Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

9 Sep, 2020

La quiebra de Mexicana

A diez años de que despegó el último avión de Mexicana rumbo a Toronto (agosto 2010), la quiebra de la empresa sigue dando de qué hablar. Ahora por los almacenes que concesionó a la aerolínea la Administración General de Aduanas del SAT desde la década de los 90.

Resulta que luego de que la jefa del SAT visitara en febrero la aduana del AICM, los almacenes de Mexicana se volvieron objetivo para facilitar la importación de medicamentos y a las tres semanas de la visita, Aduanas ordenó la revocación de la concesión, misma que fue personalmente notificada a Alfonso Ascencio Triujeque, oscuro personaje de la sindicatura de Mexicana, quien muy disciplinadamente no dijo ni pío.

Ante esta situación, los tres sindicatos de Mexicana, tierra, pilotos y sobrecargos, acudieron ante las autoridades laborales para que Aduanas levantara la suspensión de los almacenes.

En los últimos cuatro meses de negociaciones, se mostró que los almacenes formaron parte del acuerdo de Concurso Mercantil y cumplieron todas las obligaciones de ley, pago de derechos, aprovechamientos e impuestos, pero el pasado 14 de agosto Horacio Duarte, administrador general de Aduanas, decidió revocar en definitiva la concesión de los almacenes, con el perjuicio directo a más de 250 trabajadores.

Se le ha achacado ser el único beneficiario de la operación de los almacenes, pero su historia es diferente. Esta empresa ganó la licitación para operar los recintos fiscalizados en mayo del 2011 como parte del concurso y el síndico José Gerardo Badín se los asignó luego de que Ricardo Bastón y el abogado Javier Christlieb acordaron que el contrato se entregaba a cambio de diera el 70% de utilidades después de gastos de operación para hacer frente a las obligaciones del concurso.

Pasó el tiempo. Mexicana es declarada en quiebra y Alfonso Ascencio, nombrado síndico por la SCT, decide continuar el contrato con una empresa, bajándoles la utilidad del 30 al 25% por los siguientes dos años, y al 15% en los últimos 6 años, periodo en el que invirtió más de veinte millones de pesos en instalaciones, cámaras de refrigeración y equipo.

Según información de los sindicatos, el síndico ha recibido, desde el 2014 a la fecha, más de cuatrocientos cincuenta millones de pesos por la explotación de los almacenes. ¿Qué hizo con ese dinero?

Hasta donde sabemos, los extrabajadores de Mexicana siguen esperando que la empresa les resarza al menos una parte de los más de seis mil millones de pesos que, según el último laudo del 2018, se les adeuda.

El síndico siguió operando Mexicana como si no estuviera en quiebra, tiene en la nómina a más de 60 personas, incluido su cuñado. Se acaba de dar el lujo de remodelar las oficinas de carga nacional que están frente a la aduana y no le rinde cuentas a nadie, salvo un escueto informe que presenta al juzgado todos los meses, que no lee ni cuestiona nadie.

Y, por lo pronto, nadie sabe cuál será el destino de los dos almacenes aduanales revocados, pero todo el mundo estima que serán asignados a la distribuidora de medicamentos que está en proceso de constitución.

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DE FONDOS A FONDO

#Banxico-SHCP. El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, forma parte de la junta de gobierno del Banco de México y asistió, como se asienta en la minuta, junto con el subsecretario del ramo, Gabriel Yorio, a la última reunión monetaria de agosto, así que probablemente tenga información que los mercados no tienen para afirmar que la Junta del Banco de México autónomo, que preside Alejandro Díaz de León, acordará una reducción de 50 puntos base en la tasa de interés interbancaria de fondeo (herramienta monetaria), antes de concluir el año, para situarla en cuatro por ciento.

Es una estimación que el mercado anticipa y, evidentemente, juega en el ahorro financiero por deuda pública en pesos, pero, ¿a poco perdió el objetivo de la tasa fiscal?, digo, es pregunta.

 

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