¿Alguien le informará del impacto que tendría un panel?

Por el tono de su respuesta mañanera, el pre­sidente López Obrador sabe que la contro­versia comercial bajo T-MEC de su política energética, tendrá consecuencias graves para la relación México-EU, pues recordemos que el nuevo sistema de integración de los paneles de resolución de conflictos Estado/Estado que contempla el tratado, es un hueso duro de roer para cualquiera de las partes.

El Presidente parece confiar en tener la ra­zón por tres factores: 1) argumenta que en la resolución de la acción de inconstitucionali­dad contra la reforma a la Ley Eléctrica que interpuso la minoría senatorial, la SCJN le dio la razón; 2) dice que él tiene y guarda en sus mensajes (supongo que de Whats) la informa­ción que le dio en su momento Jesús Seade, su designado negociador de la versión final y ampliada del T-MEC (entre julio y noviem­bre de 2018) y; 3) considera que su gobierno está haciendo uso de su derecho soberano de modificar su política energética. Lo demás es color, hasta el ¡Uy, qué mello…! de Chico Ché.

La resolución de la acción de inconstitu­cionalidad sobre la Reforma Eléctrica respecto a si ésta era violatoria del T-MEC, sólo tuvo dos votos sobre el argumento de que “no es violatoria”: el de la ministra ponente, Loretta Ortiz y el de la ministra Esquivel. Quedó como una postura minoritaria y no se han su­bido los votos individuales de cada ministro sobre el tema, aunque un número minorita­rio haya desestimado el argumento que fue presentado por los senadores en su acción de inconstitucionalidad. Segundo, Seade negoció lo que se pidió, pero no le explicó con puntua­lidad al Presidente que el único facultado para interpretar las obligaciones contraídas en el T-MEC firmado por el gobierno es un panel de expertos, cuyos integrantes y procedimientos no toman en cuenta lo que dice la SCJN, sino el contenido del tratado.

En tercera, si el panel determinara que su política energética violó algunos capítulos del T-MEC, sería utilizado en los mecanismos de protección que tiene incluido el tratado para que los inversionistas puedan acudir a las otras instancias, como el CIADI, además de la posibilidad de imposición de aranceles selectivos autorizados en represalia del daño causado a sus empresas. Una resolución de violación de un panel se convierte en criterio base para órganos internacionales cuando se determina protección a las inversiones ge­neradas al amparo del tratado. Y, por último, Seade y si no Marcelo Ebrard, debió infor­marle que la firma de contratos energéticos y las inversiones se hicieron al amparo de una reforma constitucional que está vigente, pero, sobre todo, del NAFTA, tratado cuyos efectos y mecanismos de protección concluían dos años después de la entrada en vigor efectiva del T-MEC. Finalmente, sí reconoce el derecho soberano de cada Estado para determinar su política energética, pero un tratado se cumple con la suma de las obligaciones en todos sus capítulos, no sólo en uno.

DE FONDOS A FONDO

#CFE… Considerada prioridad por el Presiden­te, la construcción de la planta de Fertilizantes en Ahome, Sinaloa, del Grupo Petroquímico de Occidente (GPO), podría arrancar en sep­tiembre. La inversión de 5,000 millones de dólares ha estado atorada por 3 años, pero la coyuntura deficitaria del país, la torna viable, políticamente hablando. Aún falta realizar tres asambleas dentro de la consulta indíge­na: Lázaro Cárdenas, Paredones y Ohuira (se concretan en agosto), pero se da por hecho de que la Semarnat, Pueblos Indígenas y Segob tendrán en agosto su anuencia para proceder a formalizar la autorización de construcción.

Por lo pronto, Manuel Bartlett y la CRE fir­maron contratos de suministro exclusivo de gas natural a través del ducto de Sinaloa que baja desde Texas. Ellos compran, ellos trans­portan y ellos entregan para un contrato que generará ingresos por 2,000 millones de dóla­res durante la vigencia de 15 años del contrato para la planta de fertilizantes que se encuentra en el puerto de Topolobampo, para suminis­trar 81 mil millones de BTU diarias del hidro­carburo, necesario para producir amoniaco y por ende fertilizantes.