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El Centro Joyero del centro histórico de la Ciudad de México es un lugar donde la belleza y el lujo se encuentran, pero también es un punto de interés para las bandas de farderos, quienes realizan sus audaces atracos con una organización impresionante.
A pesar de los esfuerzos para identificarlos, estas bandas siguen operando impunemente. Sin embargo, para que no te dejes engañar a continuación te explicamos cómo estas bandas operan y qué se está haciendo al respecto para detenerlas.
Las bandas de farderos son grupos de delincuentes que se especializan en el robo de joyerías y tiendas de alto valor.
En el caso del Centro Joyero de la Ciudad de México, estas bandas operan con una precisión asombrosa, aprovechando la distracción y la coordinación para cometer sus fechorías.
El grupo puede constar de hasta siete u ocho miembros, compuestos por hombres y mujeres.
1. Los vigilantes:
Algunos miembros actúan como vigilantes, observando a los trabajadores y las cámaras de seguridad en la joyería. Su tarea es asegurarse de que no haya nada sospechoso y comunicar cualquier movimiento a los demás miembros.
2. Los indicadores:
Otros integrantes actúan como indicadores. Estos individuos seleccionan las piezas de joyería que serán robadas y señalan discretamente cuáles deben ser tomadas. Su conocimiento de las joyas es crucial para este paso.
3. Los distractores:
Aquí es donde radica la maestría de estas bandas. Los distractores son varios y trabajan en conjunto para desviar la atención de los vendedores y la seguridad.
Se acercan a los mostradores y piden ver piezas de la parte trasera, manteniendo a los empleados fuera de su rango de visión.
La operación comienza con los distractores llegando a la joyería. Actúan como clientes legítimos y solicitan ver ciertas piezas de joyería ubicadas en la parte trasera del mostrador.
Mientras los vendedores buscan estas piezas, los indicadores identifican cuáles serán robadas y comunican la información a los demás miembros.
Los distractores se turnan para mantener la ilusión de ser clientes genuinos. Mientras algunos distraen al personal, otros se preparan para actuar rápidamente. Una vez que se decide qué piezas robar, el momento clave llega cuando uno de los miembros toma las joyas seleccionadas y las oculta en su ropa o bolso.
El caos y la confusión deliberadamente generados por los distractores hacen que sea difícil para el personal de la joyería darse cuenta del robo hasta que es demasiado tarde.
Los ladrones desaparecen en la multitud antes de que alguien se dé cuenta de lo que ha sucedido.
A pesar de que estas bandas de farderos han sido identificadas en varias ocasiones, su capacidad para operar sin ser capturadas es un desafío constante para la seguridad del Centro Joyero y las autoridades.
La coordinación entre vigilantes, indicadores y distractores crea un escenario difícil de detectar a simple vista.
Las joyerías han tomado medidas para aumentar la seguridad, como la instalación de cámaras adicionales y el entrenamiento de su personal para identificar posibles farderos.
Además, las fuerzas de seguridad trabajan en conjunto con los propietarios de las joyerías para mejorar la vigilancia y compartir información sobre posibles amenazas.
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