Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

8 May, 2023

CMN: optimismo con cautela

Tras el cambio de liderazgo en el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) el mes pasado, Rolando Vega Sáenz considera que son tres los principales desafíos de México: 1) avanzar en la reducción de la inflación, que muestra tendencia a la baja, pero aún insuficiente; 2) mayor aprovechamiento de la ventaja estratégica que tiene México en materia de nearshoring, pues aun cuando se han registrado 35 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa ligada a este proceso, podría ser mayor, y 3) mayor estabilidad regulatoria, que facilite la planeación financiera y elimine incertidumbre innecesaria sobre sectores económicos clave.

En conversación con esta columnista, indica: “Hemos observado cambios regulatorios y legislativos que han cerrado mercados completos, como el de energía”, algunos cambios “se han realizado al vapor y si no se dan opciones de competencia y eficiencia la inversión se va a otros mercados”.

El CME, como todo el sector privado, aún está esperando una posible recesión económica hacia finales del año, pero Vega Sáenz reconoce que los datos al primer trimestre han sido muy positivos y muestran en parte la estabilidad de finanzas públicas, las ganancias en salario real y la expansión del empleo. “Sí pensamos que hay posibilidad de una recesión ligera, pero si no fuera el caso, un crecimiento de 2% resulta insuficiente para un país que requiere inversión, capital y expansión para asegurar su desarrollo.

“El reto social es muy importante, pero para resolverlo es necesario que aumente el empleo productivo, que la educación y capacitación de los mexicanos vea hacia el siglo en curso y el arrollador avance de la tecnología y la inteligencia artificial”, puntualiza el presidente del CMN.

El líder empresarial se refiere también al flujo de remesas, divisas por turismo y buen desempeño de las exportaciones, inclusive petroleras, pero considera que los datos podrán cambiar, dada la apreciación del peso “no imaginada”. “A principio de sexenio estaba en torno a 23 pesos por dólar y ahora ha roto los 17 y, si bien es positivo, para esos sectores mencionados no es tanto, porque se reciben menos dólares en México”, pero subrayó que para el empresariado, lo más importante es que este nivel refleja la libre flotación, que muy probablemente se ajuste una vez que se estabilice el ciclo de alzas en las tasas de interés y en los índices de inflación en ambos lados de la frontera.

Retomando el tema de la introducción de leyes de diferente índole sin haber sido consultado en muchas de ellas el sector privado, pese al impacto regulatorio que pueden tener en varias actividades económicas, Rolando Vega, presidente de Grupo Atlas, comenta que ha sido difícil la coyuntura, pero no diferente de otras administraciones donde incluso, como hoy, se presentaban diferencias irreconciliables entre seguidores de un mismo partido.

Considera que con la actual administración dialoga y prueba de ello ha sido la disposición del Presidente para revisar el contenido integral de la reforma administrativa y el ajuste que se dio en algunas de las leyes antes de ser aprobadas en fast track, pero reconoce que hay cambios que tenderán un efecto adverso sobre la competitividad del país. Esperamos que el anuncio que se dará sobre los incentivos fiscales para la inversión en el corredor del Istmo y el sureste puedan atraer más inversión, pero se requiere revisar esos elementos que nos hacen perder competitividad frente al mundo.

En este sentido, comentó que el conjunto de las reformas laborales que se han realizado en los últimos tres años, incluyendo la mayor aportación patronal al sistema de jubilación bajo Afores, la eliminación del outsourcing y el cambio que llevó en pago de aguinaldos y utilidades y, finalmente, el aumento de días de vacaciones, han significado una aportación directa del empresariado a la capacidad de ingreso de sus trabajadores estimada en torno a 700 mil millones de pesos que todavía están siendo asimilados en los costos integrales de operación.

Por lo mismo, llama a revisar la intención de bajar de 48 a 40 horas la referencia de la semana laboral en México sin considerar los elementos de productividad. Hay sectores enteros que están dejando de contratar mano de obra para tecnificarse y una reducción de la jornada de trabajo afectaría fundamentalmente a pequeñas y microempresas (menos de 50 trabajadores).

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