¿Es relevante que México sea miembro de CAF?

México ha sido miembro, pero no de pleno derecho. Eso lo anunció y firmó el jueves de la semana pasada el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en el contexto del Webinar que organizó CAF, que preside Luis Carranza Ugarte, sobre La Nueva Economía y el Futuro de las Pymes Latinoamericanas.

El Banco de Desarrollo de los países andinos, representando en México por Emilio Uquillas, ha prestado a México poco más de mil millones de dólares para programas de desarrollo social e inclusión financiera del gobierno de México, pero en particular Nacional Financiera, que dirige Carlos Noriega, tiene una línea revolvente no comprometida por 300 millones de dólares para financiar a pequeñas y medianas empresas.

Esta línea permitiría dirigir capital de trabajo y ampliaciones a la capacidad de producción de pymes que tengan operaciones en cadenas productivas, proyectos de energía y otras actividades con alto impacto económico, y 6 mil millones de pesos en medio del austericidio presupuestal, resultarían en una gran bocanada de aire.

Por ello me resultó sorprendente que, siendo el personaje que clausuraría el Foro del CAF en México, el director general de Nafin se excusara con un argumento rarito (a todos los llaman al Palacio), y también que no se haya reunido con el director del Banco de Desarrollo, pues, en términos de diplomacia financiera, el pupilo del equipo del ingeniero Alfonso Romo resultó descortés para con su fondeador.

Dicen que es penoso y de corto carácter, pero, en estas lides, este director de Nafin/Bancomext, como su antecesor, pueden estar incómodos con la revisión de balance que hace el presidente de este banco de desarrollo y de todos (se comenta que no es el Comité de Crédito el que decide los financiamientos, sino el presidente mismo), pero al menos debieran ser promotores verbales del esfuerzo de recuperación y acompañar en la tarea a don Alfonso. ¿Y qué tal si invita a los representantes en México de las instituciones que le fondean, podría ser un adelanto, no?

Por cierto, le cuento: del total de la Cartera de CAF bajada vía Nafin, también se documenta un Crédito Programático por USD 300 MM para mejora regulatoria en la Cofemer, una línea de Crédito Revolvente No Comprometida por USD 200 millones de dólares a Bancomext (entre las dos son 10 mil millones de pesos) que, al menos, podría utilizar para dar avales y garantías, línea de crédito a FIRA por 100 millones de dólares, garantía parcial de crédito por 50 millones al instituto de la Función Registral del Edomex, que por alguna razón el gobernador Alfredo del Mazo no ha potenciado, financiamiento para la Red Mayorista de Altán por 50 millones de dólares, y diversas inversiones por 151 millones de dólares en capital de riesgo para fondos que financian a pequeñas y medianas empresas.

En el caso del Banco Mundial y el BID, ni le digo. Prácticamente Nafin/Bancomext es uno de sus principales deudores, dado que México es el quinto y segundo país individual que mayor financiamiento ha recibido de ambas instituciones, y a quienes una baja en la calificación del soberano por debajo de grado de inversión los pondría en un gran predicamento de capitalización y reservas.

DE FONDOS A FONDO

#Interjet… La falta de cumplimiento de los compromisos asumidos por los exaccionistas mayoritarios en el proceso de “limpieza” de pasivos de Interjet, para que pudiera capitalizarse la aerolínea bajo la nueva estructura de negocio (bajo costo, aviones de menor tamaño, menos rutas, pero rentables, y aviones distintos de los rusos) fue lo que finalmente provocó que Carlos Cabal se retirara la noche del lunes de HBC, la empresa mediante la cual capitalizaría, con Alejandro del Valle, los 250 millones de dólares que se requieren.

Comentan que Del Valle tiene los 4,500 millones de pesos necesarios para arrancar el nuevo plan y que ahora sí tomará por completo el control.

Lo interesante es que todos están a la espera de que la aportación de recursos de los accionistas minoritarios se concrete y ésta tiene que ver con saldar sus deudas, proceso que no corre prisa porque es evidente que cuentan con el favor presidencial para seguir flotando, perdón, volando.