Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

9 Jul, 2020

La “no sana distancia” del Presidente y el CCE

El presidente Andrés Manuel López Obrador bien podría aplicar con los integrantes del CCE sus dos mejores frases del encuentro con el presidente Trump: “la historia nos enseña que es posible entenderse sin prepotencias ni extremismos” y, la segunda… la clásica, la mejor: “fallaron los pronósticos, no nos peleamos, seguimos siendo amigos”.

Por lo pronto, parece que el desencuentro ocurrido el 2 de abril, justo cuando iniciaba el gran encierro, en esa reunión de 4 horas en Palacio Nacional, se ha convertido en un permanente desaire a cualquier propuesta que proviene de las llamadas cúpulas empresariales y, en un constante reclamo por el “no los veo, pero los oigo y ya mejor no hablen”, que revira en todo momento el Presidente.

Y no con todos es el trato distante. Ayer se comentó que Bosco de la Vega, presidente del CNA, había sido invitado a la gira, pero que lo desinvitó la Secretaría de Economía y, que en solidaridad, el presidente de Concamin, quien había sido convocado desde la oficina del Presidente, se había excusado.

Lo primero no es cierto y lo segundo, a medias. Francisco Cervantes, presidente de Concamin, fue invitado por el presidente de la Asociación Nacional de Manufacturas, de Jay Timmons, a asistir a una reunión en Washington para este miércoles y jueves, y de todos es conocida la empatía con el Presidente.

Cervantes está consciente de la importancia de la unidad de la cúpula empresarial y no propició la invitación del Presidente porque no hubiera podido hacer el desaire. Quien eligió quién iba o no a la cena fue López Obrador, nadie más.

Al Presidente no le gustan las cátedras ni tampoco los “consejos para reactivar la economía”, y menos la presión de nadie para acomodar su programa de gobierno. Eso es lo que lo enojó y por lo que mantiene una insana distancia con el CCE.

Si no pregúntele a cualquier integrante de su equipo y gabinete. Dicen que para él, ¡al buen entendedor, pocos desplantes!

Ya decidió que los representantes empresariales del CCE serán atendidos y escuchados por su gabinete, y él tratará con los empresarios que considere necesario.

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DE FONDOS A FONDO

#BancoAzteca…  A propósito de rumores sin fundamento. Revisando la información de la CNBV a mayo, el actual Índice de Morosidad (Imor) de Banco Azteca, que dirige Alejandro Valenzuela, no significa riesgo alguno para la operación del banco.

Quienes aseveran lo contrario, dejan de lado que su índice de capitalización alcanza el 18.30% y su coheficiente de liquidez, es superior al 700 por ciento.

El banco tiene más de 15 millones de clientes, 10 de ellos digitales y opera a través de 1,860 sucursales en todo el país y, aunque reportó un incremento de su Imor entre febrero y marzo de este año, al pasar de 4.3% a 11.9%, este aumento obedeció al proceso de reestructura que inició un cliente al entrar en Chapter 11, razón por la que se tiene que registrar en cartera vencida comercial, segumento cuyo Imor pasó de 2.9% en febrero 2020 a 20.6%  en marzo 2020.

El impago de la empresa radicada en los Estados Unidos (OneWeb) fue capitalizado y reservado por Azteca en marzo de 2020, y sí tiene un peso importante porque son pocos sus clientes de tipo empresarial, porque su negocio principal es el crédito al consumo.  De hecho, Imor, exclusivo de la cartera comercial, pasó de 5.3% en febrero 2020 a 5.2% en mayo de 2020, excluyendo el crédito mencionado.

Además, el Imor  de la Cartera de Consumo fue de 5.87% para el mes de abril y, el total incluyendo el crédito reservado, en 11.75% al mes de mayo.

No se estima que este índice pudiera sufrir un deterioro significativo en el futuro, más porque Banco Azteca tiene la política de reservar sus créditos a partir de la semana 13 de falta de pago, sin esperar el tiempo estándar de la banca que son 20 semanas. Y lo que le comento, fue notificado por Elektra en un evento relevante del mes de enero, y considerado en la ratificación de calificaciones de HR Ratings.

 

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