Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

17 Ago, 2021

IMF-México, ¿y por qué no pago de deuda?

 

Se ha cuestionado por prominentes analistas y voces el apunte que realizó, el pasado 11 de agosto, el presidente López Obrador sobre la posibilidad de reducir la deuda externa del país por el monto equivalente a la asignación de SDR que le toca a México en la distribución alícuota de dichos derechos, unos 12 mil 500 millones de dólares de los 650 mil millones de dólares que integran a la tercera y más cuantiosa distribución de SDR en la historia del Fondo Monetario Internacional. Lo curioso es que el acuerdo, alcanzado en el marco del G20, se vuelve polémica cuando se toca en la mañanera, pero considerando que es anunciado y autorizado en el directorio del fondo “como un shot de liquidez para la economía global”, que puede fortalecer reserva internacional (varios países avanzados y emergentes tienen bajas reservas), repagar deuda pública o privada o canjearla en el mercado secundario de SDR, ¿por qué México no podría usarla si tiene reserva suficiente?

La reserva internacional, con el dato disponible de la semana pasada, sumó 198 mil 278 millones de dólares, y a eso agregue la disponibilidad inmediata que supone el mantener la Línea de Crédito Flexible no utilizada con el FMI.

El 30 de julio superaban los 200 mil millones de dólares, lo que implica cubrir cerca del 10% del saldo de la deuda externa del sector público (incluyendo Pemex y la CFE), y con la línea arriba del 15 por ciento. ¿Más reservas? No, porque cuestan. La distribución especial de reservas realizada podría, en países pobres o avanzados, facilitar recursos para comprar vacunas o compensar el déficit fiscal, una realidad explorada a medias. México no es Argentina, Belice, Ecuador, Líbano, Surinam o Zambia, en práctico default, ni tampoco como Brasil o Sudáfrica, gobiernos que han tomado más deuda interna, pero que han reducido la tasa de vencimientos de 5.5 a dos años. Cito el uso que puede darse a los Derechos Especiales de Giro, que además de ser activos de los que se puede disponer en créditos excepcionales, que no es el caso, cuando hay distribuciones excepcionales pueden invertirse en otros mecanismos de financiamiento a terceros países o facilitar “prepagos de deuda que incentiven la participación del sector privado en contratos de crédito que incluyan deuda estructurada o garantizada”. Es, sin duda, el programa más agresivo de liquidez que ha realizado el sistema financiero internacional, y el 23 de agosto cada nación decidirá qué hacer con sus excedentes, considerando que pueden ser vendidos a otros países que requieran reserva o a organizaciones en función de banco central para más de un miembro del FMI, o las 15 organizaciones que se han autorizado para recibir DEG, pero que no participan en las distribuciones excepcionales. Tampoco los pueden comprar individuos o participantes privados. Un gran acumulador de DEG es Arabia Saudita, por ejemplo.

Dicho lo anterior, México debe a organismos financieros internacionales 32 mil 600 millones de dólares. Si liquidara una tercera parte de esa deuda, el BID y el Banco Mundial abrirían el techo de México, una opción interesante porque siempre está en el límite autorizable para un país. Este tipo de deuda puede servir muy bien para apuntalar el presupuesto público de un país y, en el caso de México, lo usaron los gobiernos anteriores sin reparo. Eso sería interesante, porque bien pueden financiar presas, programas ambientales, de infraestructura, sociales. Lo de que el gobierno tendría que pagarle al Banxico para disponer del activo especial y luego repagar deuda es cuestión de empatar el costo que paga el gobierno al Banxico por la administración de la reserva. La comisión que salga más barata gana, pero la opción que resulte más oportuna también. Y no cambia para nada el riesgo país.

 

  • DE FONDOS A FONDO

#SantaLucía... Hoy hay reunión del Comité Técnico del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Será maratónica y están convocadas las aerolíneas integrantes o no de la Canaero, que preside Luis Noriega; de la IATA, que representa en México Cuitláhuac Gutiérrez, y con las autoridades encabezadas por el general Gustavo Vallejo; el subsecretario de Transporte, Carlos Morán; la AFAC y el Seneam, pues no sólo se expondrá todo el sistema de operación del AIFA, pues la certificación se ha hecho in situ, sino que conocerán las nuevas estaciones para aerolíneas para cubrir el mercado nacional e internacional y cada una decide si lo toma o lo deja.

 

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