Israel se declara en estado de guerra tras un ataque múltiple desde Gaza

El sábado en la madrugada, militantes de Hamas lanzaron un ataque sorpresa sin precedentes contra ciudades israelíes cercanas a la Franja de Gaza, desencadenando una respuesta rápida y contundente por parte de Israel. 

Esta ofensiva, que involucró miles de cohetes y docenas de combatientes, ocurrió durante una festividad judía importante, causando conmoción en el país.

Lamentablemente, y cómo respuesta al ataque, Israel declaró que se encontraba en estado de guerra con Hamas y respondió con ataques aéreos en Gaza, prometiendo infligir un "precio sin precedentes". 

Horas después del inicio del ataque, militantes de Hamas aún estaban librando tiroteos en varias comunidades israelíes cercanas a Gaza. Se reportaron al menos 40 muertes y cientos de heridos, marcando este evento como el ataque más mortífero en Israel en años.

Además, un número desconocido de soldados y civiles israelíes fueron capturados y llevados a Gaza.

Por otro lado, en la Franja de Gaza, al menos 198 personas han muerto y más de 1,610 resultaron heridas en las represalias de Israel, según el Ministerio de Salud palestino en Gaza.

Un ataque que conmociona a Israel

La magnitud, sofisticación y el momento del ataque dejaron a los israelíes atónitos.

Las imágenes de hombres armados de Hamas llevando a Gaza a soldados y civiles capturados, así como vehículos militares israelíes aparentemente capturados, circularon por las redes sociales. 

Este ataque amenaza con convertirse en un conflicto a gran escala, recordando conflictos previos entre Hamas e Israel que resultaron en muerte y destrucción en Gaza, así como en días de lanzamiento de cohetes contra comunidades israelíes.

El Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró en un discurso televisado que estaban en guerra y anunció una movilización masiva del ejército. "No es una 'operación', no una 'ronda', sino una guerra", enfatizó, prometiendo que Israel respondería de manera proporcional.

Las razones detrás del ataque

Mohammed Deif, el líder del ala militar de Hamas, afirmó que el ataque fue una respuesta a varios factores, incluyendo el bloqueo continuo de Gaza, incursiones israelíes en ciudades de Cisjordania durante el último año, la violencia en el sitio sagrado de Jerusalén conocido como Al-Aqsa, ataques de colonos israelíes contra palestinos y la continua expansión de los asentamientos israelíes.

Deif declaró que este ataque marcaba el inicio de lo que llamó "Operación Tormenta Al-Aqsa".

Este evento se produce en un contexto de crecientes tensiones entre Israel y los palestinos, con Israel intensificando la construcción de asentamientos en Cisjordania y enfrentando protestas en respuesta a sus planes de reformar el poder judicial.

Repercusiones internacionales

Las naciones occidentales condenaron el ataque y reiteraron su apoyo a Israel, mientras que otras pidieron moderación a ambas partes. 

Estados Unidos condenó inequívocamente el ataque y ofreció su apoyo a Israel, llamando a Hamás "terroristas". Arabia Saudita, que ha estado en conversaciones con Estados Unidos sobre la normalización de relaciones con Israel, instó a ambas partes a actuar con moderación.