Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

25 Nov, 2022

Ilan Goldfajn olvida que México es cliente y socio del BID

 

La cualidad más importante de un buen banquero de desarrollo multilateral —que, como el Banco Interamericano de Desarrollo, es una cooperativa regional— es conocer el arte de la negociación y siempre fortalecer la confianza de socios y clientes.

México tiene contratos de crédito con el BID por 12 mil 582.4 millones de pesos, el 11% de la deuda bruta del país, pero también es dueño de poco más del 7.3% del poder de voto por sus aportaciones de capital y, más allá, los créditos de México subsidian los financiamientos de los países más pobres, por el principio de cooperativa.

O sea, de las utilidades que saca el BID de operar con México por los créditos que toma nuestro país (como también los de Brasil, Colombia y Perú), se financia, con subsidio, a países pequeños y pobres, incluso, facilita el arreglo con países como Argentina que, por ser alto riesgo y categoría C, no tienen acceso a financiamiento de mercado y muy caro el financiamiento bancario global).

Argentina siempre está en riesgo de default, nunca ha tenido uno con el BID, pero lo ha tenido con el Banco Mundial y el FMI, por lo que es más un costo que un aportante para la cooperativa. Eso negoció Ilan Goldfajn.

México, como los países nombrados, toman cantidades equivalentes por año del BID, a pesar de que son más caros que los que toman en mercados voluntarios de ESG, por ejemplo, que son accesibles y no concesionales como los préstamos del BID, pero justo por el principio de subsidiariedad se mantiene el ritmo de refinanciamiento con éste y otros Ofis.

México ha sido y sigue siendo un buen cliente del BID, en muchas ocasiones es el que presiona para que México tome crédito y/o asistencia técnica. O sea, Ilan Goldfajn debe entender que no se puede ni debe pelear con uno de sus mejores clientes.

Acaba de terminar el proceso de elección y todavía no toma posesión y como ofreció a Argentina por su apoyo electoral una vicepresidencia, una gerencia y un instituto con rango de gerencia se ha olvidado de que terminada la elección, debe prevalecer el business as usual, pero parece que el exdirector del Hemisferio Occidental se siente todavía en el FMI y con intención de manotear el escritorio, donde todo son cuotas y condicionalidades, México tiene un buen rato de no ser cliente, sólo socio. Por cierto, diferencia con Argentina.

Con la carta abierta sobre la mesa, parece que Ilan pretendió jugar rudo, pues nos han contado que exigió una “aclaración” al duro mensaje hacendario del día de la elección, pero también es posible —no me consta— atribuir a su “enojo y pretensión de manotazo que México le aclarara las razones de su enojo y le dio por filtrar –alguien no lo asesoró bien– que México había tomado un crédito de 600 millones de dólares para financiar el programa social de adultos mayores.

La realidad rebasó a la filtración y ayer tuvo, tragándose su pena, que emitir el boletín en el que desmiente las versiones dolosamente difundidas.

Por cierto, el secretario Rogelio Ramírez de la O y su equipo tiene una buena relación con el Tesoro, como el Presidente con el gobierno del presidente Biden o como la tuvo con el presidente Trump. Eso es real politik y, si el candidato de México a ocupar la presidencia del BID no ganó, a otra cosa mariposa.

Ojalá que eso sirva de enseñanza a quien ha actuado como si fuera heredero de la prepotencia de Claver-Carone, pues hay quien dice que éste fue el que le articuló la estrategia para llegar.

¿Sería creíble?  El equipo de Claver-Carone sigue en la nómina del BID. Igual eso también lo negoció Ilan Goldfajn, que el 19 de diciembre toma posesión.

Un punto a su favor fue el mensaje que dirigió a todo el personal del BID el 22 de noviembre, al decirles que encabeza a un equipo de mentes brillantes y comprometidas, el staff notó la diferencia del otro que sólo los pend…

 

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