Educación en México: PISA, ¿quién falló en los exámenes?

Ahí, las conclusiones para México no fueron favorables. Sin embargo, ¿realmente toda la responsabilidad de los resultados recae sobre el estudiante mexicano o, por otra parte, hay más factores que deben ser tomados en cuenta? La prueba PISA tiene como objetivo hacer una evaluación de los conocimientos que poseen aquellos alumnos de quince años pertenecientes a los países de la OCDE, y cómo pueden utilizar sus conocimientos para solventar las dificultades y retos de la vida diaria. Los datos de la prueba para el año 2022 arrojaron que los estudiantes mexicanos obtuvieron en promedio una puntuación de 415 puntos, inferior a los 476 puntos de promedio de la OCDE. 

Hay que considerar que los resultados que obtiene un estudiante son el reflejo de muchos componentes y, en sí mismo, el concepto de qué es la educación es complicado, pues ¿qué significa en sí la educación o el educar?, ¿Acaso es el adquirir los conocimientos necesarios para ser competente en una profesión dentro de un cada vez más reñido mundo laboral o, como señala Rousseau en “Emilio, o de la educación”, “el oficio que quiero enseñarle es el vivir…”? Revisar todos los motivos es difícil, por lo que en este artículo se prestará la atención en dos puntos: el gasto que el sector público ha hecho en educación y los incentivos que tienen los alumnos para seguir estudiando y esforzándose. 

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De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el Gasto Programable del Sector Público Presupuestario como porcentaje del PIB en el rubro de educación pasó de 3.1 por ciento en 2007 a 2.8 por ciento en el año 2022, teniendo una tasa de crecimiento media anual de -0.67 por ciento durante el periodo. Caso contrario, por poner un ejemplo, los rubros de protección social o combustibles y energía tuvieron un crecimiento de 4.86 y 2.89 por ciento respectivamente. En este caso, como algunas veces se dice en economía, las necesidades son infinitas mientras que los recursos son limitados, por lo que, dentro del gasto público ¿debería modificarse la distribución del gasto? Lo cierto es que la respuesta a esta pregunta obedece en gran parte a factores políticos. 

Si en México el gasto público en educación queda rezagado respecto a otros rubros, la realidad es que si lo comparamos a nivel internacional, la situación tampoco cambia. El informe Panorama de la Educación 2023 señala que México invierte en promedio poco menos de 5 mil dólares anuales por estudiante, mientras que el promedio de la OCDE está en torno a los 11,400 dólares para aquellos estudiantes de educación básica y 13,200 para los de media superior. 

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Ahora bien, las personas que buscan estudiar y concluir sus estudios tienen generalmente el incentivo de percibir mayores ingresos en un futuro, pues de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en 2022 los jóvenes graduados de hasta 24 años ganaban un 14% más que aquellos que contaron solamente con bachillerato. 

Sin embargo, hay que considerar el famoso costo de oportunidad, por ejemplo, si una vez concluida su formación académica y comenzando a trabajar a una persona realmente le convino el estudiar, considerando todos los esfuerzos económicos y personales que se realizaron a lo largo de esa formación. 

En algunos de los casos, la respuesta a esta comparación no es positiva, lo que genera otro tipo de problemas, como la fuga de talentos, en donde los jóvenes capacitados abandonan el país en búsqueda de trabajos que consideran apropiados a sus capacidades, en donde además el pago es mejor, pues, aunque un profesionista en México pueda ganar más que una persona sin estudios, los salarios siguen siendo relativamente más bajos si se comparan con otros países. 

Los resultados de este tipo de pruebas siempre son polémicos pues, como se comentó al inicio, el concepto de la educación por sí mismo es amplio en demasía. Interpretaciones hay muchas, lo cierto es que seguramente en cualquiera de ellas México se quede corto en desempeño. Por tanto, es necesario tomar acciones dentro de todas las vertientes que se pueden considerar. El Estado a través del gasto público debe jugar un rol protagónico a la hora de garantizar el acceso a una educación de calidad, siendo esta la base sobre la que los estudiantes del país puedan desenvolver sus capacidades.

Por Alfredo González