso del Dragonfly en el Hotel Zaza en Dallas merece toda la pena.

 

 

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