Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

7 May, 2019

Jitomate. Se veía difícil, se ve posible

Hasta ayer –este 7 de mayo fue la fecha límite establecida por el Departamento de Comercio de Estados Unidos– no se había alcanzado un acuerdo para evitar la terminación de los acuerdos de suspensión del jitomate que México exporta a la Unión Americana.

Es un mercado que vale alrededor de dos mil 100 millones de dólares y un millón 600 mil toneladas de jitomate, que representan el 90% del total de las importaciones estadunidenses de la hortaliza.

Lo curioso es que en las investigaciones realizadas sobre el cumplimiento de los acuerdos, se advierte que el récord desde el 2013 ha sido de pleno cumplimiento y aunque se reconoce, pareciera que la controversia no tiene mucho de técnico y sí de político, porque en las pasadas elecciones para el Senado, los republicanos tomaron el compromiso de impulsar la causa del Florida Tomato Exchange (FTE).

El vicepresidente de la FTE, Michael Shadler, dijo que estarían dispuestos a negociar nuevos acuerdos de suspensión, lo que dio paso a admitir la propuesta mexicana.

El 8 de abril, los productores mexicanos encabezados por Oscar Woltman, presidente de AMPHAC; Rosario Beltrán, de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa, A.C., y Salvatore García, presidente del Consejo Agrícola de Baja California, A.C., presentaron al Departamento de Comercio de Wilbur Ross, una propuesta a la FTA que incluye un incremento en los precios de exportación que va de cinco a 34%, con la eliminación de las diferencias entre los precios del verano y del invierno que contiene el acuerdo y elevar el precio para los jitomates que crecen de manera orgánica.

Se comprometen a que si un embarque de jitomate tiene un 35% o más de producto defectuoso, se regrese a México a costa del exportador; se admiten cláusulas para que si se tienen exportaciones de productores no registrados se consideren una violación al mismo; para que no se realicen cambios en los precios de referencia y para bloquear exportaciones involuntarias de jitomate.

También hay una cláusula para fortalecer la capacidad del Departamento de Agricultura para supervizar el cumplimiento del nuevo acuerdo de suspensión del tomate bajo la PACA y, que sea quien entregue al Departamento de Comercio toda la información necesaria para documentar y probar violaciones al mismo.

Además, aceptan nuevas multas por violaciones intencionales del acuerdo aplicables a productores mexicanos o sus agentes comercializadores y, el compromiso de los productores mexicanos para apoyar la integración de un grupo (task force) interagencia, que supervise el cumplimiento, que pueda hacer verificación videograbadas en sitio y el uso de auditores independientes.

Aunque dicen que la Secretaría de Economía, que encabeza Graciela Márquez, ha apoyado la negociación, con todo lo puesto sobre la mesa, queda claro que la negociación es más política que entre productores. 

Por ello el subsecretario de América del Norte y negociador del T-MEC, ha dicho que la imposición del arancel del 17.5 por ciento (que tendría un impacto de 340 millones de dólares contra los productores de México), sería un mal signo que podría afectar el proceso de ratificación y firma del nuevo tratado.

Esto se sumó a las declaraciones que han hecho los integrantes de los grupos de agricultores “duros” de Estados Unidos (soya, maíz y fructosa), porque saben que en caso de que se decida terminar los acuerdos de suspensión del jitomate, dado que viene la revisión de los acuerdos de azúcar, México tiene que hacer lo propio con la fructosa, tema que tiene la fuerza para compensar en Florida el voto político del Florida Tomato Exchange.

Si hay buena voluntad, hoy se anunciará una extensión del plazo, si no… ¡habrá que ver cuál será la efectiva capacidad negociadora de la 4aT!

DE FONDOS A FONDO

#Inegi… ¡Qué ganas de empinar a Julio Santaella, presidente de Inegi!

Él no dijo que había posibilidad de una recesión o contracción, sólo que si se presentaban caídas en otros sectores productivos, además del industrial (servicios y agrícola) podría hablarse de contracción y si se registrara una contracción del PIB durante dos trimestres al hilo, podría hablarse de recesión, pero “es algo que yo no podría definir”, de ahí que (ojo), se está integrando un comité o grupo ad hoc para que lo haga. ¿Será que lo del consejo macrofiscal todavía tiene posibilidades?

 

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