Abel Mejía Cosenza

Trump L’Oeil

Abel Mejía Cosenza

10 Jul, 2020

¿Disposiciones laborales del T-MEC… caballo de Troya para la industria mexicana de exportación?

Timeo Danaos et dona ferentes o cuidado con los griegos que traen regalos. Cuando analicemos las disposiciones en materia laboral que el Partido Demócrata y los sindicatos en EU empujaron dentro del T-MEC, no olvidemos esta frase. Es atribuida al sacerdote troyano Laocoonte, en el relato de la Eneida, de Virgilio, que recuenta cómo fue que los griegos vencieron a los troyanos a través de la estrategia de mandarles como regalo un caballo que ocultaba soldados griegos. Esta frase, por excelencia, se usa para describir situaciones donde un supuesto regalo de alguien que —evidentemente no es nuestro amigo— realmente es una amenaza/riesgo escondido.

¿Por qué traigo esta referencia respecto del recién entrado en vigor T-MEC? ¿Es más, por qué osaría traer esta reflexión respecto de las disposiciones laborales que se incluyeron, que parecieran no tener más objetivo/consecuencia que mejorar la situación de los trabajadores mexicanos? Me explayo…

Para nadie es un secreto que el mundo sindical mexicano, incluyendo la protección de aquellos por los que supuestamente deben velar, dista mucho, kilómetros o —más bien— años luz de lo que debería ser. Bajo esta perspectiva, no podemos más que agradecer que, gracias a presiones externas, particularmente aquellas ejercidas por los demócratas para dar su visto bueno a la aprobación en el Congreso de EU del T-MEC, se esté modificando y actualizando el marco jurídico en materia de libertad de asociación y negociación colectiva laboral; era claro que, solitos, nuestros líderes sindicales y políticos difícilmente hubieran puesto en riesgo sus canonjías y privilegios, de los que se han beneficiado por años.

En este sentido, es innegable que nuestros trabajadores requieren sindicatos que velen por sus intereses, que no respondan a líderes charros ni a empresas que busquen —a través de acuerdos turbios o francamente ilegales— socavar los derechos laborales, que sean transparentes y que operen con base en principios democráticos, de transparencia y de responsabilidad. Hasta ahí, puro aplauso… pero de eso a que las fuerzas políticas y sindicales en EU y Canadá, que empujaron estos cambios, busquen el bienestar de los empleados en México y el respeto a sus derechos laborales, me parece que hay un mar de diferencia.

Veamos, si Richard Trumka y la Federación Estadunidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales que preside (la American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations, en inglés) empujaban estos cambios, seguramente es porque ellos viven en carne propia los altos estándares en materia de democracia y representatividad sindical que impusieron a México en el T-MEC. Wrong, think again amigou mio, nos dirían los representantes sindicales de nuestros vecinos del norte. En EU, el método privilegiado de elección de sindicatos y funcionarios sindicales es el llamado card check o presentación de tarjeta, mediante el cual los empleados, de manera abierta y sin voto secreto, firman y entregan una carta al empleador indicando su preferencia por un sindicato. Si más del 50% de los empleados de una compañía firman este tipo de tarjetas, el patrón puede, “voluntariamente”, obviar y evitar el voto secreto y reconocer al sindicato que se benefició de esa votación.

Si usted es de los que piensa que esta metodología vigente en EU puede prestarse a abusos y presiones de los sindicatos y compañías a los trabajadores, es usted un desquiciado mental y se va a ir al infierno… También usted no es más que un creyente en teorías de conspiración mundial si usted piensa que los sindicatos en EU no buscaron imponer en México estos estándares de democracia sindical superiores a los que ellos tienen sólo porque quieren que aquí sea el paraíso de la clase trabajadora y que, al contrario, lo que esto buscó fue establecer normas cuyo cumplimiento cabal será muy difícil de comprobar, respecto de las cuales habrá una incertidumbre importante por parte de las empresas que se establezcan en México y, sobre todo, una beligerancia importante de parte de los sindicatos en EU y Canadá para tratar de probar que no se han cumplido las reglas y se deben imponer sanciones a las empresas que hayan osado buscar a México como destino…

En fin, la moraleja es que este tipo de “regalitos” que nos mandan los sindicatos en EU deben ser vistos y supervisados con lupa. Es claro que la verdadera protección a los derechos laborales de los trabajadores es una tarea muy pendiente en México, pero debe de cuidarse que terceros no tergiversen esta legítima causa social para beneficiarse al generar incertidumbre a las empresas que decidan invertir en México bajo el T-MEC.

 

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