Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

19 Jul, 2022

Inflación alimentaria e insuficiencia presupuestal

 

 

Mientras el circo político se fomenta, la realidad inflacionaria en México se impone. El Pacic no es suficiente para resolver un problema en la estructura presupuestal generado por la decisión de contraer programas agrícolas y el presupuesto a la Sader, que encabeza Víctor Villalobos, y la Conagua, que dirige Germán Martínez.

La agricultura familiar en México está integrada por 5.4 millones de unidades, de las cuales 2.1 millones tienen potencial empresarial (pueden vender más del 50% de lo que producen porque siembran por lo menos 15 hectáreas de manera recurrente).

Véalo por extensión. Hay en México 112 millones de hectáreas en manos de unidades económicas rurales y, de ésas, menos de 10 millones corresponden a pequeña agricultura, esto es, el 8.8% del total, y lo más dramático es que aportan menos del 10% de los alimentos que requiere un país con casi 130 millones de habitantes, dada su baja productividad.

Grosso modo, esas unidades que producen menos del 10% concentran el 70% del presupuesto, y mientras el presupuesto de los programas hidroagrícolas de Conagua/Sader (para mejorar distritos de riego, presas y módulos de riego) se redujo de cerca de 10 mil millones de pesos anuales a 1,500 millones de pesos, el número de pozos perforados ilegalmente en unidades agrícolas familiares es incalculable, pero ha generado una gran depredación de mantos freáticos y ha provocado alteraciones importantes en los ecosistemas regionales.

El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, que dirige Juan Carlos Anaya, documentó el efecto de la disminución del presupuesto público para la producción suficiente de alimentos: el presupuesto de la Sader disminuyó 30.6% en términos nominales y 42% en términos reales, entre 2018 y 2022; pese a que este año se repusieron 10 mil millones de pesos, el problema es de distribución del gasto, porque en subsidio social se va el 65% (además del que entrega Bienestar), y sólo el 6% se va en apoyo a la tecnificación hidroagrícola, mejora de distritos de riego, fertilizante de bajo costo, seguros agrícolas, cobertura, fomento ganadero, fomento agrícola.

Hay sectores muy eficientes, como el hortícola y el de cuentas lecheras, o industriales como caña de azúcar, café y agave, pero en pecuario se ha abandonado el mejoramiento de genética. En general, en México, la agricultura mediana y grande produce el 82% de lo que consumimos y el costo productor, según datos del Inegi, fue de pecuario (genética y mejoramiento pecuario), producimos el 83% de lo que consumimos, pero el costo de hacerlo subió a casi el 15% en junio, en relación con el mismo mes del año pasado. ¿Encrucijada presupuestal o eficiencia gubernamental?

 

DE FONDOS A FONDO

#GE_Splitoff… GE, la compañía que comenzó el siglo XXI siendo el conglomerado mejor valorado de Estados Unidos anunció su división en tres empresas públicas que cotizarán de forma independiente en el mercado accionario.

Su CEO, Larry Culp, quien llegó hace tres años para arreglar las finanzas de casi el último de los grandes conglomerados industriales de América, realizó un trabajo arduo de ajuste de personal (de 300 mil a 174 mil empleados, pagó 75 mil millones de dólares de deuda tras vender el negocio de arrendamiento de aviones Gcas) y el negocio de ciencias de la vida, y alcanzó una valuación de 120 mil millones de dólares después de limpiar cada negocio básico: aviación, salud y energía, lo que facilita su productividad en la actual tendencia de flexibilidad y estructuras ligeras y transparentes que demandan los mercados, para tener una mejor asignación y capacidad de retorno a los inversionistas por cada empresa.

GE sigue el paso de otros conglomerados, como Honeywell, Siemens, pues cada empresa mantendrá el liderazgo en el mercado. Salud vende equipos a hospitales, Aviación vende turbinas para Boeing y Airbus, y en energía, tanto las turbinas de electricidad convencional como las que impulsan energías verdes (Vertnova), son líder en el mercado.

En México, curiosamente, hay conglomerados que suman nuevos negocios en lugar de dividirlos en empresas con claras líneas de negocio. Esto, según la tendencia global, evita el crecimiento de burocracias innecesarias, ineficiencias ocultas y la realización de operaciones poco claras, incluso para inversionistas sofisticados. En México, supongo, las tres empresas mantendrán su huella como filiales independientes.

 

 

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