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En un contexto donde el regreso de la pandemia ha reconfigurado la forma en que el público adquiere entradas para eventos musicales, con un giro de la venta física a la digital y enfrentándose a largas filas virtuales, el panorama musical en México experimenta una notable transformación.
Y es que la creciente oferta de festivales musicales, acompañada de un incremento en los costos de los boletos, ha llevado a muchos a cuestionar la accesibilidad de estos eventos para el público general.
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Sin embargo, una alternativa emerge con fuerza en este escenario: las ferias de pueblo.
Los festivales musicales en México han visto un aumento tanto en su oferta como en sus precios, lo que ha generado preocupaciones sobre la accesibilidad para el público joven.
Frente a esta inflación musical, las ferias de pueblo están ganando terreno en la agenda cultural, ofreciendo espectáculos con talentos internacionales y nacionales a precios mucho más accesibles e incluso gratuitos.
Artistas de renombre como Ellie Goulding, Kings of Leon, Imagine Dragons, Christina Aguilera, y Enrique Iglesias han sido parte de la programación de estas ferias, como la Estatal de León, la Feria de la Fresa en Irapuato, y la Feria de San Marcos, descentralizando así la oferta musical que tradicionalmente se concentraba en la Ciudad de México.
Y es que cómo lo mencionabamos al inicio, asistir a un concierto o festival musical implica una serie de gastos que van más allá de la compra del boleto.
Los precios de los boletos pueden variar enormemente, con costos que oscilan entre los 500 pesos hasta los 140 mil pesos, dependiendo del artista y el lugar.
A esto se suman otros gastos como alimentos, bebidas, transporte y souvenirs, lo que puede significar un desembolso considerable para los asistentes.
La recomendación es preparar un presupuesto que contemple no solo el costo del boleto, sino también estos gastos adicionales para disfrutar plenamente de la experiencia.
La tasa de inflación en México ha mostrado un aumento significativo, alcanzando una proyección del 8.03% para el 2022, la cifra más alta en los últimos 22 años.
Este aumento en los precios afecta directamente la capacidad de adquisición de bienes y servicios esenciales, incluyendo aquellos relacionados con el entretenimiento como los alimentos, bebidas, y el acceso a eventos culturales y musicales.
La categoría de alimentos, bebidas y tabaco, en particular, ha registrado la tasa de inflación más alta en el último año, reflejando el impacto directo en el bolsillo de los consumidores.
Ante este panorama, las ferias de pueblo se posicionan como una alternativa viable y atractiva para disfrutar de la música en vivo sin necesidad de realizar un desembolso económico significativo.
La oferta variada y de calidad, junto con la posibilidad de acceso gratuito o a costos muy bajos, las convierte en una opción competitiva frente a los festivales musicales más costosos.
Este fenómeno no solo ofrece una solución frente a la inflación en el sector del entretenimiento, sino que también promueve la descentralización de la oferta cultural, llevando espectáculos de alta calidad a diferentes puntos del país y haciéndolos accesibles para un público más amplio.
¿ADIÓS FESTIVALES, HOLA FERIAS DE PUEBLO?
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