BID, elección virtual y asamblea en marzo

El miércoles de la semana pasada, la Secretaría de Hacienda se sumó, a través mensajes cortos en Twitter, al secretario de Hacienda de Chile, Ignacio Briones, y al representante de la Unión Europea, Josep Borrell, en la petición de que se posponga la elección del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo hasta que haya condiciones para que los gobernadores (ministros de finanzas) puedan reunirse y conversar sobre la presidencia y el rol del BID frente a los impactos sociales y económicos que deja el covid-19.

Le comenté la decisión de Trump de nominar a Mauricio Claver-Carone, su principal asesor en asuntos para el hemisferio occidental (Américas) y quien ha reorientado el objetivo de la USAID y OPIC hacia la Development Finance Corporation (DFC), la cual pretende movilizar entre 30 mil y 50 mil millones de dólares para apoyar la iniciativa Back to America, anunciada por el presidente norteamericano para atraer las cadenas de valor que se asentaron en Asia y China en particular, teniendo como matrices a empresas estadunidenses.

Claver-Carone fue nominado desde mediados de junio y aunque ha levantado oposición por romper una de las reglas no escritas del BID (la presidencia para un latinoamericano y la vicepresidencia para un norteamericano, pues se tendría el 30% del poder de voto), la realidad es que pocos latinoamericanos pueden argumentar contra ella dado que la posible llegada del norteamericano es resultado de una gran equivocación del actual presidente del BID, Luis Alberto Moreno.

En el 2018, cuando Julie Katzman (nombrada por Obama), dejó la posición del BID, la propuesta estadunidense para esa posición fue Mauricio Claver-Carone y Moreno se opuso. Entonces se optó por manejar a un vicepresidente de transición y el Steven Mnuchin nombró a Brian O´Neill a partir del 1 de enero del año pasado, pero su edad avanzada y salud minaron al grado de que murió en diciembre del 2019. En enero se nombró al también estadunidense, John Scott, quien funge, al mismo tiempo, como director de operaciones del BID.

Ambos antecedentes muestran por qué la propuesta de Claver-Carone fue bastante bien analizada y, hasta cierto punto, empujada por el grupo latinoamericano, pues mientras el BID abría la convocatoria para la elección de su presidente el pasado 27 de julio, se puntualizaba que la misma sería a través de una reunión virtual a efectuarse el 12 y 13 de septiembre, en tanto que la Asamblea de gobernadores se pospondría hasta el 17-21 de marzo, en Barranquilla, Colombia (tercera posposición).

El candidato norteamericano y el gobierno de Trump tienen más de 15 votos a su favor, de 28 posibles, incluyendo los de Brasil, Colombia y Ecuador.

Se han inscrito Laura Chinchilla, de Costa Rica; Augusto López-Claros, de Bolivia, y Argentina pretende a Gustavo Béliz, exministro de Kirchner y protector desde el exilio del presidente Fernández, amigo de López Obrador. Para nadie es un secreto que Clever-Carone es anticubano y antiVenezuela, pero lo más interesante es que la elección del presidente del BID obtuvo la primera causa a favor del estadunidense al ganar la opinión jurídica y establecerse que la votación será secreta, lo que hace más fácil el acuerdo para evitar el señalamiento de los latinoamericanos.

Para ganar, es necesario, primero, tener quorum, y después, el voto. Si en la virtual no se reúne al menos al 75% de los gobernadores, tendría que posponerse.

Considerando que el Banco Interamericano de Desarrollo tiene 48 gobernadores y Clever-Carone ya tiene 15 firmes y seis más cuyos nombres no se revelan, parece que el esfuerzo que inició Chile y el comisionado Europeo para posponer la elección podría ser una apuesta posible.

El problema es saber si López Obrador ya le midió el agua a los camotes, porque aunque la relación hasta ahora con Trump ha sido medio amistosa, debiera revisar muy bien por qué decidió reimponer aranceles del 10% a los componentes de aluminio canadiense.