Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

5 Abr, 2022

Cofepris: ¡candil de la calle!


El pasado 28 de marzo, el comisionado presidente de Cofepris, Alejandro Svarch Pérez, se fue con su “personal técnico del área internacional” en “visita de trabajo a dos ciudades en la India (sólo menciona Delhi) “para fomentar el intercambio entre entidades regulatorias y sanitarias”.

Puede ser positivo que se firme un MOU para fomentar la cooperación con la Organización Central para el Control de Estándares de Medicamentos (CDSCO, por sus siglas en inglés), con su agencia homóloga, en materia de producción de medicamentos, vigilancia de riesgos sanitarios y farmacovigilancia, pero en México la expresión de la industria de insumos médicos sólo expresa: ¡cuándo comenzará Svarch a realizar vistas a los laboratorios mexicanos?

¡Claro!, tendrían que hacerlo si la prioridad fuera fortalecer a la industria nacional, que en pharma ha sido contracorriente de la 4T, porque el principal problema de la Cofepris, con todo y la puesta en marcha de su Esquema de Celeridad para Abatir el Rezago (ECAR), puesto en marcha en mayo de 2021, el rezago en refrendos de licencia, autorizaciones y trámites de importación está a la orden del día.

Fíjese el caso. El documento de 2022 entregado por la USTR a la Cámara de Representantes y el Senado indica que la Cofepris confirmó que el rezago de registros sanitarios y permisos de importación supera los 60 mil, por lo que “la falta de aprobaciones a tiempo impide el acceso al mercado mexicano de muchos productos estadunidenses, principalmente —aunque no exclusivamente— medicamentos”.

Cierto es que la Cofepris ha trabajado en la reducción del rezago y en particular en permisos de comercio exterior, pero el colmo es que un registro de la India se apruebe más rápido que un registro de México o de Estados Unidos, aun cuando tenga la certificación de la FDA, que en este último caso, si no se trata de productos covid-19, toman más de un año, con todo y su plataforma de agilización de trámites.

La preocupación más relevante, y muy probablemente por la ideologización sanitaria que les acusa, es que la FDA y la industria pharma de Estados Unidos, al igual que la mexicana, perciben una realidad distinta de la que quiere promover Svarch:

1) la Cofepris, como apunta el reporte de la USTR, no tiene suficiente personal capacitado desde que se dio el cambio de administración, 2) carece de presupuesto adecuado para hacer las tareas que corresponden a una entidad de regulación y supervisión sanitaria y, por lo mismo, 3) “no está en condiciones de garantizar a las otras agencias regulatorias su trabajo y de conducir las inspecciones de producción que garanticen buenas prácticas de manufactura (GMP, por sus siglas en inglés) dentro de los tiempos del calendario regulares para esta industria”.

Le digo, hasta fuera de México saben que no realizan visitas ni a las plantas de México y, ante la ineficiencia, la forma de cubrirla fue acusar de corrupción a todos, menos a los puristas de la Secretaría de Salud, y a propiciar la compra externa de medicamentos e insumos médicos a través de la UNOPS, ¡otro costoso fracaso!

 

DE FONDOS A FONDO

#CREAL… La CNBV, que preside Jesús de la Fuente, dice que Crédito Real, al que supervisa sólo por PLD, “no es una institución relevante, salvo para el mercado de nomineras, que no es sistémico”, se va a Chapter 11 porque incumplió el pago de 170 millones de francos suizos en febrero pasado y, tras reportar pérdidas por 359.4 millones de pesos.

Se le olvidó a la SHCP meter en el boletín que #CREAL es un emisor del mercado de deuda nacional y que es el fondeador del mercado de nomineras. Por cierto, Luis Berrondo decidió correr a Carlos Ochoa Valdés y en su lugar nombró a Felipe Guelfi Regules, como si el Consejo de Administración que preside Ángel Romanos no fuera responsable de la serie de malas decisiones que intentaron meter debajo de la carpeta ¡desde hace dos años!

Tienen una deuda de 14 mil 700 millones de pesos y la mitad son líneas revolventes. Hay mucho enojo entre los tenedores de sus bonos, pues no intentó negociar un acuerdo standstill con los del bono suizo, sino ¡imponerlo!

 

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