#CFE, ¿y la certificación del gasoducto?

La semana pasada se anunció que la CFE, que dirige Manuel Bartlett, había alcanzado un acuerdo con las empresas de gasoductos, que fue incluso motivo de la #Mañanera y aplausos en cuanto a seguridad de inversiones se refiere.

Empero, aún le falta fumar la pipa de la paz con la empresa mexicana Fermaca, de Fernando y Manuel Calvillo, y los gasoductos de conectividad crítica para el Bajío para llevar el gas desde Waha, Texas, hasta Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Querétaro y San Luis Potosí, entidades que tienen un promedio anual de crecimiento de 4.4% desde 2014 hasta el primer trimestre de este año.

Los acuerdos con Carso Energy, de Carlos Slim, TCEnergy, de Robert Jones, e IEnova, de Carlos Ruiz, la asociación canado/estadunidense, tienen diferentes tiempos de inicio para operación; sin embargo, la línea Texas-Tuxpan está concluida y sólo requiere la Certificación de la CFE y que la CRE (cuyos últimos plenos extraordinarios ha presidido el comisionado Guillermo Pineda Bernal) autorice la operación y ni lo uno ni lo otro tienen para cuándo.

La última reunión extraordinaria de la CRE, el pasado 27 de agosto duró alrededor de cinco minutos para autorizar las tarifas eléctricas que rigen a partir del primero de septiembre y no hay convocatoria aún para autorizar la operación del gasoducto.

Ojalá y no sea mal augurio que sólo pretendían dar una señal de tranquilidad al sector privado, porque todo el sector comercial e industrial está atento a que comience a fluir el gas natural en cantidades y condiciones adecuadas para todo el país, más cuando ha generado una expectativa muy positiva el conocimiento de las siete acciones que dio a conocer Elvira Kabbaz en Mérida la semana antepasada para retomar la inversión en el Sistrangas, programa de acción que ha sido autorizado por Rocío Nahle.

Esa inversión incluye terminar la fase dos de la reconfiguración de la estación de compresión de Cempoala, construir dos estaciones en Veracruz, una en Tecolutla y la otra en Lerdo, y el tendido de 90 km de ducto para la interconexión del gasoducto Mayakán para la Península de Yucatán y, un trabajo coordinado con el Corredor Interoceánico para modernizar el ducto que recorre en paralelo al tren y los tramos carreteros del istmo.

Mire, Manuel Bartlett es un personaje que sabe aguantar presión, pero también conoce el precio de la palabra.

¡Ah!, por cierto. El presidente López Obrador dijo que se iban a hacer públicos los contratos que serían renovados con los concesionarios transportistas de gas, sobre todo porque siguen las dudas de si es real el ahorro de cuatro mil 500 millones de dólares anunciado o fue pura estimación virtual.

Actualmente, Pemex produce 100% de las gasolinas que se refinan en México y compra 95% de las que se importan. Eso le da casi un monopolio sobre el almacenamiento y la distribución de las gasolinas que usan los mexicanos.

DE FONDOS A FONDO

#Salud… El colmo de colmos. Resulta que Alfonso Romo, de la Oficina de la Presidencia  y el secretario de Salud, Jorge Alcocer, dejaron plantados a los representantes privados y médicos para instalar la mesa de salud para retomar la inversión privada.

De por sí el diálogo con el sector privado es mínimo, fragmentado y poco efectivo, pero ahora con el plantón, se confirma a los convocados su nulo interés por retomarlo.

Ahí estaban Funsalud, Canifarma, Amelaf, AMIIF, Anafam, Anadin, Fundación Slim, Consejo Farmacéutico Mexicano, un gran foro y no llegó Alcocer ni Romo ni siquiera un subsecretario de Salud.

Los directores del IMSS e ISSSTE se disculparon y no mandaron a nadie y como si fuera el Chavo del Ocho, el ingeniero Jesús Guerrero, de la Oficina de Romo, salió a recetar un proyecto para establecer mesas de trabajo para elaborar el programa de salud y el único que salió a justificar y tomar la batuta fue Ignacio Santos, secretario del Consejo de Salubridad General, para lavar afrenta, pero se moría de pena. No, si le digo, ¡mal y de malas!