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La diplomacia entre México y Ecuador ha entrado en aguas turbulentas, comenzando con la decisión de Ecuador de declarar persona non grata a la embajadora mexicana, Raquel Serur, el 5 de abril.
Este incidente es el clímax de una serie de desacuerdos exacerbados por declaraciones políticas, que han llevado a una situación tensa entre ambos países.
El punto de partida de esta disputa se remonta a las observaciones críticas del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sobre las elecciones ecuatorianas de 2023.
En una conferencia matutina el 3 de abril, López Obrador describió el proceso electoral en Ecuador, que resultó en la victoria de Daniel Noboa, como "extraño" y señaló cómo Luisa González, candidata del Movimiento Revolución Ciudadana, perdió su ventaja previa en las encuestas tras el asesinato de Fernando Villavicencio, un candidato opuesto a González.
AMLO sugirió que este suceso generó un clima de violencia y manipulación mediática que, en su opinión, afectó el resultado electoral, dejando a González en desventaja.
La respuesta de Ecuador no se hizo esperar.
Apenas un día después de las polémicas declaraciones de AMLO, Ecuador declaró a la embajadora mexicana, Raquel Serur, como persona non grata.
Esta decisión se fundamentó en el argumento de que las observaciones de AMLO eran insensibles y desconsideradas, especialmente en un momento en que Ecuador aún lamentaba el asesinato de Villavicencio y enfrentaba desafíos significativos debido al crimen organizado transnacional.
Por su parte, México expresó su pesar por la decisión ecuatoriana, recordando el trabajo diplomático de Serur y su contribución al diálogo entre ambos países.
En un giro diplomático, México decidió ofrecer asilo político a Jorge Glas, ex vicepresidente de Ecuador, quien estaba bajo la protección de la embajada mexicana en Quito. Esta acción añadió más leña al fuego, complicando aún más las relaciones bilaterales.
La tensión alcanzó un pico con el incidente en la embajada mexicana en Quito, donde la policía ecuatoriana intentó detener a Glas, quien está acusado de corrupción en Ecuador pero se considera a sí mismo un perseguido político.
México ha criticado la incursión como una violación de la Convención de Viena, que establece la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, mientras que Ecuador defiende su derecho a perseguir a quienes considera delincuentes, desafiando la interpretación mexicana de la Convención sobre Asilo Político de Montevideo.
Este sábado, desde la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía de Ecuador, partió un vehículo blindado con destino a una prisión para transportar al exvicepresidente Jorge Glas, quien fue aprehendido después de una incursión en la embajada mexicana en la capital.
Según informes de medios locales de este sábado, Glas fue trasladado en un carro blindado perteneciente a las Fuerzas Armadas alrededor de las 07:20 (hora local), sin que se haya especificado a cuál centro penitenciario sería llevado.
El operativo de traslado se ejecutó con medidas de seguridad excepcionales, incluyendo el cierre de calles próximas al área.
Desde la noche anterior, el exvicepresidente se encontraba retenido en la Unidad de Flagrancia, luego de su arresto en la embajada de México en Quito, donde había permanecido desde diciembre y estaba en espera de un salvoconducto tras haber obtenido una respuesta afirmativa a su solicitud de asilo.
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