Maíz, un trabuco desbaratable por la 4T

Intervención indirecta de mercados sin fijar precios, ésa ha sido la tónica del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), que incluyó 24 productos puntuales y uno de ellos es el de la tortilla, que en supermercado ha mantenido su rango de 13.5 pesos el kilo, pero que en tortillería (85% nixtamalizada) ha subido a 20 pesos el kilo, en promedio.

Le doy la primicia de que la Secretaría de Economía, de Tatiana Clouthier, y la Secretaría de Agricultura, de Víctor Villalobos, anunciarán (no sé si en la mañanera) que se cerró la exportación de maíz blanco desde la primera semana de septiembre y que los excedentes de la cosecha del grano los adquirirá Segalmex para crear una reserva, acción que pasa por ¡suspender la venta hasta a Venezuela!

México produce un promedio de 27.5 millones de toneladas de maíz, 24.3 millones de toneladas de blanco y 2.8 millones de toneladas de maíz amarillo y consume 46.2 millones de toneladas.

En blanco tenemos autosuficiencia alimentaria (se consumen alrededor de 19 millones para elaboración de tortilla y como 5.5 millones son excedente, del cual se exportan como 2 millones de toneladas), pero en el segundo somos deficitarios. Lo que se produce representa el 15% de lo que se consume, que son 26.3 millones de toneladas, por lo que parte del excedente de blanco se ha utilizado para forraje.

Según datos del Grupo de Consultoría en Mercados Agrícolas (GCMA), que encabeza Juan Carlos Anaya, el maíz amarillo es transformado por más de 60 industrias a nivel nacional, en más de mil ingredientes de las industrias de alimentos, bebidas, cerveza, alimento para ganado y mascotas, insumos de la industria cosmética, salud y cuidado personal, un número impresionante de biomateriales, comenzando por los almidones, sueros (dextrosa), etcétera. De ahí la demanda y también la inflación contenida.

En México, cerca del 85% del consumo de maíz amarillo es cubierto con importaciones, de las cuales 21 millones de toneladas se utilizan para alimento pecuario y alrededor de 8 millones de toneladas la transforman los integrantes de la Cámara Nacional del Maíz Industrializado, que preside Marcela Martínez y dirige Esteban Jaramillo.

A nivel global, los precios del maíz no diferencian el blanco del amarillo y, de hecho, la producción mundial de maíz blanco es pequeña (10% de la producción total).

Según el Departamento de Comercio de Estados Unidos, se importa el 95% del maíz y el resto viene de Argentina y, dado que el déficit en planeación agrícola de la Sader es de 17 millones de toneladas de este grano, de poco serviría una política para aumentar la producción en el sur-sureste (la región más deficitaria en producción del grano) porque el impedimento para hacerlo tiene origen en el decreto presidencial de Andrés Manuel López Obrador, publicado a las 7:30 de la noche del 31 de diciembre de 2020, en el que prohibió la siembra, pero también la importación de maíz genéticamente modificado o el uso de glifosato o de productos genéticamente modificados en el campo mexicano. Ese es el fondo de la distorsión en los precios de mercado.

Desde 2021, la Cofepris, de Alejandro Svarch, ha negado la autorización de importación a productos de maíz, soya, algodón, que tienen transformación biotecnológica y, al no poderse garantizar el suministro a los sectores industriales, el consumo de blanco para forraje ha aumentado, al tiempo que el incremento de precio internacional se ha magnificado en México. Si hoy el problema del precio del maíz se pretende resolver con la prohibición para exportar maíz blanco y llevarlo a la reserva de grano de Segalmex, creo que al Presidente y a los integrantes del gabinete económico encargados de reforzar el Pacic no les han mostrado la película real.

Datos publicados en 2021 por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), 31 enero de 2022, uno de cada tres dólares que gastó México en la compra foránea de granos se destinó al maíz, con un total de más de 5 mil millones de dólares, 30% más, lo que refleja precio y costo de producción global, pero la falta de permisos (que debiera pasar por el punto 2 del Pacic), de prohibir productos GEM, explica el por qué el precio del maíz mundial cae, ¡pero no en México!