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CIUDAD DE MÉXICO.- El martes 11 de septiembre de 2001 el mundo cambió. La imagen de las Torres Gemelas de Nueva York en llamas llegó a millones de televisores de todo el mundo, este evento tendría miles de implicaciones para todos.
Esa trágica mañana marcó un antes y un después de la forma en la que los viajes aéreos se realizan, cambió los protocolos y las revisiones antes de poder ingresar a las salas de espera e incluso en la que se trata a nuestro equipaje.
Los vuelos 11 y 77 de American Airlines y los 93 y 175 de United Airlines fueron secuestrados por terroristas unos minutos después de haber despegado. El 11 y el 175 se estrellaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, mientras que el vuelo 77 se estrelló contra un lado del Pentágono y el 93 (que se presume iba contra el Capitolio) terminó estrellado en un campo en Shanksville, Pensilvania.
Con unas navajas y gases, los 16 terroristas lograron tomar el control de los cuatro vuelos y convertirlos en proyectiles, lo que inmediatamente levantó las alarmas de las autoridades estadunidenses y del mundo, creando en semanas un estricto protocolo de revisión a cada uno de los pasajeros que estén por abordar un avión.
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En noviembre de ese año Estados Unidos creó la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), encargada de estas revisiones, que hoy en día incluyen escaneo corporal tridimensional de 360 grados, o al menos en el arco detector de metales, de prácticamente todos los pasajeros para tratar de encontrar objetos escondidos en
la ropa.
También se hizo obligatorio el paso por los Rayos X de equipajes de mano, abrigos y zapatos (estos últimos incluidos unos años más tarde luego de que un pasajero intentara hacer explotar un vuelo de American Airlines de París a Miami con una bomba escondida en su tenis), así como la prohibición de que cualquier persona sin boleto pueda pasar hacia las puertas de embarque.
Dentro de los aviones se colocaron refuerzos a prueba de balas en las puertas de las cabinas de pilotos de la aeronaves, es obligatorio que esta puerta esté cerrada en todo momento y se permite que el comandante del vuelo esté armado, se comenzó a capacitar a la tripulación para poder reaccionar en caso de un intento de secuestro y se introdujeron los Air Marshalls, agentes federales encubiertos en los vuelos.
Debido a los controles que se deben realizar, los pasajeros deben arribar al mostrador a realizar su registro dos horas antes del vuelo en viajes locales y tres horas antes en el caso de los viajes internacionales, para evitar contratiempos en el escaneo de las maletas documentadas y el paso por los filtros de escaneo.
La lista de pasajeros es enviada a las autoridades para que revisen los antecedentes de los pasajeros y así pueda detectarse algún personaje sospechoso de actividades terroristas o delictivas antes de que aborde la aeronave.
Desde hace algunos meses, se realiza un cuestionario a los pasajeros antes de pasar a recoger su boleto, principalmente en vuelos internacionales, sobre quién se encargó de realizar su equipaje y si lo ha perdido de vista en algún momento previo a arribo al mostrador.
También, los objetos de cuidado personal en el equipaje de mano recibieron restricciones y se prohibió la portación de envases de más de 100 militros de líquidos en éste, incluyendo botellas de agua, alcohol y refrescos, los cuales deben ser colocados en el equipaje documetado, o bien, depositados en un contenedor de basura.
Las armas de fuego, aerosoles, explosivos, navajas y otros objetos peligrosos están prohibidos, aunque algunos puden colocarse en el equipaje documentado y se tiene que dar aviso a la aerolínea sobre ellos, aunque éstos sean para uso recreativo. Prácticamente cualquier objeto con el que se pueda golpear y herir debe ir documentado o quedarse en casa.
Muchos de nuestros gadgets también requieren de escaneo por separado, por lo que cualquier electrónico más grande que una tableta debe ser colocado en una charola separada para su revisión en la máquina de Rayos X.
Otra medida cotidiana es una prueba aleatoria de explosivos, en el que los oficiales o el personal de los filtros de seguridad pasan una tira reactiva en el equipaje de mano, y a veces en las manos de los pasajeros, para detectar la presencia de este material, como un posible indicio de un intento de ataque, esta revisión y un tacto completo del pasajero y revisión del equipaje de mano se puede realizar en la entrada del túnel hacia el avión.
Según datos de la red de televisión pública de Estados Unidos, Public Broadcasting Service (PBS), antes del 11 de septiembre de 2001 sólo 5% de los equipajes en los aeropuertos de ese país eran pasados por el escáner, hoy en día, prácticamente cada maleta es revisada a fondo.
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 cambió la forma en la que viajamos en avión, y este año la industria del transporte comercial vive otro momento crítico con una pandemia mundial, el covid-19, que ya ha obligado a adoptar nuevos protocolos de seguridad.
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